“Seguro que hoy no puedo dormir” “Mañana estaré agotado y todo lo voy a hacer mal ”Hoy va a ser un mal día porque no he pegado ojo, ya lo veo venir” . . . Son pensamientos espontáneos que pueden incidir directamente en nuestra manera de dormir y pueden ser, en parte, responsable de que creamos que tenemos un trastorno del sueño.
Si nos presentamos al examen de conducir con la idea previa de que vamos suspender, no tiene por qué pasar, no: pero estaremos más nerviosos, ya que este pensamiento negativo nos generará inquietud, y tendremos más posibilidades de cometer un error y suspender que una persona que esté convencida de merecer el aprobado. Esto pasa ante casi cualquier parcela de la vida, y ante cualquier desafío. Las personas optimistas que se enfrentan a los retos y a los problemas con seguridad y confianza consiguen más fácilmente sus objetivos. Es decir, tu forma de pensar afecta a tu capacidad de realizar las cosas, incluso cuando hablamos de dormir!
Si te acuestas con la idea de que “sé que no voy a dormir aunque lo intente” o “seguro que me despierto a las 3.00 de la mañana y no podré dormir más” estás poniéndote más difícil dormir como desearíais Poco a poco, estos pensamientos ciclicos se tornan acción refleja y pueden interferir en la capacidad de conciliar el sueño y de dormir con calidad.
Cómo controlar estos pensamientos negativos
Para controlar estos pensamientos circulares, lo mejor es anteponer a ellos pensamientos opuestos, es decir, pensamientos positivos. Hay que reevaluar realmente el problema y encararlo. Algunas personas que sufren insomnio tienen unas expectativas poco realistas en cuanto a las necesidades de sueño, sienten que tienen poco control sobre el dormir o se preocupan excesivamente por la falta de sueño. Para que la persona que de cuanta de que estos pensamientos no son realista, y que la situación no es realmante, tan crítica, puede ser útil un diario de pensamientos. Puede registrar en ello los pensamientos negativos que le vienen a la cabeza , en diferentes momentos del día, para analizarlos y rebatirlos sin angustia.
Por ejemplo:
Estás en la cama pensando “Si no duermo 8 horas, mañana me equivocaré en el trabajo y tendré bronca”. Valora desde un punto de vista realista este pensamiento negativo: “Realmente, esto es así? Otras veces que me ha ocurrido ¿he rendido? ¿He podido ser eficiente? Esta reflexión podría ayudarnos a encontrar un pensamiento más positivo que no nos cause estrés: “No siempre estoy cansado si duermo algo menos de 8 horas. Normalmente me activo con un buen desayuno, aunque me cueste un poco más arrancar”.
Pensar en negativo aumenta la sensación de pérdida de control sobre el problema – no sólo con los problemas para dormir, sino en prácticamente cualquier problema que tengamos- porque nos desanima y nos hace más vulnerables a la tristeza. Cambiar la manera de pensar, siendo algo más positivo y realista, puede suponer un cambio importante en tu vida, de día y de noche. Y ponerlo en práctica es gratis. ¿Lo probamos?
Via dormidina.com
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