Un estudio que se encargó de investigar la relación que tiene el dormir con el engordar, demostró que los adolescentes que tienen un sueño deficiente tienen una inclinación a engordar, por lo que se advierte un riesgo de obesidad.
Este estudio se realizó mediante una encuesta a estudiantes, de entre los cuales 108 eran hombres y 147 mujeres. Los resultados de la encuesta demostraron que el promedio de sueño que tenían los hombres durante la semana era de 6 horas y 32 minutos, mientras que las mujeres dormían 6 horas y 30 minutos promedio. En los fines de semana las cosas cambiaron un poco, pues se demostró que los hombres dormían 9 horas y 10 minutos, mientras que las mujeres descansaban 9 horas y 22 minutos.
Según los datos y cálculos hechos por los investigadores, el IMC (índice de masa corporal) de los hombres que dormían menos de siete horas en la semana era 3.8 veces más elevado que el de aquellos que descansaban más de siete horas (en los días de semana). En el caso de las mujeres la diferencia fue aún mayor, pues quienes descansaban menos de siete horas en la semana tenían un IMC 4.7 veces mayor que el de aquellas que dormían más de siete horas.
Si bien la conclusión es contundente en torno a que quienes dormían menos de ocho horas presentaban obesidad por lo regular entre hombres adolescentes (asociadas a un IMC más alto), no se consiguió establecer una relación directa entre la duración del sueño y la obesidad en la adolescencia.
La relación entre las horas de sueño y el aumento de peso no pudo probarse del todo, sí se sabe que dormir poco genera efectos colaterales como problemas de concentración, enfermedades recurrentes, aumento del estrés, entre otras cosas. Los incesantes problemas que se aparejan a la falta de sueño también fueron advertidos por la autora de la investigación, Lata Casturi, quien se limito a señalar que el sueño es el alimento del cerebro.
Dormir poco permite comer más
Los adolescentes que duermen menos horas de las que debieran muestran una tendencia a comer más de lo debido, por lo que engordan y se enfrentan a problemas como la hipertensión, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades.
Aun cuando no es posible asegurar que dormir poco hace engordar a los adolescentes, se probó una relación de causalidad entre el sueño y el peso, donde llamó mucho la atención el funcionamiento de dos hormonas en particular, la leptina y grelina.
Es muy interesante tomar en cuenta que mientras menos horas se duermen mayor es el descenso de la hormona llamada “Leptina”, la cual está encargada de informar al cerebro de la sensación de saciedad, mientras que la hormona encargada de estimular el apetito (grelina) comienza a aumentar.
Via sanar.org
Norma de sueño para una mujer moderna
domingo, 28 de julio de 2013
En este artículo encontrarás algunos consejos y normas que puedes seguir antes de dormir, para que puedas conciliar el sueño de manera increíble.
¿Cuántas horas debe descansar el organismo de una mujer?
Las horas de sueño son muy particulares. Sin embargo, los médicos consideran que las mujeres que oscilan entre los 20 y 40 años deben dormir de 7-8 horas en promedio. El sueño puede ser más corto o más largo dependiendo de la temporada del año: se reduce en verano y en invierno y se prolonga durante 1-1,5 horas.
El aire fresco se encuentra en una gran necesidad para el organismo. Un baño con agua tibia no será demasiado bien. Puedes agregar en el agua del baño unas gotas de aceite de lavanda o decocción de manzanilla, tila o menta brandy.
Aquel que enfrenta el problema de conciliar el sueño puede masajear intensamente los gemelos con el chorro de agua caliente. Pero antes de tomar una ducha en realidad no se recomienda, como este procedimiento se considera que es un tono en marcha. Guárdalo para la mañana.
Suelta los pies de los zapatos y las medias antes de ir a la cama y camina descalzo por la habitación durante unos 15-20 min. También es muy recomendable levantar las piernas y mantenerte en esa posición durante un cierto tiempo para permitir la circulación de la sangre.
Siguiendo el consejo de los sabios de Oriente, la mujer moderna puede darse un masaje en los pies humedecidos con aceite vegetal o aceite de vitamina E. Dormir bien también puede ser proporcionada por el cepillo de madera, ya que es una especie de masaje en la cabeza que mejora la circulación de la sangre, se quita el estrés y relaja también.
La razón del mal sueño puede estar vacío o, en el estómago. La ingesta de alimentos por la noche debe renunciar al sueño de 1,5-2 horas. Sustituir el té fuerte o café en la tarde para el té verde o las bebidas calientes como la leche, té de hierbas con menta, grosella negra, frambuesa, arándano rojo, flor de lima o manzana.
Para tener algunos sueños agradables, usted puede poner una bolsa al lado de su almohada rellena con hierbas como la uña de caballo, menta, tomillo, toronjil, lavanda y pétalos de rosa.
La temperatura ideal en el dormitorio es de aproximadamente 65 ° F. Deja al descubierto ventlight por la noche como el sueño es mucho mejor en la habitación bien ventilado. No se ponga los vestidos de noche ajustados o pijamas. La ropa de dormir debe ser todo de las telas naturales.
El color de la ropa de cama es de gran importancia también. La medicina moderna y los diseñadores dan preferencia a los colores beige de oro de diferente intensidad o gama azul. Estos tonos van bien para la decoración interior del dormitorio incluyendo las paredes, alfombras, cortinas y muebles. Si quieres dormir bien, luego añade clara de las imágenes grandes y coloridas en los fondos de pantalla y las cortinas.
Y uno más; muchas personas piensan que una pastilla de sueño te puede proporcionar una noche tranquila. Pero, en verdad, es mucho más sano para cumplir con los procedimientos anteriormente descritos a continuación, que tomar pastillas.
Via infodescanso.com
¿Cuántas horas debe descansar el organismo de una mujer?
Las horas de sueño son muy particulares. Sin embargo, los médicos consideran que las mujeres que oscilan entre los 20 y 40 años deben dormir de 7-8 horas en promedio. El sueño puede ser más corto o más largo dependiendo de la temporada del año: se reduce en verano y en invierno y se prolonga durante 1-1,5 horas.
El aire fresco se encuentra en una gran necesidad para el organismo. Un baño con agua tibia no será demasiado bien. Puedes agregar en el agua del baño unas gotas de aceite de lavanda o decocción de manzanilla, tila o menta brandy.
Aquel que enfrenta el problema de conciliar el sueño puede masajear intensamente los gemelos con el chorro de agua caliente. Pero antes de tomar una ducha en realidad no se recomienda, como este procedimiento se considera que es un tono en marcha. Guárdalo para la mañana.
Suelta los pies de los zapatos y las medias antes de ir a la cama y camina descalzo por la habitación durante unos 15-20 min. También es muy recomendable levantar las piernas y mantenerte en esa posición durante un cierto tiempo para permitir la circulación de la sangre.
Siguiendo el consejo de los sabios de Oriente, la mujer moderna puede darse un masaje en los pies humedecidos con aceite vegetal o aceite de vitamina E. Dormir bien también puede ser proporcionada por el cepillo de madera, ya que es una especie de masaje en la cabeza que mejora la circulación de la sangre, se quita el estrés y relaja también.
La razón del mal sueño puede estar vacío o, en el estómago. La ingesta de alimentos por la noche debe renunciar al sueño de 1,5-2 horas. Sustituir el té fuerte o café en la tarde para el té verde o las bebidas calientes como la leche, té de hierbas con menta, grosella negra, frambuesa, arándano rojo, flor de lima o manzana.
Para tener algunos sueños agradables, usted puede poner una bolsa al lado de su almohada rellena con hierbas como la uña de caballo, menta, tomillo, toronjil, lavanda y pétalos de rosa.
La temperatura ideal en el dormitorio es de aproximadamente 65 ° F. Deja al descubierto ventlight por la noche como el sueño es mucho mejor en la habitación bien ventilado. No se ponga los vestidos de noche ajustados o pijamas. La ropa de dormir debe ser todo de las telas naturales.
El color de la ropa de cama es de gran importancia también. La medicina moderna y los diseñadores dan preferencia a los colores beige de oro de diferente intensidad o gama azul. Estos tonos van bien para la decoración interior del dormitorio incluyendo las paredes, alfombras, cortinas y muebles. Si quieres dormir bien, luego añade clara de las imágenes grandes y coloridas en los fondos de pantalla y las cortinas.
Y uno más; muchas personas piensan que una pastilla de sueño te puede proporcionar una noche tranquila. Pero, en verdad, es mucho más sano para cumplir con los procedimientos anteriormente descritos a continuación, que tomar pastillas.
Via infodescanso.com
Técnicas de relajación para evitar el síndrome post-vacacional
jueves, 25 de julio de 2013
Después de unas buenas vacaciones siempre la vuelta al trabajo siempre es muy difícil. Este proceso de transición, que es conocido como el síndrome post-vacacional, suele ser muy duro, ya que la mayoría de personas no se sienten totalmente cómodas ni a gusto en sus empleos. Sin embargo, uno no debe asustarse más de la cuenta porque este síndrome solo dura algunos días e incluso puede apaciguarse con técnicas de relajación.
El síndrome post-vacaciones se puede reconocer con mucha facilidad. Por lo general, los síntomas suelen ser irritabilidad, tristeza, desesperanza, desinterés, desmotivación, apatía, dificultad de concentración, insomnio, angustia e incluso molestias gástricas. Estos malestares son los efectos secundarios de la reincorporación a la vida cotidiana luego de un periodo de tiempo sin mayores responsabilidades.
Por lo general, el periodo del síndrome post-vacacional dura tres días, aunque en algunos casos se puede extender hasta una semana. Sin embargo, este periodo de transición siempre tiene un final. De todos modos, es recomendable poner en práctica algunas técnicas de relajación para minimizar sus efectos.
La manera más sencilla de prevenir un síndrome post-vacacional es disfrutar al máximo las vacaciones, pero no reincorporarse inmediatamente al trabajo, sobre todo después de un viaje. Es preferible adelantar la llegada unos días para que el cuerpo tenga un periodo en el que pueda acostumbrarse.
Si de todas maneras surge el síndrome post-vacacional, lo recomendable es encontrar una válvula de escape fuera del horario laboral. Esta puede ser un deporte, un hobby, una afición, etc., que haga que el trabajo no sea vuelva una totalidad. En este sentido, el yoga o la lectura son bastante útiles.
Entre las diversas técnicas de relajación, las de respiración y las que sirven para relajar los músculos son ideales. El control adecuado de la respiración es la mejor manera de hacer frente a situaciones difíciles. En estos casos, uno debería observar su respiración hasta encontrar un ritmo y mantenerlo constante y sin sobresaltos.
La inspiración abdominal también es una técnica muy útil. Su objetivo es dirigir el aire inspirado a la parte inferior de los pulmones. Para ello, uno debe situar una de sus manos en el vientre y la otra sobre su estómago. Al respirar, se debería percibir movimiento en la mano situada en el vientre, pero no en la que se encuentra sobre el estómago.
Estas técnicas se complementan muy bien con una alimentación sana, donde se reemplacen las frituras, los alimentos calóricos y los que producen digestiones pesadas por otros más saludables y que garanticen digestiones más ligeras, como los productos sin lactosa, por ejemplo.
Via .blogsinlactosa.es
El síndrome post-vacaciones se puede reconocer con mucha facilidad. Por lo general, los síntomas suelen ser irritabilidad, tristeza, desesperanza, desinterés, desmotivación, apatía, dificultad de concentración, insomnio, angustia e incluso molestias gástricas. Estos malestares son los efectos secundarios de la reincorporación a la vida cotidiana luego de un periodo de tiempo sin mayores responsabilidades.
Por lo general, el periodo del síndrome post-vacacional dura tres días, aunque en algunos casos se puede extender hasta una semana. Sin embargo, este periodo de transición siempre tiene un final. De todos modos, es recomendable poner en práctica algunas técnicas de relajación para minimizar sus efectos.
La manera más sencilla de prevenir un síndrome post-vacacional es disfrutar al máximo las vacaciones, pero no reincorporarse inmediatamente al trabajo, sobre todo después de un viaje. Es preferible adelantar la llegada unos días para que el cuerpo tenga un periodo en el que pueda acostumbrarse.
Si de todas maneras surge el síndrome post-vacacional, lo recomendable es encontrar una válvula de escape fuera del horario laboral. Esta puede ser un deporte, un hobby, una afición, etc., que haga que el trabajo no sea vuelva una totalidad. En este sentido, el yoga o la lectura son bastante útiles.
Entre las diversas técnicas de relajación, las de respiración y las que sirven para relajar los músculos son ideales. El control adecuado de la respiración es la mejor manera de hacer frente a situaciones difíciles. En estos casos, uno debería observar su respiración hasta encontrar un ritmo y mantenerlo constante y sin sobresaltos.
La inspiración abdominal también es una técnica muy útil. Su objetivo es dirigir el aire inspirado a la parte inferior de los pulmones. Para ello, uno debe situar una de sus manos en el vientre y la otra sobre su estómago. Al respirar, se debería percibir movimiento en la mano situada en el vientre, pero no en la que se encuentra sobre el estómago.
Estas técnicas se complementan muy bien con una alimentación sana, donde se reemplacen las frituras, los alimentos calóricos y los que producen digestiones pesadas por otros más saludables y que garanticen digestiones más ligeras, como los productos sin lactosa, por ejemplo.
Via .blogsinlactosa.es
Cómo relajarse durante una semana de vacaciones
lunes, 22 de julio de 2013
Lo más importante es dejar a un lado el estrés, olvidarse del trabajo, los problemas y, sobre todo, intentar sacarle el máximo partido a esa semana de vacaciones.
Con la vida de estrés que llevamos, al tomarnos unas vacaciones nos damos cuenta de que en el momento que comenzábamos a relajarnos es justo cuando ha llegado el final de ellas y toca volver a casa. Cuando las vacaciones son largas no hay problema, da tiempo de sobra para desconectar. Pero si sólo contamos con una semana de vacaciones, puede que volvamos con la sensación de no habernos relajado lo suficiente.
Cambiar de aires
Es muy importante aprovechar las vacaciones al máximo para descansar y olvidarnos de nuestras rutinas del día a día, para lo cual es esencial disfrutar del momento, mantener la cabeza ocupada en el presente, en cada minuto que se está disfrutando y no pensar en lo que se dejó en casa ni en lo que vendrá a su vuelta.
Hay muchas personas que aprovechan las vacaciones para hacer todas aquellas tareas en casa que, durante el resto del año, no pueden realizar por falta de tiempo: pequeñas obras en casa, organizar el trastero o los armarios. No es una mala idea hacer esto, pero es importante que al menos una semana de vacaciones sea para descansar y olvidarse de lo cotidiano.
La mejor forma de conseguir esto es salir fuera. Una escapada a la playa, a la montaña o a un pueblo perdido, cualquier sitio que no esté relacionado con el entorno diario, nos servirá para cambiar de aires. Es fundamental que el destino sea de su interés. Viajar a un lugar donde no apetezca demasiado y se haya elegido por compromiso familiar o de amistad, a veces, puede resultar igual de estresante que quedarse en casa.
Desconectar del mundo
Si es posible y durante esa semana de vacaciones, lo ideal es no encender el televisor ni escuchar las noticias por radio, es mejor sustituir éstos por su música prefería o incluso aquellas que incitan a la relajación.
Sustituya la prensa y la conexión a internet por un buen libro que haga volar su imaginación a cualquier parte. Camine o pasee sin prisas, disfrutando del paisaje de su entorno. Aunque viaje a un lugar sencillo y sin grandes zonas de interés turístico, descubrirá que el bienestar del paseo, hará de cualquier sitio un lugar especial y atractivo a su mirada.
Fuente .utilidad.com
Con la vida de estrés que llevamos, al tomarnos unas vacaciones nos damos cuenta de que en el momento que comenzábamos a relajarnos es justo cuando ha llegado el final de ellas y toca volver a casa. Cuando las vacaciones son largas no hay problema, da tiempo de sobra para desconectar. Pero si sólo contamos con una semana de vacaciones, puede que volvamos con la sensación de no habernos relajado lo suficiente.
Cambiar de aires
Es muy importante aprovechar las vacaciones al máximo para descansar y olvidarnos de nuestras rutinas del día a día, para lo cual es esencial disfrutar del momento, mantener la cabeza ocupada en el presente, en cada minuto que se está disfrutando y no pensar en lo que se dejó en casa ni en lo que vendrá a su vuelta.
Hay muchas personas que aprovechan las vacaciones para hacer todas aquellas tareas en casa que, durante el resto del año, no pueden realizar por falta de tiempo: pequeñas obras en casa, organizar el trastero o los armarios. No es una mala idea hacer esto, pero es importante que al menos una semana de vacaciones sea para descansar y olvidarse de lo cotidiano.
La mejor forma de conseguir esto es salir fuera. Una escapada a la playa, a la montaña o a un pueblo perdido, cualquier sitio que no esté relacionado con el entorno diario, nos servirá para cambiar de aires. Es fundamental que el destino sea de su interés. Viajar a un lugar donde no apetezca demasiado y se haya elegido por compromiso familiar o de amistad, a veces, puede resultar igual de estresante que quedarse en casa.
Desconectar del mundo
Si es posible y durante esa semana de vacaciones, lo ideal es no encender el televisor ni escuchar las noticias por radio, es mejor sustituir éstos por su música prefería o incluso aquellas que incitan a la relajación.
Sustituya la prensa y la conexión a internet por un buen libro que haga volar su imaginación a cualquier parte. Camine o pasee sin prisas, disfrutando del paisaje de su entorno. Aunque viaje a un lugar sencillo y sin grandes zonas de interés turístico, descubrirá que el bienestar del paseo, hará de cualquier sitio un lugar especial y atractivo a su mirada.
Fuente .utilidad.com
Qué diferencias hay entre dormir y descansar
domingo, 21 de julio de 2013
Después de una jornada o jornadas largas de trabajo, llega un momento en el que nuestro cuerpo necesita dormir. Posiblemente, si estamos muy cansados, seremos capaces de dormirnos en cualquier lugar y posición, por ejemplo, una silla o sofá, o en el coche, etc.
Pero, cuando nos despertamos de este sueño, ¿tenemos la sensación de haber descansado?, es decir, ¿descansamos realmente cada vez que dormimos?.
El término descanso se refiere a la regeneración de nuestro cuerpo y organismo. Durante el descanso nuestra columna vertebral, sistema sanguíneo y nervioso o nuestra musculatura, se regenera, reparan y reencuentran su equilibrio natural.
Por ejemplo, podemos dormir muchas horas pero bajo preocupaciones, ruidos o luces molestas que provoquen continuos despertares durante el sueño. Esto provocará un descanso deficiente para nuestro organismo.
Un entorno de descanso adecuado y con las condiciones óptimas, un buen sistema de descanso adecuado a nuestras necesidades individuales y unos buenos hábitos de descanso (horas de acostarse y levantarse, alimentación antes de dormir, etc) optimizarán nuestro descanso respecto a las horas que dediquemos a dormir.
Via dimax.com.es
Pero, cuando nos despertamos de este sueño, ¿tenemos la sensación de haber descansado?, es decir, ¿descansamos realmente cada vez que dormimos?.
El término descanso se refiere a la regeneración de nuestro cuerpo y organismo. Durante el descanso nuestra columna vertebral, sistema sanguíneo y nervioso o nuestra musculatura, se regenera, reparan y reencuentran su equilibrio natural.
Por ejemplo, podemos dormir muchas horas pero bajo preocupaciones, ruidos o luces molestas que provoquen continuos despertares durante el sueño. Esto provocará un descanso deficiente para nuestro organismo.
Un entorno de descanso adecuado y con las condiciones óptimas, un buen sistema de descanso adecuado a nuestras necesidades individuales y unos buenos hábitos de descanso (horas de acostarse y levantarse, alimentación antes de dormir, etc) optimizarán nuestro descanso respecto a las horas que dediquemos a dormir.
Via dimax.com.es
Evitar que las preocupaciones no nos dejen dormir
sábado, 20 de julio de 2013
‘¿Las preocupaciones no te dejan dormir? Estos consejos son para ti.
1. Programa las preocupaciones. “En el mundo ajetreado de hoy, no tenemos tiempo de preocuparnos hasta que apagamos la luz”, dice la doctora Mary Susan Esther, directora del Centro del Sueño de South Park, en Charlotte, Carolina del Norte, y presidenta de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño. “Sin embargo, todos necesitamos un tiempo para preocuparnos”, añade.
La clave es programarlo de forma regular temprano por la tarde, antes de las 8:00 p.m. Siéntate con un montón de tarjetas pequeñas y pregúntate: “¿Qué me preocupa?” Después, escribe una preocupación en cada una de las tarjetas.
Cuando creas que has escrito la última preocupación, ve la primera tarjeta, piensa en la preocupación que describe y enfrenta la realidad. ¿La preocupación tiene que ver con un problema que puedes resolver? Si no es así, rompe la tarjeta. De lo contrario, escribe las posibles acciones que puedes tomar y mete la tarjeta en una caja de preocupaciones. Podrás analizarla en la mañana y decidir qué hacer.
2. Dirígete al baño. Cuando apagues la computadora y programes tu sesión de preocupaciones, un baño caliente antes de dormir no sólo te relajará, sino que ajustará tu temperatura corporal a un punto que le indique al cerebro: “Oye, es hora de dormir”.
3. Esconde los relojes. “Los relojes digitales te echan en cara la hora”, dice Esther. “Es normal despertarse durante la noche, pero si ves la hora en el reloj es probable que aumente tu ansiedad por no poder conciliar el sueño”. Si necesitas un reloj para despertarte en la mañana, voltéalo hacia la pared antes de dormir. Lo escucharás perfectamente.
4. Ten a la mano leche y galletas. La leche contiene triptófano, un inductor del sueño, pero necesitas carbohidratos para que llegue al cerebro. A la doctora Esther le parecen bien las galletas dulces (bajas en grasa, por supuesto) como carbohidratos, pero puedes sustituirlas por galletas saladas. También hay complementos de triptófano en el supermercado, pero ni la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ni Esther los recomiendan; aún se está analizando su seguridad.
Hay otros alimentos o infusiones que puedes tomar por la noche para descansar mejor, como almendras, tila, valeriana…
’5. Olvida el alcohol. “A veces, las personas con insomnio toman una o dos copas para poder dormir”, dice la doctora Esther. El alcohol acorta el tiempo para conciliar el sueño, pero en realidad provoca más excitación cuando tu cuerpo lo metaboliza. El resultado es que acorta el sueño. “Tomar una copa de vino en la cena está bien”, añade. “Pero tomar una copa después puede afectar el sueño”.
6. Trátate como un niño. Crea una rutina tranquilizadora para después del baño y para antes de acostarte, dice Esther. Lee un poco, escucha música suave… cualquier cosa que te haga sentir relajada. “Solemos cuidar a todos antes que a nosotros”, dice Esther. “Eso tiene que cambiar”.
7. Evita esos pensamientos. Cuando te acuestes, deja de preocuparte, sobre todo por conciliar el sueño. Hay un truco llamado “detener los pensamientos”, que funciona de maravilla, dice la doctora Esther. “Si descubres que estás pensando en el día siguiente y diciendo: “Mañana va a ser un mal día porque jamás me voy a poder dormir”, detente y di: “No debo pensar eso. Ya me ha pasado antes. Si no logro dormir, me levantaré y hojearé una revista, ¡pero NO voy a concentrarme en esto!” Suena simple, pero una vez que lo intentes, ¡verás que funciona!
8. Programa tu horario de sueño. “Apégate a él los siete días de la semana”, dice la doctora Esther. Abrir los ojos todas las mañanas a la misma hora desencadena una serie de sustancias químicas que, al transcurrir el día, le dicen a tu cuerpo cuándo debe dormir.
Recordar siempre que todo esto no sirve de nada si el colchón en el que dormimos no es el adecuado.
Via icolchones.com
Aprender a descansar es fundamental para vivir mejor
viernes, 19 de julio de 2013
Cada vez más estudios coinciden en señalar los beneficios del sueño en la salud y en la belleza. La recomendación para un adulto es dormir unas 8 horas al día y aunque si nos dejasen, algunos dormiríamos más, para mucha gente no es tan fácil de cumplir. Cada persona tiene unas necesidades concretas en función de la actividad que tenga, el lugar en el que se encuentre, la época del año, el nivel de estrés al que esté sometida, etc.
El insomnio es un problema que afecta cada vez a personas de grupos más diversos, incluso en edad infantil, y aunque las causas pueden ser muchas y muy variadas existen unas recomendaciones comunes para lograr una higiene del sueño apropiada que facilite alcanzar las condiciones necesarias para facilitar un descanso adecuado y para evitar las consecuencias que el insomnio tiene para nuestra salud como falta de memoria, falta de atención con el consiguiente riesgo de sufrir accidentes, bajo rendimiento físico y mental, etc.
Nuestras recomendaciones, algunas de ellas obvias y otras no tanto, para una correcta higiene del sueño son:
Evitar consumir excitantes como el tabaco y el alcohol durante el periodo de tiempo que precede al momento de acostarse.
El cuerpo descansará mejor si no tiene que estar ocupado en hacer la digestión por lo que sería recomendable espaciar el momento de la cena del de irse a la cama y cuando no sea posible evitar consumir productos que no sean fácilmente digeribles.
Habréis oído alguna vez la expresión “el ser humano es animal de costumbres” medio en broma pues bien, es cierto, si creamos rutinas nuestro cerebro las asumirá y preparará a nuestro organismo para llevarlas a cabo. Por este motivo es muy recomendable hacer siempre lo mismo antes de irse a dormir para que nuestro cerebro asuma que ha llegado el momento de dar la orden de relajarse al resto de nuestro cuerpo.
El dormitorio debe asociarse con el descanso por lo que no es aconsejable ver la TV, leer, etc. en la cama.
El ejercicio físico genera endorfinas que activan nuestro cuerpo y nuestra mente por lo que se debe evitar antes de dormir.
Conviene iniciar el proceso de preparación para el momento de irse a dormir sin preocupaciones así que si tienes algo rondándote la cabeza que temas olvidar escríbelo en un papel, ponte las notas y alarmas necesarias para el día siguiente, etc. En definitiva, se trata de dejar todo preparado para que nuestra cabeza no esté centrada en nada más que en relajarse y descansar. Esto incluye evitar el uso del teléfono y otros dispositivos móviles antes de irnos a dormir.
Hay estudios que recomiendan apagar el WIFI y no tener cerca ningún dispositivo conectado a la red en el entorno del descanso por las ondas que emiten y que afectan a nuestro descanso sin que nos demos cuenta.
Por último debemos cuidar el entorno del descanso, conviene para ello mantener la habitación recogida y ventilada. En el momento de irnos a dormir debemos lograr un ambiente de oscuridad y silencio evitando temperaturas extremas.
Uno de los factores principales para descansar correctamente es elegir el colchón apropiado y aunque realizar su mantenimiento adecuadamente (por ejemplo, girar regularmente los colchones) nos ayudará a conservar su firmeza y uniformidad más tiempo, no debemos olvidar que la vida útil de un colchón oscila entre 7 y 10 años dependiendo de sus características y es muy importante no utilizarlo pasado ese momento ya que no estará en condiciones de cuidar nuestra espalda y dar soporte a nuestro descanso.
La mejor manera de acertar en una decisión tan importante como la elección del colchón que nos cuidará durante tanto tiempo y que, por lo tanto, repercutirá tanto en nuestro día a día, es dejarse aconsejar por un asesor
Via .dormitienda.com
El insomnio es un problema que afecta cada vez a personas de grupos más diversos, incluso en edad infantil, y aunque las causas pueden ser muchas y muy variadas existen unas recomendaciones comunes para lograr una higiene del sueño apropiada que facilite alcanzar las condiciones necesarias para facilitar un descanso adecuado y para evitar las consecuencias que el insomnio tiene para nuestra salud como falta de memoria, falta de atención con el consiguiente riesgo de sufrir accidentes, bajo rendimiento físico y mental, etc.
Nuestras recomendaciones, algunas de ellas obvias y otras no tanto, para una correcta higiene del sueño son:
Evitar consumir excitantes como el tabaco y el alcohol durante el periodo de tiempo que precede al momento de acostarse.
El cuerpo descansará mejor si no tiene que estar ocupado en hacer la digestión por lo que sería recomendable espaciar el momento de la cena del de irse a la cama y cuando no sea posible evitar consumir productos que no sean fácilmente digeribles.
Habréis oído alguna vez la expresión “el ser humano es animal de costumbres” medio en broma pues bien, es cierto, si creamos rutinas nuestro cerebro las asumirá y preparará a nuestro organismo para llevarlas a cabo. Por este motivo es muy recomendable hacer siempre lo mismo antes de irse a dormir para que nuestro cerebro asuma que ha llegado el momento de dar la orden de relajarse al resto de nuestro cuerpo.
El dormitorio debe asociarse con el descanso por lo que no es aconsejable ver la TV, leer, etc. en la cama.
El ejercicio físico genera endorfinas que activan nuestro cuerpo y nuestra mente por lo que se debe evitar antes de dormir.
Conviene iniciar el proceso de preparación para el momento de irse a dormir sin preocupaciones así que si tienes algo rondándote la cabeza que temas olvidar escríbelo en un papel, ponte las notas y alarmas necesarias para el día siguiente, etc. En definitiva, se trata de dejar todo preparado para que nuestra cabeza no esté centrada en nada más que en relajarse y descansar. Esto incluye evitar el uso del teléfono y otros dispositivos móviles antes de irnos a dormir.
Hay estudios que recomiendan apagar el WIFI y no tener cerca ningún dispositivo conectado a la red en el entorno del descanso por las ondas que emiten y que afectan a nuestro descanso sin que nos demos cuenta.
Por último debemos cuidar el entorno del descanso, conviene para ello mantener la habitación recogida y ventilada. En el momento de irnos a dormir debemos lograr un ambiente de oscuridad y silencio evitando temperaturas extremas.
Uno de los factores principales para descansar correctamente es elegir el colchón apropiado y aunque realizar su mantenimiento adecuadamente (por ejemplo, girar regularmente los colchones) nos ayudará a conservar su firmeza y uniformidad más tiempo, no debemos olvidar que la vida útil de un colchón oscila entre 7 y 10 años dependiendo de sus características y es muy importante no utilizarlo pasado ese momento ya que no estará en condiciones de cuidar nuestra espalda y dar soporte a nuestro descanso.
La mejor manera de acertar en una decisión tan importante como la elección del colchón que nos cuidará durante tanto tiempo y que, por lo tanto, repercutirá tanto en nuestro día a día, es dejarse aconsejar por un asesor
Via .dormitienda.com
Elegir colchón: Más comodidad, mayor descanso, mejor salud
lunes, 15 de julio de 2013
Los materiales, el tamaño y el precio determinan una decisión muy personal en la que deben primar los criterios que garanticen un buen reposo
La adquisición de un colchón equivale a la compra de descanso, comodidad y, en definitiva, salud. Estos son los criterios que deben primar cuando, cada 12 años aproximadamente, sustituimos la vieja superficie que, harta de soportar nuestro peso, en muchos casos multiplicado por dos, siete días a la semana durante 7-8 horas de media (los médicos recomiendan dormir un mínimo de 52 horas semanales) se acoge ahora a su derecho de descanso indefinido. Las consecuencias de dormir en un colchón deformado, poco firme o que cruja afectan de manera directa a la salud: falta de concentración, ansiedad, fatiga, déficit en la memoria y dolor muscular.
No nos referimos ahora a la cantidad de horas que pasamos durmiendo -un tercio de nuestra vida- sino a la calidad del sueño, más allá de que el lecho individual, infantil o conyugal, aparente mantenerse en buenas condiciones. Si cada mañana permanece la sensación de incomodidad y de que apenas se ha descansado, ha llegado la hora de sustituir el viejo colchón.
Por término medio, el ciclo de vida de un colchón alcanza su fin pasados los 12 años, 15 si el colchón se utiliza para habitaciones de invitados o segundas residencias. El cambio se adelantará si aparece una deformación que hace que el usuario se desplace lenta e involuntariamente hacia al centro del colchón a lo largo de la noche; si amanece con dolores de espalda o cuello; o si cualquier movimiento suave de la pareja llega a interrumpir el sueño del compañero. En muchas ocasiones, su apariencia exterior advierte de que el recambio por otro nuevo se acerca; sonido de muelles, rotura de costuras y relleno desigual son síntomas claros de que su ciclo de vida ha llegado ya a su fin.
Una elección personal
Además del precio, las preferencias personales determinan la compra de un colchón. No hay un colchón que se pueda calificar como el adecuado para todos, cada uno debe buscar aquél que mejor se adapte a sus necesidades y gustos particulares. Agrados y preferencias aparte, lo cierto es que tal y como se recoge en la Escuela de Dolor de Espalda, elaborada por EROSKI CONSUMER, hay ciertos criterios universales que el consumidor debe tener en cuenta. Su longitud debe ser entre 10 y 20 centímetros mayor que la de la persona lo vaya a utilizar, con un grosor de 15 centímetros como mínimo y una anchura de 90 centímetros para camas individuales y de 150 centímetros para las de pareja. En cuanto a la superficie, un colchón demasiado duro es tan perjudicial como uno blando e inconsistente. Debe ser firme y prestar apoyo a toda la columna cuando se está acostado boca arriba, de manera que se distribuya de la forma adecuada la presión del cuerpo, lo que favorece la circulación en las horas de sueño.
Muelles
Las dos grandes familias que clasifican a los colchones son la de muelles y la de espuma. La primera era, hasta hace bien poco, la opción de descanso elegida por la gran mayoría: los colchones de muelles permiten una buena transpiración durante las horas de sueño, una característica fundamental para garantizar un buen descanso y mantener la temperatura ideal del cuerpo. El problema es que los muelles ceden con el tiempo y tienden a hundirse en el centro, lo que genera una postura incorrecta del cuerpo. Además, si bien con ellos la ventilación está asegurada, pueden llegar a ser fríos porque conservan muy poco el calor.
En función de cómo estén alineados los muelles en su interior, los colchones de esta categoría se clasifican en tres tipos:
Muelles independientes. Constituidos por un núcleo de muelles metálicos independientes cuya firmeza aumenta al presionarlos.
Muelles continuos. Formados por una red de hilo metálico que ofrece una mayor estabilidad.
Muelles embolsados. Cuyo núcleo está compuesto por muelles independientes de forma cilíndrica que se muestran en el interior de una bolsas de material textil.
Consejos para alargar su uso
Es aconsejable rotar el colchón cada tres meses y girarlo de arriba hacia abajo y de la cabeza a los pies. Igual de importante es protegerlo con una funda compuesta por materiales naturales, ya que contribuirá a mantener la buena transpiración del modelo elegido. Como norma diaria a seguir habrá que ventilar tanto la estancia como la cama en sí: un ambiente húmedo y condensado puede favorecer la aparición de hongos en el colchón.
Si se desea realizar una limpieza en profundidad para eliminar el polvo y los ácaros, se debe emplear un cepillo de púas semiduras y huir del aspirador (su uso perjudica la calidad del colchón).
La mejor arma contra los malos olores es el uso del bicarbonato, infalible desodorante natural. Bastará con humedecer levemente la pieza y espolvorearla con este compuesto. Una vez seco, se retiran los restos con un cepillo.
Gomaespuma, látex o viscoelástico
Dentro de la segunda familia se hallan los colchones de espuma de poliuretano, los de látex y los de material viscoelástico. Los primeros, también conocidos como colchones de gomaespuma, están formados por una sola pieza de material sintético cubierta por una funda. Son muy económicos y se comercializan de diferentes densidades; alta y baja. Los colchones de espuma de baja densidad pierden la firmeza con el uso y se hunden demasiado y tampoco regulan bien la temperatura.
El núcleo de estos colchones está formado por un bloque continuo de goma látex que incluye un conjunto de perforaciones para facilitar la aireación y crear zonas de resistencia. A diferencia de otros países europeos donde se ha establecido que al menos el 85% del látex debe proceder del árbol del caucho y sólo un 15% puede ser sintético, obtenido a partir de petróleo, en nuestro país todavía no se ha acordado una denominación natural para este componente. Por esta razón, es recomendable que antes de comprar un colchón de látex, el consumidor se preocupe por saber en qué proporción se hallará esta goma en su nuevo elemento de descanso.
Sus cualidades ergonómicas son muy similares a las de un colchón de muelles, con la desventaja de que eliminan peor el sudor. Eso sí, su enorme elasticidad hace que se amolden a la perfección al cuerpo y a las articulaciones. La principal ventaja es que en la goma látex no anidan los ácaros, por lo que es una fórmula recomendada por los especialistas para crear un entorno de descanso antibacteriano e hipoalergénico. Además, la durabilidad de un colchón de látex es mayor. Sin embargo, es, como mínimo, un 25% más caro que los modelos de muelles (de 700 euros a 1.200 euros en un modelo de 135x190 cm) aunque la calidad de sueño que ofrecen ambos colchones es muy similar.
Por último, el poliuretano viscoelástico es otro tipo de colchón cuyo núcleo está formado por una espuma semejante a un gel que cambia de forma combinando la presión y la temperatura del cuerpo. La deformación del colchón tarda unos segundos en desaparecer siempre que el usuario cambie de postura, de ahí que se suela conocer como el colchón con memoria corporal térmica. Esta misma característica lo sitúa como un elemento apropiado de descanso para aquellas personas que, por problemas de salud, deben pasar mucho tiempo en la cama. En este punto radica su principal desventaja, ya que el resto de personas pueden sentir cierta sensación de agobio al descansar en ellos ante la dificultad para cambiar de posición. Otro aspecto negativo es su precio, más caro que el resto (entre 840 euros y 1.385 euros por un modelo de 135x190 cm).
Cada colchón con su somier correspondiente
De poco sirve renovar el viejo colchón si se vuelve a colocar sobre una base que no es la más apropiada. Está demostrado que estrenar un colchón sobre un viejo somier repercute no sólo en la propia vida útil del colchón sino en la futura calidad del descanso de una persona. Por ello, los fabricantes insisten en que ambas partes se conciban como una sola unidad en el momento de compra, ya que un buen somier garantiza una columna vertebral sana y favorece su correcta posición. Tres son los tipos de somieres que se ajustan en gran medida a cada familia de colchones:
La base de láminas. Formada por listones de madera, es la base comodín de todos los colchones por su facilidad para combinarse con cualquier material.
Somier articulado. Tanto la parte superior de la base como la inferior se pueden elevar. Debe ir combinado con colchones de muelles embolsados, de látex y viscoelástica.
Base canapé. Impide la correcta ventilación del colchón pero crea nuevos rincones donde guardar enseres. Ahora bien, este modelo exige la utilización de un colchón no muy pesado.
Palabras clave en la compra de un colchón
Precio: Los colchones de muelles y los de espuma de poliuretano son más baratos que los de látex y viscoelástica (esta última resulta la opción más cara).
Firmeza: El colchón debe ser firme para que las curvas de la espalda reciban apoyo y la columna se mantenga recta. Se debe elegir en función del peso corporal: cuanto más elevado sea su peso, más firmeza necesitará para obtener un buen apoyo.
Elasticidad: La base debe ceder sin excesos bajo las partes con más peso del cuerpo -hombros y pelvis-, ofreciendo a su vez un soporte firme para las zonas menos pesadas.
Acabados: No debe tener defectos como costuras interrumpidas, hilos sueltos ni manchas.
Recambio: Por norma general, la vida útil de un colchón ronda los 12 años.
Transpiración: El látex y la espuma se ventilan peor que los colchones de muelles, aunque mantienen mejor el calor.
Alergia: El látex crea un entorno hipoalergénico. Eso sí, hay personas que son alérgicas a este material, por lo que deberán desechar la idea de usarlo.
Larga estancia: El colchón viscoelástico es el más apropiado para las personas que por motivos de salud deben permanecen largas temporadas en la cama.
Somier: El colchón debe renovarse de manera conjunta con el somier porque colocar la nueva superficie sobre un somier viejo acorta la vida útil del nuevo colchón.
Momento de comprar: Jamás se debe comprar un colchón por catálogo, sin probarlo. Tampoco se debe emprender esta tarea a la vuelta del trabajo o en momentos en los que se encuentra cansado porque cualquiera podría parecer el adecuado.
Via revista.consumer.es
La adquisición de un colchón equivale a la compra de descanso, comodidad y, en definitiva, salud. Estos son los criterios que deben primar cuando, cada 12 años aproximadamente, sustituimos la vieja superficie que, harta de soportar nuestro peso, en muchos casos multiplicado por dos, siete días a la semana durante 7-8 horas de media (los médicos recomiendan dormir un mínimo de 52 horas semanales) se acoge ahora a su derecho de descanso indefinido. Las consecuencias de dormir en un colchón deformado, poco firme o que cruja afectan de manera directa a la salud: falta de concentración, ansiedad, fatiga, déficit en la memoria y dolor muscular.
No nos referimos ahora a la cantidad de horas que pasamos durmiendo -un tercio de nuestra vida- sino a la calidad del sueño, más allá de que el lecho individual, infantil o conyugal, aparente mantenerse en buenas condiciones. Si cada mañana permanece la sensación de incomodidad y de que apenas se ha descansado, ha llegado la hora de sustituir el viejo colchón.
Por término medio, el ciclo de vida de un colchón alcanza su fin pasados los 12 años, 15 si el colchón se utiliza para habitaciones de invitados o segundas residencias. El cambio se adelantará si aparece una deformación que hace que el usuario se desplace lenta e involuntariamente hacia al centro del colchón a lo largo de la noche; si amanece con dolores de espalda o cuello; o si cualquier movimiento suave de la pareja llega a interrumpir el sueño del compañero. En muchas ocasiones, su apariencia exterior advierte de que el recambio por otro nuevo se acerca; sonido de muelles, rotura de costuras y relleno desigual son síntomas claros de que su ciclo de vida ha llegado ya a su fin.
Una elección personal
Además del precio, las preferencias personales determinan la compra de un colchón. No hay un colchón que se pueda calificar como el adecuado para todos, cada uno debe buscar aquél que mejor se adapte a sus necesidades y gustos particulares. Agrados y preferencias aparte, lo cierto es que tal y como se recoge en la Escuela de Dolor de Espalda, elaborada por EROSKI CONSUMER, hay ciertos criterios universales que el consumidor debe tener en cuenta. Su longitud debe ser entre 10 y 20 centímetros mayor que la de la persona lo vaya a utilizar, con un grosor de 15 centímetros como mínimo y una anchura de 90 centímetros para camas individuales y de 150 centímetros para las de pareja. En cuanto a la superficie, un colchón demasiado duro es tan perjudicial como uno blando e inconsistente. Debe ser firme y prestar apoyo a toda la columna cuando se está acostado boca arriba, de manera que se distribuya de la forma adecuada la presión del cuerpo, lo que favorece la circulación en las horas de sueño.
Muelles
Las dos grandes familias que clasifican a los colchones son la de muelles y la de espuma. La primera era, hasta hace bien poco, la opción de descanso elegida por la gran mayoría: los colchones de muelles permiten una buena transpiración durante las horas de sueño, una característica fundamental para garantizar un buen descanso y mantener la temperatura ideal del cuerpo. El problema es que los muelles ceden con el tiempo y tienden a hundirse en el centro, lo que genera una postura incorrecta del cuerpo. Además, si bien con ellos la ventilación está asegurada, pueden llegar a ser fríos porque conservan muy poco el calor.
En función de cómo estén alineados los muelles en su interior, los colchones de esta categoría se clasifican en tres tipos:
Muelles independientes. Constituidos por un núcleo de muelles metálicos independientes cuya firmeza aumenta al presionarlos.
Muelles continuos. Formados por una red de hilo metálico que ofrece una mayor estabilidad.
Muelles embolsados. Cuyo núcleo está compuesto por muelles independientes de forma cilíndrica que se muestran en el interior de una bolsas de material textil.
Consejos para alargar su uso
Es aconsejable rotar el colchón cada tres meses y girarlo de arriba hacia abajo y de la cabeza a los pies. Igual de importante es protegerlo con una funda compuesta por materiales naturales, ya que contribuirá a mantener la buena transpiración del modelo elegido. Como norma diaria a seguir habrá que ventilar tanto la estancia como la cama en sí: un ambiente húmedo y condensado puede favorecer la aparición de hongos en el colchón.
Si se desea realizar una limpieza en profundidad para eliminar el polvo y los ácaros, se debe emplear un cepillo de púas semiduras y huir del aspirador (su uso perjudica la calidad del colchón).
La mejor arma contra los malos olores es el uso del bicarbonato, infalible desodorante natural. Bastará con humedecer levemente la pieza y espolvorearla con este compuesto. Una vez seco, se retiran los restos con un cepillo.
Gomaespuma, látex o viscoelástico
Dentro de la segunda familia se hallan los colchones de espuma de poliuretano, los de látex y los de material viscoelástico. Los primeros, también conocidos como colchones de gomaespuma, están formados por una sola pieza de material sintético cubierta por una funda. Son muy económicos y se comercializan de diferentes densidades; alta y baja. Los colchones de espuma de baja densidad pierden la firmeza con el uso y se hunden demasiado y tampoco regulan bien la temperatura.
El núcleo de estos colchones está formado por un bloque continuo de goma látex que incluye un conjunto de perforaciones para facilitar la aireación y crear zonas de resistencia. A diferencia de otros países europeos donde se ha establecido que al menos el 85% del látex debe proceder del árbol del caucho y sólo un 15% puede ser sintético, obtenido a partir de petróleo, en nuestro país todavía no se ha acordado una denominación natural para este componente. Por esta razón, es recomendable que antes de comprar un colchón de látex, el consumidor se preocupe por saber en qué proporción se hallará esta goma en su nuevo elemento de descanso.
Sus cualidades ergonómicas son muy similares a las de un colchón de muelles, con la desventaja de que eliminan peor el sudor. Eso sí, su enorme elasticidad hace que se amolden a la perfección al cuerpo y a las articulaciones. La principal ventaja es que en la goma látex no anidan los ácaros, por lo que es una fórmula recomendada por los especialistas para crear un entorno de descanso antibacteriano e hipoalergénico. Además, la durabilidad de un colchón de látex es mayor. Sin embargo, es, como mínimo, un 25% más caro que los modelos de muelles (de 700 euros a 1.200 euros en un modelo de 135x190 cm) aunque la calidad de sueño que ofrecen ambos colchones es muy similar.
Por último, el poliuretano viscoelástico es otro tipo de colchón cuyo núcleo está formado por una espuma semejante a un gel que cambia de forma combinando la presión y la temperatura del cuerpo. La deformación del colchón tarda unos segundos en desaparecer siempre que el usuario cambie de postura, de ahí que se suela conocer como el colchón con memoria corporal térmica. Esta misma característica lo sitúa como un elemento apropiado de descanso para aquellas personas que, por problemas de salud, deben pasar mucho tiempo en la cama. En este punto radica su principal desventaja, ya que el resto de personas pueden sentir cierta sensación de agobio al descansar en ellos ante la dificultad para cambiar de posición. Otro aspecto negativo es su precio, más caro que el resto (entre 840 euros y 1.385 euros por un modelo de 135x190 cm).
Cada colchón con su somier correspondiente
De poco sirve renovar el viejo colchón si se vuelve a colocar sobre una base que no es la más apropiada. Está demostrado que estrenar un colchón sobre un viejo somier repercute no sólo en la propia vida útil del colchón sino en la futura calidad del descanso de una persona. Por ello, los fabricantes insisten en que ambas partes se conciban como una sola unidad en el momento de compra, ya que un buen somier garantiza una columna vertebral sana y favorece su correcta posición. Tres son los tipos de somieres que se ajustan en gran medida a cada familia de colchones:
La base de láminas. Formada por listones de madera, es la base comodín de todos los colchones por su facilidad para combinarse con cualquier material.
Somier articulado. Tanto la parte superior de la base como la inferior se pueden elevar. Debe ir combinado con colchones de muelles embolsados, de látex y viscoelástica.
Base canapé. Impide la correcta ventilación del colchón pero crea nuevos rincones donde guardar enseres. Ahora bien, este modelo exige la utilización de un colchón no muy pesado.
Palabras clave en la compra de un colchón
Precio: Los colchones de muelles y los de espuma de poliuretano son más baratos que los de látex y viscoelástica (esta última resulta la opción más cara).
Firmeza: El colchón debe ser firme para que las curvas de la espalda reciban apoyo y la columna se mantenga recta. Se debe elegir en función del peso corporal: cuanto más elevado sea su peso, más firmeza necesitará para obtener un buen apoyo.
Elasticidad: La base debe ceder sin excesos bajo las partes con más peso del cuerpo -hombros y pelvis-, ofreciendo a su vez un soporte firme para las zonas menos pesadas.
Acabados: No debe tener defectos como costuras interrumpidas, hilos sueltos ni manchas.
Recambio: Por norma general, la vida útil de un colchón ronda los 12 años.
Transpiración: El látex y la espuma se ventilan peor que los colchones de muelles, aunque mantienen mejor el calor.
Alergia: El látex crea un entorno hipoalergénico. Eso sí, hay personas que son alérgicas a este material, por lo que deberán desechar la idea de usarlo.
Larga estancia: El colchón viscoelástico es el más apropiado para las personas que por motivos de salud deben permanecen largas temporadas en la cama.
Somier: El colchón debe renovarse de manera conjunta con el somier porque colocar la nueva superficie sobre un somier viejo acorta la vida útil del nuevo colchón.
Momento de comprar: Jamás se debe comprar un colchón por catálogo, sin probarlo. Tampoco se debe emprender esta tarea a la vuelta del trabajo o en momentos en los que se encuentra cansado porque cualquiera podría parecer el adecuado.
Via revista.consumer.es
Estrés, recuperación y descanso
sábado, 13 de julio de 2013
El tomar decisiones en momentos de crisis o estrés requiere de un estado mental adecuado. Un estado mental apropiado, a su vez, es una combinación equilibrada de activación con descanso; en otras palabras notamos una tensión psíquica vital, por una parte y, por otra, experimentamos una sensación de tranquilidad interna. Esta paradoja no suele ser experimentada por muchas personas cuando están en momentos de angustia y estrés en su vida.
En la consulta me he encontrado con gente que en momentos de crisis, llama por teléfono desesperada pidiendo ayuda y, tras una breve conversación dicen, entre la angustia, algo así como: “Mire Doctor, cuando ya me encuentre más tranquilo y resuelva los problemas que tengo pendientes, le llamo y me pongo en tratamiento”.
Este sin sentido se produce cuando el estrés es tal que las personas no descansan y no desarrollan un mínimo de tranquilidad interna. Como les digo, “ahora es el momento para que te ayude; cuando estés tranquilo y hayas resuelto los problemas, no necesitarás ninguna ayuda”. Para estar tranquilo internamente y resolver los problemas, se necesita un método que produzca la recuperación cerebral psicosomática facilitadora del descanso.
Uno de los métodos naturales para recuperarnos y descansar es el sueño saludable. El dormir poco y mal, es decir de forma poco reparadora, se puede percibir visualmente, en el aspecto de nuestra cara, ojos, en la tensión muscular, o en la postura de nuestro cuerpo. Internamente, existen efectos a veces no percibidos por uno, en tanto que el estrés prolongado disminuye nuestro campo de conciencia. Generalmente, pueden manifestarse por ejemplo en dolores inespecíficos, en un aumento de la tensión arterial o en una fatiga corporal, sin entrar en efectos más concretos sobre la salud. Uno de los problemas más comunes que refieren muchas personas en situaciones de estrés es que tienen problemas en el sueño, no descansan bien y tiene dificultades de concentración y fatiga por el día. Hay necesidad de dormir, pero no pueden utilizar este recurso natural para descansar: “Quiero dormir, pero no me entra el sueño; y, si me duermo, me despierto temprano”. ¿Qué hacer en estos casos?. Hay una serie de claves fundamentales en nuestra recuperación:
1) Dormir saludablemente es necesario y el cerebro hará lo posible para que duermas. Igual que cuando nos hacemos una herida, hay mecanismos de cicatrización, cuando tenemos estrés y nos fatigamos , el cerebro busca nuestra recuperación de manera natural.
2) Si no puedes dormir, no siempre tienes estrés y problemas en tu entorno actual. Con frecuencia, una vez que han terminado los problemas o situaciones de estrés intensas y duraderas, los problemas de sueño persisten. Aunque uno no tenga problemas externamente, la capacidad de recuperación cerebral puede estar afectada y puede tardar más tiempo en volver a un estado saludable. Es como si se hubiese activado un círculo vicioso del que no salimos y que nos produce agotamiento y dificultades para descansar.
3) Dormir es algo natural y no se puede forzar; incluso, cuanto más te empeñes en dormir, más dificultad tendrás para tener un sueño reparador. Lo que sí podemos es facilitar su recuperación a través de ejercicios que promueven la capacidad de reequilibrio del cerebro.
4)La potenciación de la capacidad natural del cerebro para recuperarse no se hace con un método racional, orientado hacia la consecución de una meta como si fuera un objetivo empresarial. La calma y el sueño no dependen de la razón, sino de la conexión con un estado mental apropiado.
5) Entrar en un estado mental de calma, cuando estás estresado e inquieto, resulta difícil sin ayuda y no conoces el truco para que se desarrolle la tranquilidad. Existen métodos para entrar en estados de calma y, generalmente, requieren de la guía de alguien experto. La tranquilidad interna no se aprende en un libro; un libro orienta y te aclara dudas, pero no sustituye a la experiencia de alguien que ha pasado por la experiencia y sabe cómo se inducen estos estados saludables de descanso y calma.
Via psicologiasaludable.wordpress.com
En la consulta me he encontrado con gente que en momentos de crisis, llama por teléfono desesperada pidiendo ayuda y, tras una breve conversación dicen, entre la angustia, algo así como: “Mire Doctor, cuando ya me encuentre más tranquilo y resuelva los problemas que tengo pendientes, le llamo y me pongo en tratamiento”.
Este sin sentido se produce cuando el estrés es tal que las personas no descansan y no desarrollan un mínimo de tranquilidad interna. Como les digo, “ahora es el momento para que te ayude; cuando estés tranquilo y hayas resuelto los problemas, no necesitarás ninguna ayuda”. Para estar tranquilo internamente y resolver los problemas, se necesita un método que produzca la recuperación cerebral psicosomática facilitadora del descanso.
Uno de los métodos naturales para recuperarnos y descansar es el sueño saludable. El dormir poco y mal, es decir de forma poco reparadora, se puede percibir visualmente, en el aspecto de nuestra cara, ojos, en la tensión muscular, o en la postura de nuestro cuerpo. Internamente, existen efectos a veces no percibidos por uno, en tanto que el estrés prolongado disminuye nuestro campo de conciencia. Generalmente, pueden manifestarse por ejemplo en dolores inespecíficos, en un aumento de la tensión arterial o en una fatiga corporal, sin entrar en efectos más concretos sobre la salud. Uno de los problemas más comunes que refieren muchas personas en situaciones de estrés es que tienen problemas en el sueño, no descansan bien y tiene dificultades de concentración y fatiga por el día. Hay necesidad de dormir, pero no pueden utilizar este recurso natural para descansar: “Quiero dormir, pero no me entra el sueño; y, si me duermo, me despierto temprano”. ¿Qué hacer en estos casos?. Hay una serie de claves fundamentales en nuestra recuperación:
1) Dormir saludablemente es necesario y el cerebro hará lo posible para que duermas. Igual que cuando nos hacemos una herida, hay mecanismos de cicatrización, cuando tenemos estrés y nos fatigamos , el cerebro busca nuestra recuperación de manera natural.
2) Si no puedes dormir, no siempre tienes estrés y problemas en tu entorno actual. Con frecuencia, una vez que han terminado los problemas o situaciones de estrés intensas y duraderas, los problemas de sueño persisten. Aunque uno no tenga problemas externamente, la capacidad de recuperación cerebral puede estar afectada y puede tardar más tiempo en volver a un estado saludable. Es como si se hubiese activado un círculo vicioso del que no salimos y que nos produce agotamiento y dificultades para descansar.
3) Dormir es algo natural y no se puede forzar; incluso, cuanto más te empeñes en dormir, más dificultad tendrás para tener un sueño reparador. Lo que sí podemos es facilitar su recuperación a través de ejercicios que promueven la capacidad de reequilibrio del cerebro.
4)La potenciación de la capacidad natural del cerebro para recuperarse no se hace con un método racional, orientado hacia la consecución de una meta como si fuera un objetivo empresarial. La calma y el sueño no dependen de la razón, sino de la conexión con un estado mental apropiado.
5) Entrar en un estado mental de calma, cuando estás estresado e inquieto, resulta difícil sin ayuda y no conoces el truco para que se desarrolle la tranquilidad. Existen métodos para entrar en estados de calma y, generalmente, requieren de la guía de alguien experto. La tranquilidad interna no se aprende en un libro; un libro orienta y te aclara dudas, pero no sustituye a la experiencia de alguien que ha pasado por la experiencia y sabe cómo se inducen estos estados saludables de descanso y calma.
Via psicologiasaludable.wordpress.com
Feng Shui aplicado al dormitorio
jueves, 11 de julio de 2013
‘Feng Shui en el Dormitorio: El lugar de la intimidad. Cómo usar tu dormitorio para lograr mejores relaciones de pareja.’ según www.fengshuieuropa.com
El feng shui puede ayudar a quines creen en la filosofía oriental, bastante extendida hoy en día. Pero lo más importante a la hora de dormir es tener un colchón de gama alta que se adapte a la persona.
‘Que és el dormitorio
De acuerdo al Feng Shui el dormitorio es el lugar de la intimidad personal, un santuario donde retirarse para lograr descanso físico a través del sueño, pero también el espacio para lograr la desconexión más profunda que solo proporcionan la meditación y la práctica espiritual. Por supuesto, en un mundo ideal todos tendríamos grandes casas con habitaciones de sobra y, por tanto, una habitación especial para este fin. De hecho, si vive sólo o le sobran habitaciones no las dedique a cuarto de invitados sino a cuarto de meditación o a estudio. Disfrute de su espacio y úselo para expandir sus logros y su energía. Pero en un piso como suele ser habitual en las ciudades españolas, presuponer tanto espacio puede ser arriesgado. ¿Es obligatorio tener en el dormitorio esa área de espiritualidad y relaciones? No. Basta con crear la atmósfera que pueda acoger esas actividades Yin, de descanso y reposo interior.
Dormitorio Feng Shui
Qué no hacer
Un dormitorio debería evitar los colores demasiado fríos y los excesivamente estimulantes, el efecto de ambos grupos de acuerdo al Feng Shui es el mismo: por exceso o por carencia generan intranquilidad y dificultan el reposo. También debemos evitar todos los elementos activadores. Así que los televisores, ordenadores, fax, peceras y en general todos los que sean dinámicos o generen ruidos deben evitarse. Eso no incluye la radio, el equipo de música o el teléfono. Pero si la bicicleta estática, la tabla de flexiones y demás objetos que nos recuerden actividades muy dinámicas.
Tampoco es recomendable que estén a la vista papeles desordenados, elementos de trabajo acabados o inacabados, recordatorios de citas, formularios de Hacienda, etc… Todos estos puntos han sido observados por mi en casa de mis clientes durante mis consultas. Son casos reales y su efecto es contraproducente para el sueño, la capacidad de recuperación y tienen un efecto negativo sobre la vitalidad de los que duermen en la habitación de forma permanente a medio y largo plazo.
Evitar a toda costa
Ahora hay varios puntos que no por frecuentes son menos perjudiciales y que deberíamos evitar siempre que sea posible, modificando las circunstancias precisas para lograrlo.
Espejos
No debería haber espejos apuntando directamente hacia la cama. Es decir, que si tumbado o reclinado en la cama puedo verme reflejado deberíamos tapar el espejo o, mejor aún, cambiarlo de lugar. En cualquier otro punto del dormitorio un espejo no generará problemas, salvo que tengamos una asociación emocional negativa con el objeto o este se encuentre roto o en mal estado.
Ausencia de cabecero
Aunque sea una costumbre muy implantada la ausencia de cabecero sólido es un problema porque tiende a crear inestabilidad y genera a largo plazo, agotamiento físico y emocional. Esto incluye las telas colgadas, los cojines como barrera e, incluso, los cabeceros metálicos. El cabecero puede ir o no unido al cuerpo de la cama y no tiene porque ser elaborado, puede ser sencillo: una madera o madera forrada con tela son suficientes.
Cama bajo ventana, claraboya
O directamente frente a la puerta de la habitación. Casos muy frecuentes, pero que influyen en generar una sensación de vacío o pesadez mental al despertarse. Dificultad de concentrarse, agotamiento excesivo o fuerte nerviosismo son otros síntomas. Es debido al flujo del Chi –la energía vital- que se mueve dentro de los espacios siguiendo las mismas leyes físicas que el agua o el viento (Feng Shui). Por tanto, una cama bajo una ventana o frente a una puerta está sometida a una fuerte corriente de Chi y el resultado es un gran desgaste energético. Pruebe a dormir en otra posición o en otra habitación durante al menos una semana para verificar si los problemas está o no causados por la posición de la cama.
Dormitorio Feng Shui
Como lograr una alcoba armoniosa
¿Y cómo es la alcoba ideal? Según el Feng Shui debería tener una cama no demasiado pequeña, que estuviera centrada en la habitación con elementos de apoyo a cada lado, luces cálidas y colores suaves.
Los elementos a los lados, pueden ser mesillas o similar, no tienen porque ser iguales o simétricas, pero si armoniosas. Lo ideal es que sobre cada una haya un punto de luz –nuevamente no tienen porque ser iguales- que permitan estar encendidos sin molestar al otro lado de la cama. Es importante resaltar que estos puntos son tanto para quien vive en pareja, como para quien quiere vivir en pareja, pero también para quien viviendo solo y no deseando emparejarse desee estabilidad, vitalidad constante y una buena salud. Un buen dormitorio es la base para estos logros.
Los colores más adecuados son los pasteles suaves o colores no estridentes que generen asentamiento y tranquilidad: salmón, rosa, colores terrosos, vainilla, limón, verdes y violetas suaves que romperemos para crear un equilibrio a través del uso de los complementos: colcha, edredones, cuadros, muebles, etc… Los elementos tierra como alfombras, kilim y jarapas son bienvenidos, así como baúles o bancos a los pies de la cama o si es posible un buen piecero.
Las luces idealmente no deberían ser sólo de techo, sino tener múltiples puntos dentro de la habitación: lámparas de pie, de sobremesa, luces graduables que permitan crear distintas atmósferas según el momento: intimidad física, sueño profundo, actividades relajadas como leer u oír música. O como comentábamos al inicio, meditar. La luz es un elemento que permite marcar diferentes espacios incluso cuando este es compartido. El dormitorio debería ser un lugar de contacto con el Yo interior más profundo tanto a través del sueño como de la espiritualidad. Es el lugar donde estamos más desprotegidos al confiarnos completamente al sueño y donde recuperamos el Chi que nos permitirá tener un nuevo día de actividad plena y satisfactoria.’ según www.fengshuieuropa.com
Via .icolchones.com
El feng shui puede ayudar a quines creen en la filosofía oriental, bastante extendida hoy en día. Pero lo más importante a la hora de dormir es tener un colchón de gama alta que se adapte a la persona.
‘Que és el dormitorio
De acuerdo al Feng Shui el dormitorio es el lugar de la intimidad personal, un santuario donde retirarse para lograr descanso físico a través del sueño, pero también el espacio para lograr la desconexión más profunda que solo proporcionan la meditación y la práctica espiritual. Por supuesto, en un mundo ideal todos tendríamos grandes casas con habitaciones de sobra y, por tanto, una habitación especial para este fin. De hecho, si vive sólo o le sobran habitaciones no las dedique a cuarto de invitados sino a cuarto de meditación o a estudio. Disfrute de su espacio y úselo para expandir sus logros y su energía. Pero en un piso como suele ser habitual en las ciudades españolas, presuponer tanto espacio puede ser arriesgado. ¿Es obligatorio tener en el dormitorio esa área de espiritualidad y relaciones? No. Basta con crear la atmósfera que pueda acoger esas actividades Yin, de descanso y reposo interior.
Dormitorio Feng Shui
Qué no hacer
Un dormitorio debería evitar los colores demasiado fríos y los excesivamente estimulantes, el efecto de ambos grupos de acuerdo al Feng Shui es el mismo: por exceso o por carencia generan intranquilidad y dificultan el reposo. También debemos evitar todos los elementos activadores. Así que los televisores, ordenadores, fax, peceras y en general todos los que sean dinámicos o generen ruidos deben evitarse. Eso no incluye la radio, el equipo de música o el teléfono. Pero si la bicicleta estática, la tabla de flexiones y demás objetos que nos recuerden actividades muy dinámicas.
Tampoco es recomendable que estén a la vista papeles desordenados, elementos de trabajo acabados o inacabados, recordatorios de citas, formularios de Hacienda, etc… Todos estos puntos han sido observados por mi en casa de mis clientes durante mis consultas. Son casos reales y su efecto es contraproducente para el sueño, la capacidad de recuperación y tienen un efecto negativo sobre la vitalidad de los que duermen en la habitación de forma permanente a medio y largo plazo.
Evitar a toda costa
Ahora hay varios puntos que no por frecuentes son menos perjudiciales y que deberíamos evitar siempre que sea posible, modificando las circunstancias precisas para lograrlo.
Espejos
No debería haber espejos apuntando directamente hacia la cama. Es decir, que si tumbado o reclinado en la cama puedo verme reflejado deberíamos tapar el espejo o, mejor aún, cambiarlo de lugar. En cualquier otro punto del dormitorio un espejo no generará problemas, salvo que tengamos una asociación emocional negativa con el objeto o este se encuentre roto o en mal estado.
Ausencia de cabecero
Aunque sea una costumbre muy implantada la ausencia de cabecero sólido es un problema porque tiende a crear inestabilidad y genera a largo plazo, agotamiento físico y emocional. Esto incluye las telas colgadas, los cojines como barrera e, incluso, los cabeceros metálicos. El cabecero puede ir o no unido al cuerpo de la cama y no tiene porque ser elaborado, puede ser sencillo: una madera o madera forrada con tela son suficientes.
Cama bajo ventana, claraboya
O directamente frente a la puerta de la habitación. Casos muy frecuentes, pero que influyen en generar una sensación de vacío o pesadez mental al despertarse. Dificultad de concentrarse, agotamiento excesivo o fuerte nerviosismo son otros síntomas. Es debido al flujo del Chi –la energía vital- que se mueve dentro de los espacios siguiendo las mismas leyes físicas que el agua o el viento (Feng Shui). Por tanto, una cama bajo una ventana o frente a una puerta está sometida a una fuerte corriente de Chi y el resultado es un gran desgaste energético. Pruebe a dormir en otra posición o en otra habitación durante al menos una semana para verificar si los problemas está o no causados por la posición de la cama.
Dormitorio Feng Shui
Como lograr una alcoba armoniosa
¿Y cómo es la alcoba ideal? Según el Feng Shui debería tener una cama no demasiado pequeña, que estuviera centrada en la habitación con elementos de apoyo a cada lado, luces cálidas y colores suaves.
Los elementos a los lados, pueden ser mesillas o similar, no tienen porque ser iguales o simétricas, pero si armoniosas. Lo ideal es que sobre cada una haya un punto de luz –nuevamente no tienen porque ser iguales- que permitan estar encendidos sin molestar al otro lado de la cama. Es importante resaltar que estos puntos son tanto para quien vive en pareja, como para quien quiere vivir en pareja, pero también para quien viviendo solo y no deseando emparejarse desee estabilidad, vitalidad constante y una buena salud. Un buen dormitorio es la base para estos logros.
Los colores más adecuados son los pasteles suaves o colores no estridentes que generen asentamiento y tranquilidad: salmón, rosa, colores terrosos, vainilla, limón, verdes y violetas suaves que romperemos para crear un equilibrio a través del uso de los complementos: colcha, edredones, cuadros, muebles, etc… Los elementos tierra como alfombras, kilim y jarapas son bienvenidos, así como baúles o bancos a los pies de la cama o si es posible un buen piecero.
Las luces idealmente no deberían ser sólo de techo, sino tener múltiples puntos dentro de la habitación: lámparas de pie, de sobremesa, luces graduables que permitan crear distintas atmósferas según el momento: intimidad física, sueño profundo, actividades relajadas como leer u oír música. O como comentábamos al inicio, meditar. La luz es un elemento que permite marcar diferentes espacios incluso cuando este es compartido. El dormitorio debería ser un lugar de contacto con el Yo interior más profundo tanto a través del sueño como de la espiritualidad. Es el lugar donde estamos más desprotegidos al confiarnos completamente al sueño y donde recuperamos el Chi que nos permitirá tener un nuevo día de actividad plena y satisfactoria.’ según www.fengshuieuropa.com
Via .icolchones.com
Calidad de vida en la vejez
miércoles, 10 de julio de 2013
Es un hecho que cada vez vivimos más, nuestra esperanza de vida aumenta y con ello también deseamos estar bien la mayor cantidad de años posibles, ayudando a nuestro cuerpo a permanecer bien por más tiempo. Para ello hay muchas cosas que podemos hacer, que se engloban en el llevar un estilo de vida saludable, lo que nos ayudará a vivir mejor. Para saber cómo podemos vivir mejor por más tiempo, en VivirSalud te comentamos cómo lograr una buena calidad de vida en la vejez.
¿A qué se refiere la calidad de vida?
El obtener una buena calidad de vida se refiere a lograr tener salud, es decir, es un concepto amplio que se refiere a que las personas estén bien física y sicológicamente, dentro de las posibilidades de su edad. En los adultos mayores podemos considerar que una calidad de vida tenga que ver con que puedan ser autosuficientes, que se sientan valorados y queridos, y que puedan realizar diversas actividades de sociabilización. Además, que puedan contar con una salud que, ya sea tomando medicamentos que controlen sus enfermedades, les permita llevar una vida adecuada.
La calidad de vida para ellos
Lo mejor es que le preguntemos directamente a los ancianos qué consideran ellos como calidad de vida, lo que se hizo en un estudio por una fundación de EE.UU., donde las personas de la tercera edad dijeron que los que les otorgaba una buena vida era:
Tener una buena salud y poder desarrollar actividades diarias.
No tener ansiedad ni depresión, es decir, tener una buena salud mental.
Tener buenas relaciones sociales con la familia y los amigos.
Poder tener un tratamiento para la enfermedades crónicas que posean.
Poder mantener la independencia en el hogar.
Ya que sabemos qué es importante para ellos, tenemos que ponernos a pensar cómo pueden lograr esa calidad de vida tan esperada por ellos y tan deseadas por nosotros como familiares.
¿Cómo lograr una buena calidad de vida?
Hacer ejercicio:
Para que puedan gozar de una buena salud es necesario que se mantengan activos y que se ejerciten constantemente dentro de sus posibilidades. Pueden asistir a clases de gimnasia o hacer algún ejercicio en casa viendo televisión, pero lo mejor será siempre que un especialista les explique qué ejercicios pueden hacer. También pueden practicar yoga, taichí o alguna otra técnica que les ayude a relajarse y a mantener sus músculos y articulaciones correctamente.
Comer sano:
Es muy importante que comamos sano a todas las edades, pero sobre todo en la tercera edad, ya que todos los sistemas se van deteriorando, y el digestivo no es la excepción. Además pueden consumir alimentos ricos en antioxidantes, que son de gran ayuda para enlentecer el envejecimiento tanto físico como el de nuestro cerebro.
Fomentar actividades en conjunto:
Los ancianos gozan mucho de ver a su familia unida, de un almuerzo familiar o de una celebración de cumpleaños, lo que no sólo los anima, sino que también los hace sentir sanos. También es importante que tengan amigos, asistiendo a un club de ancianos, a alguna actividad de la iglesia o donde sea que se sientan cómodos y puedan compartir con distintas personas.
Visitar al médico regularmente:
Para poder tener salud es necesario que los ancianos vayan al médico regularmente, para que se hagan un chequeo y controlen los tratamientos que están recibiendo.
Darles su espacio:
Para que puedan tener una buena calidad de vida también es importante que los sigamos viendo como personas útiles en nuestra casa y que encuentren una actividad acorde a sus capacidades, como tejer, bordar, o hacer algo útil para los demás y ellos mismos. También tenemos que facilitarles las cosas, sin hacer todo por ellos, por lo que si tienen alguna dificultad para desplazarse, podemos adaptar el hogar para que puedan mantener su independencia, lo que los ayudará a sentirse bien.
Por último nos queda decir que retribuirles el amor que nos han dado siempre será muy necesario e importante, ya que no tendremos a nuestros papás, abuelos, o tíos a nuestro lado para siempre, por lo que debemos darles tiempo de calidad, donde los escuchemos y sepamos de ellos y de cómo se sienten. Total, todos vamos para el mismo lugar y deseamos vivir bien nuestra última etapa de la vida.
Via
vivirsalud.com
¿A qué se refiere la calidad de vida?
El obtener una buena calidad de vida se refiere a lograr tener salud, es decir, es un concepto amplio que se refiere a que las personas estén bien física y sicológicamente, dentro de las posibilidades de su edad. En los adultos mayores podemos considerar que una calidad de vida tenga que ver con que puedan ser autosuficientes, que se sientan valorados y queridos, y que puedan realizar diversas actividades de sociabilización. Además, que puedan contar con una salud que, ya sea tomando medicamentos que controlen sus enfermedades, les permita llevar una vida adecuada.
La calidad de vida para ellos
Lo mejor es que le preguntemos directamente a los ancianos qué consideran ellos como calidad de vida, lo que se hizo en un estudio por una fundación de EE.UU., donde las personas de la tercera edad dijeron que los que les otorgaba una buena vida era:
Tener una buena salud y poder desarrollar actividades diarias.
No tener ansiedad ni depresión, es decir, tener una buena salud mental.
Tener buenas relaciones sociales con la familia y los amigos.
Poder tener un tratamiento para la enfermedades crónicas que posean.
Poder mantener la independencia en el hogar.
Ya que sabemos qué es importante para ellos, tenemos que ponernos a pensar cómo pueden lograr esa calidad de vida tan esperada por ellos y tan deseadas por nosotros como familiares.
¿Cómo lograr una buena calidad de vida?
Hacer ejercicio:
Para que puedan gozar de una buena salud es necesario que se mantengan activos y que se ejerciten constantemente dentro de sus posibilidades. Pueden asistir a clases de gimnasia o hacer algún ejercicio en casa viendo televisión, pero lo mejor será siempre que un especialista les explique qué ejercicios pueden hacer. También pueden practicar yoga, taichí o alguna otra técnica que les ayude a relajarse y a mantener sus músculos y articulaciones correctamente.
Comer sano:
Es muy importante que comamos sano a todas las edades, pero sobre todo en la tercera edad, ya que todos los sistemas se van deteriorando, y el digestivo no es la excepción. Además pueden consumir alimentos ricos en antioxidantes, que son de gran ayuda para enlentecer el envejecimiento tanto físico como el de nuestro cerebro.
Fomentar actividades en conjunto:
Los ancianos gozan mucho de ver a su familia unida, de un almuerzo familiar o de una celebración de cumpleaños, lo que no sólo los anima, sino que también los hace sentir sanos. También es importante que tengan amigos, asistiendo a un club de ancianos, a alguna actividad de la iglesia o donde sea que se sientan cómodos y puedan compartir con distintas personas.
Visitar al médico regularmente:
Para poder tener salud es necesario que los ancianos vayan al médico regularmente, para que se hagan un chequeo y controlen los tratamientos que están recibiendo.
Darles su espacio:
Para que puedan tener una buena calidad de vida también es importante que los sigamos viendo como personas útiles en nuestra casa y que encuentren una actividad acorde a sus capacidades, como tejer, bordar, o hacer algo útil para los demás y ellos mismos. También tenemos que facilitarles las cosas, sin hacer todo por ellos, por lo que si tienen alguna dificultad para desplazarse, podemos adaptar el hogar para que puedan mantener su independencia, lo que los ayudará a sentirse bien.
Por último nos queda decir que retribuirles el amor que nos han dado siempre será muy necesario e importante, ya que no tendremos a nuestros papás, abuelos, o tíos a nuestro lado para siempre, por lo que debemos darles tiempo de calidad, donde los escuchemos y sepamos de ellos y de cómo se sienten. Total, todos vamos para el mismo lugar y deseamos vivir bien nuestra última etapa de la vida.
Via
vivirsalud.com
Dormir al aire libre, un placer para los sentidos
martes, 9 de julio de 2013
El concepto de aventura no tiene porqué ser forzosamente sinónimo de exotismo, sino que puede ser una experiencia mucho más cercana y enriquecedora de lo que muchos ni siquiera se imaginan. Caminar no es sólo una actividad física. Hacer senderismo o volver a transitar los antiguos caminos que solían recorrer los peregrinos vuelve a estar de moda. Se ha convertido en una manera sana de explorar, y también de mantener un diálogo íntimo con las cosas y con uno mismo.
Frente a los elementos de la naturaleza, toda la agresividad acumulada desaparece como por arte de magia. Para muchos, el medirse con la inmensidad de la naturaleza logra transformarse en una gran paz interior que sirve para sentir la plenitud inherente a todo cuanto existe, para así contrarrestar todo el estrés en que habitualmente vivimos inmersos, aprendido a armonizarse.
Aunque a muchas personas la idea de caminar y, sobre todo, la de dormir en solitario pueda parecer peligrosa, en realidad si lo pensamos bien, no tiene base. La montaña es el mejor antídoto que pueda existir contra todas las violencias del mundo. Cuando una excursión o un grupo de caminantes se acerca hasta una aldea en la montaña, es normal que los lugareños consideren que están invadiendo su espacio y los traten como a forasteros. Pero cuando hasta ellos llega una persona que camina en solitario, lo normal es que se logre establecer con ellos un contacto que invite a las confidencias.
Espíritu nómada
Quien no tenga espíritu nómada, ni disfrute acampando a la luz de las estrellas, no entenderá el placer que se pueda llegar a experimentar durmiendo al aire libre después de realizar largas marchas en solitario. Pero quienes sienten esta llamada, comentan que el ejercicio y la montaña lo que les transmiten es una gran paz. Quienes se aficionan a este tipo de actividades no andan para olvidar sus problemas, ni para adelgazar, ni siquiera para llegar a la meta, sino porque caminar les obliga a buscar una realidad, un estado superior al bienestar que puedan proporcionar las cosas corrientes. Es como un ansia de algo total, absoluto y permanente.
Para poder disfrutar de la libertad que proporciona esta experiencia, sólo hace falta disponer de tiempo, de una mochila bien equipada, y que nada ni nadie se interponga entre la montaña y el caminante.
Al andar, los senderistas o montañeros aseguran captar las fuerzas telúricas de la naturaleza en estado puro. Pero sólo cuando se acuestan sobre la tierra es cuando notan como si entrasen en comunión con la fuerza de los elementos. No hay ninguna sensación parecida a la que se llega a experimentar frente a la belleza del crepúsculo o el agradable frescor del amanecer. El silencio reaviva todos los sentidos: los colores, los sonidos, los olores. ¡Todo parece recién estrenado!
Caminar y pasar la noche a la luz de la luna y de las estrellas permite disfrutar de unos instantes privilegiados en medio de un entorno espectacular. Lo demás, como la buena forma física o el que se consiga una gran armonía entre cuerpo y mente, llega después, como un regalo añadido.
Hace poco, leyendo unos textos que intentaban explicar porqué existían diferentes tipos de yogas, recuerdo una explicación que me llamó mucho la atención. Decía que si bien para unos el orar desde el sentimiento puede ser lo apropiado, para otros puede que la clave resida en la búsqueda del conocimiento profundo y en el obtener el control físico a través de la acción. Creo que esta definición podría ayudarnos a entender un poco mejor a quienes viven esta pasión.
Claves para poder dormir al aire libre
1. Gozar de buena salud, y hacer ejercicio con regularidad
2. Contar con el equipo adecuado
3. Acostumbrarse a llevar y a cargar siempre el mismo equipo.
4. Acostumbrarse a comer con frugalidad.
5. Entrenarse para aguantar el frío.
6. Adquirir la suficiente autonomía como para poder acampar donde se desee.
7. Repartir bien las horas de esfuerzo y las de descanso.
8. Ser capaz de concentrarse, y también ser capaz de controlar la imaginación.
Via .vitonica.com
Frente a los elementos de la naturaleza, toda la agresividad acumulada desaparece como por arte de magia. Para muchos, el medirse con la inmensidad de la naturaleza logra transformarse en una gran paz interior que sirve para sentir la plenitud inherente a todo cuanto existe, para así contrarrestar todo el estrés en que habitualmente vivimos inmersos, aprendido a armonizarse.
Aunque a muchas personas la idea de caminar y, sobre todo, la de dormir en solitario pueda parecer peligrosa, en realidad si lo pensamos bien, no tiene base. La montaña es el mejor antídoto que pueda existir contra todas las violencias del mundo. Cuando una excursión o un grupo de caminantes se acerca hasta una aldea en la montaña, es normal que los lugareños consideren que están invadiendo su espacio y los traten como a forasteros. Pero cuando hasta ellos llega una persona que camina en solitario, lo normal es que se logre establecer con ellos un contacto que invite a las confidencias.
Espíritu nómada
Quien no tenga espíritu nómada, ni disfrute acampando a la luz de las estrellas, no entenderá el placer que se pueda llegar a experimentar durmiendo al aire libre después de realizar largas marchas en solitario. Pero quienes sienten esta llamada, comentan que el ejercicio y la montaña lo que les transmiten es una gran paz. Quienes se aficionan a este tipo de actividades no andan para olvidar sus problemas, ni para adelgazar, ni siquiera para llegar a la meta, sino porque caminar les obliga a buscar una realidad, un estado superior al bienestar que puedan proporcionar las cosas corrientes. Es como un ansia de algo total, absoluto y permanente.
Para poder disfrutar de la libertad que proporciona esta experiencia, sólo hace falta disponer de tiempo, de una mochila bien equipada, y que nada ni nadie se interponga entre la montaña y el caminante.
Al andar, los senderistas o montañeros aseguran captar las fuerzas telúricas de la naturaleza en estado puro. Pero sólo cuando se acuestan sobre la tierra es cuando notan como si entrasen en comunión con la fuerza de los elementos. No hay ninguna sensación parecida a la que se llega a experimentar frente a la belleza del crepúsculo o el agradable frescor del amanecer. El silencio reaviva todos los sentidos: los colores, los sonidos, los olores. ¡Todo parece recién estrenado!
Caminar y pasar la noche a la luz de la luna y de las estrellas permite disfrutar de unos instantes privilegiados en medio de un entorno espectacular. Lo demás, como la buena forma física o el que se consiga una gran armonía entre cuerpo y mente, llega después, como un regalo añadido.
Hace poco, leyendo unos textos que intentaban explicar porqué existían diferentes tipos de yogas, recuerdo una explicación que me llamó mucho la atención. Decía que si bien para unos el orar desde el sentimiento puede ser lo apropiado, para otros puede que la clave resida en la búsqueda del conocimiento profundo y en el obtener el control físico a través de la acción. Creo que esta definición podría ayudarnos a entender un poco mejor a quienes viven esta pasión.
Claves para poder dormir al aire libre
1. Gozar de buena salud, y hacer ejercicio con regularidad
2. Contar con el equipo adecuado
3. Acostumbrarse a llevar y a cargar siempre el mismo equipo.
4. Acostumbrarse a comer con frugalidad.
5. Entrenarse para aguantar el frío.
6. Adquirir la suficiente autonomía como para poder acampar donde se desee.
7. Repartir bien las horas de esfuerzo y las de descanso.
8. Ser capaz de concentrarse, y también ser capaz de controlar la imaginación.
Via .vitonica.com
Acostarse tarde y dormir poco puede hacer que ganemos peso
lunes, 1 de julio de 2013
Adultos sanos que se acuestan tarde y tienen una restricción crónica del sueño pueden ser más susceptibles a aumentar de peso.
La proporción de calorías consumidas de grasa fue mayor en las horas nocturnas.
El aumento de peso es un factor de riesgo para la apnea obstructiva del sueño.
Cuánto y cómo dormimos tiene una clara influencia sobre nuestra salud. También sobre nuestro peso y el riesgo de engordar. Acostarse tarde y dormir pocas horas puede suponer un aumento de peso en los adultos sanos.
Un estudio que publica la revista Sleep sugiere que los adultos sanos que se acuestan tarde y tienen una restricción crónica del sueño pueden ser más susceptibles a aumentar de peso debido al incremento del consumo de calorías durante las horas nocturnas.
Los resultados de esta investigación muestran que el sueño restringido en sujetos que pasaron sólo cuatro horas en la cama, entre las cuatro de la madrugada y las ocho de la mañana, durante cinco noches consecutivas ganaron más peso que los sujetos de control que dormían diez horas cada noche, de diez de la noche a ocho de la mañana.
Los científicos encontraron un aumento global de la ingesta de calorías durante la restricción del sueño, que se debió a un incremento en el número de comidas que se consumen durante el periodo nocturno de vigilia adicional. Por otra parte, la proporción de calorías consumidas de grasa fue mayor durante las horas nocturnas que en otros momentos del día.
"Aunque los estudios epidemiológicos anteriores han sugerido una asociación entre la duración del sueño y la ganancia/obesidad peso, nos sorprendió observar el aumento de peso significativo en un estudio en laboratorio", dijo el autor principal Andrea Spaeth, del Departamento de Psicología de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos).
La investigación se llevó a cabo en el Laboratorio de Sueño y Cronobiología del Hospital de esta universidad. El grupo de estudio incluyó a 225 individuos sanos, no obesos, con edades comprendidas entre 22 y 50 años, que fueron asignados al azar a la restricción del sueño o la condición de control y pasaron hasta 18 días consecutivos en el laboratorio.
Las comidas se sirvieron a horas precisas pero siempre tenían comida disponible en la cocina de laboratorio para los participantes que quisieran comer en otros momentos del día. Los sujetos podían moverse, pero no se les permitió hacer ejercicio, sino tan sólo ver la televisión, leer, jugar a videojuegos o realizar otras actividades sedentarias. El estudio también encontró que los hombres durante la restricción del sueño ganaron más peso que las mujeres y los afroamericanos subieron más de peso que los caucásicos.
La Academia Norteramericana de Medicina del Sueño (AASM en sus siglas en inglés) señala que el aumento de peso es un factor de riesgo para la apnea obstructiva del sueño (AOS), una enfermedad común del sueño que tiene un grave impacto en la salud y la calidad de vida. El riesgo de AOS aumenta a medida que sube el grado de peso adicional, con una muy alta prevalencia de OSA en personas con obesidad mórbida. La AASM apoya la nueva política de la Asociación Médica Americana (AMA) que acaba de reconocer la obesidad como una enfermedad.
Via htt.20minutos.es
La proporción de calorías consumidas de grasa fue mayor en las horas nocturnas.
El aumento de peso es un factor de riesgo para la apnea obstructiva del sueño.
Cuánto y cómo dormimos tiene una clara influencia sobre nuestra salud. También sobre nuestro peso y el riesgo de engordar. Acostarse tarde y dormir pocas horas puede suponer un aumento de peso en los adultos sanos.
Un estudio que publica la revista Sleep sugiere que los adultos sanos que se acuestan tarde y tienen una restricción crónica del sueño pueden ser más susceptibles a aumentar de peso debido al incremento del consumo de calorías durante las horas nocturnas.
Los resultados de esta investigación muestran que el sueño restringido en sujetos que pasaron sólo cuatro horas en la cama, entre las cuatro de la madrugada y las ocho de la mañana, durante cinco noches consecutivas ganaron más peso que los sujetos de control que dormían diez horas cada noche, de diez de la noche a ocho de la mañana.
Los científicos encontraron un aumento global de la ingesta de calorías durante la restricción del sueño, que se debió a un incremento en el número de comidas que se consumen durante el periodo nocturno de vigilia adicional. Por otra parte, la proporción de calorías consumidas de grasa fue mayor durante las horas nocturnas que en otros momentos del día.
"Aunque los estudios epidemiológicos anteriores han sugerido una asociación entre la duración del sueño y la ganancia/obesidad peso, nos sorprendió observar el aumento de peso significativo en un estudio en laboratorio", dijo el autor principal Andrea Spaeth, del Departamento de Psicología de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos).
La investigación se llevó a cabo en el Laboratorio de Sueño y Cronobiología del Hospital de esta universidad. El grupo de estudio incluyó a 225 individuos sanos, no obesos, con edades comprendidas entre 22 y 50 años, que fueron asignados al azar a la restricción del sueño o la condición de control y pasaron hasta 18 días consecutivos en el laboratorio.
Las comidas se sirvieron a horas precisas pero siempre tenían comida disponible en la cocina de laboratorio para los participantes que quisieran comer en otros momentos del día. Los sujetos podían moverse, pero no se les permitió hacer ejercicio, sino tan sólo ver la televisión, leer, jugar a videojuegos o realizar otras actividades sedentarias. El estudio también encontró que los hombres durante la restricción del sueño ganaron más peso que las mujeres y los afroamericanos subieron más de peso que los caucásicos.
La Academia Norteramericana de Medicina del Sueño (AASM en sus siglas en inglés) señala que el aumento de peso es un factor de riesgo para la apnea obstructiva del sueño (AOS), una enfermedad común del sueño que tiene un grave impacto en la salud y la calidad de vida. El riesgo de AOS aumenta a medida que sube el grado de peso adicional, con una muy alta prevalencia de OSA en personas con obesidad mórbida. La AASM apoya la nueva política de la Asociación Médica Americana (AMA) que acaba de reconocer la obesidad como una enfermedad.
Via htt.20minutos.es
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