Una de las complicaciones más habituales que a veces nos impide descansar y dormir con comodidad es el dolor de espalda. El dolor de espalda puede provocar que nos cueste conciliar el sueño más tiempo. El dolor, en general, es una de las causas más frecuentes de un problema de insomnio, ya que en sí mismo, el insomnio es un síntoma más que una enfermedad.
Los dolores de espalda se pueden producir por diversos factores si bien las causas más comunes son:
El trabajo, especialmente aquellas tareas que obligan a cargar objetos pesados.
El sobrepeso o obesidad.
El envejecimiento
Malas posturas y sedentarismo
Si el dolor de espalda es la causa de tus problemas de insomnio, lo mejor es que lo comentes con tu médico para encontrar una solución para aliviarlo, pero también puedes ayudarte con estos consejos prácticos para prevenir la aparición del dolor de espalda.
Para evitar superar o evitar el dolor de espalda es recomendable:
Hay tres claves que pueden ayudarte a combatir el dolor de espalda para evitar que te impida dormir bien: hacer ejercicio físico, evitar el sobrepeso y tener hábitos saludables de comportamiento corporal en cuanto a posturas de trabajo o tareas que exijan esfuerzo de levantar o mover peso.
Estas recomendaciones son sencillas pero requieren disciplina y voluntad. Acciones tan simples como no equilibrar el peso de las bolsas de la compra de un brazo a otro en trayectos cortos nos pueden perjudicar, así como otras costumbres como llevar en brazos a los niños durante mucho tiempo. Nuestra espalda está en tensión y realizando esfuerzos todo el día, y a veces no nos damos cuenta y la sobrecargamos. Por ejemplo, si pasamos mucho tiempo sentados ante el ordenador es necesraio sentarse adecuadamente y realizar pautas para estirar la espalda de vez en cuando.
Algunos consejos para evitarlos:
Muchas lesiones de espalda se producen por posturas incorrectas.
Es importante sentarnos con la espalda recta, con silla con respaldo y descansar los pies en un reposapiés.
Al caminar hay que evitar caminar bien erguido, es decir, mantener el tronco recto, para ello lo mejor es seguir con la mirada al frente y caminar pausadamente con movimientos armónicos de brazos y caderas.
Al recoger un objeto pesado, doblar siempre las piernas manteniendo la espalda recta y el abdomen hundido. Son las piernas las que tienen que hacer esfuerzo y no la espalda.
Evita hacer giros bruscos si llevas cargas.
Al dormir, es preferible posturas como las de dormir de lado con las piernas encogidas mirando hacia arriba. La almohada debe tener una altura adecuada para mantener el cuello recto.
Para levantarnos de la cama, lo ideal es doblar las piernas y poner los pies en el suelo, y levantarnos apoyando las piernas.
En invierno, aplicar calor local (por ejemplo, irnos a dormir con una bolsa de agua caliente) puede ayudar a aliviar dolores musculares y de espalda.
Via dormidina.com
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