Está comprobado que los deportistas dormimos mejor. En este artículo te explicamos por qué para que también puedas disfrutar de los beneficios de un sueño reparador.
Los deportistas, incluso los que entrenamos a última hora de la tarde, dormimos mejor. Como media, invertimos las mismas horas de sueño que el resto de la población, pero nuestro descanso es de mejor calidad. ¿Alguna vez te has planteado por qué? Hay varios motivos:
Estás más cansado físicamente. Así de sencillo. El ser humano ha evolucionado para alternar ciclos de sueño reparador y profundo con ciclos de vigilia en los que debe realizar actividad física. Por mucho que trabajemos sentados (y especialmente si trabajamos mucho), nuestro ciclo no está completo si no incluye una actividad física de cierta intensidad. Un reciente estudio de la asociación estadounidense de sueño, ha concluido que las actividades que más facilitan el sueño son las físicamente intensas, incluso a última hora de la tarde cuando la persona que las practica está habituada a ese horario. Pero hasta las actividades ligeras suponen frecuentemente una mejoría en la calidad del sueño.
Se reduce el estrés. El estrés es una reacción fisiológica que nos prepara para la acción ante una situación que percibimos como amenazante. Servía para permanecer alerta y huir, por ejemplo, cuando un depredador andaba al acecho. Pero en nuestra sociedad las situaciones amenazantes rara vez se resuelven con acción física. Y si te acuestas fisiológicamente preparado para la acción… es difícil que te duermas. El deporte es una de las maneras más eficaces de encauzar esa energía e irte a la cama preparado para dormir.
Se previene la apnea del sueño. La apnea constituye un problema muy grave de salud, que se produce cuando dejamos de respirar por varios segundos durante el sueño (generalmente por una obstrucción de las vías respiratorias de tipo mecánico). Aunque no lleguemos a despertarnos, la calidad de nuestro sueño empeora mucho y puede acarrear problemas cardiacos. La apnea es un problema que a menudo no se detecta cuando es leve y está muy relacionada con la obesidad, y por eso se prescribe ejercicio muy frecuentemente a quienes la padecen. Además, la actividad física contribuye a mejorar nuestra respiración.
Pasas menos tiempo sentado. Estadísticamente, cuantas más horas pasamos sentados (con independencia de lo que hagamos el resto de nuestro tiempo), peor es la calidad de nuestro sueño. Si estás entrenando, no te dedicas a otras formas de ocio que te atan a la silla después del trabajo y reduces el tiempo que pasas sentado.
Via sportlife.es
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