Debido a la situación económica mundial se está viendo incrementado el número de personas que padecen el denominado ‘Síndrome del Ejecutivo’. El motivo principal es la inquietud que sufre el empresario al pensar que durante el periodo vacacional no va a ejercer el mismo control sobre su empresa.
Fernando Miralles, profesor de Psicología en la Universidad CEU San Pablo, describe a estas personas como individuos perfeccionistas con afán de superación. Organizan sus vacaciones en el último instante, a causa del temor que les provoca darse cuenta de no resultar totalmente necesarios, para la ejecución de sus responsabilidades.
Las personas que sufren este síndrome, no son capaces de relajarse en vacaciones junto a sus seres queridos, centrando el tema de conversación en el trabajo. Además sienten la necesidad de buscar actividades lúdicas intensas y de larga duración, pensando que es la mejor forma de reducir el estrés acumulado durante el resto del año.
Es habitual que las personas con estos niveles de ansiedad sufran otros problemas de salud como tensión arterial elevada, enfermedades de la piel o problemas digestivos, entre otros.
Los nuevos avances tecnológicos han supuesto un cambio radical en los métodos de trabajo de estas persona ya que han pasado de estar únicamente conectados a través de las conversaciones telefónicas que pudieran realizar con su móvil, a convertirse en dependientes de los llamados ‘teléfonos inteligentes’, los cuales les ofrecen la posibilidad de comunicarse a través de los servicios de mensajería instantánea como ‘WhastApp’ o del e-mail.
Según señaló Fernando Miralles, una empresa de telefonía situada en Francia tuvo un aumento de suicidios entre sus empleados, y una de las principales medidas adoptadas fue la de impedir a sus trabajadores el uso de sus ‘smartphones’ o cualquier otro aparato de las mismas características, para evitar el envío o recepción de mensajes en cualquier momento.
Para prevenir las consecuencias de este síndrome es necesario trabajar a nivel personal, siendo recomendable disfrutar como mínimo de catorce días continuados de vacaciones; realizar deporte unos quince minutos diarios; permitir al reloj biológico del organismo marcar su propio ritmo; así como dormir todo el tiempo que nuestro cuerpo requiera.
Via http://www.pikolin.com/es
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