A continuación, le mostramos las causas más importantes de esta patología y algunas claves para ayudar a combatirlo.
El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente, que se intensifica en mujeres, ancianos y personas con problemas psicológicos.
Puede manifestarse de dos modos distintos: problemas para iniciar el sueño en menos de 30 minutos (insomnio de inicio) o dificultades para mantener el sueño durante la noche, con despertares superiores a 20-30 minutos o despertándose mucho más antes de lo habitual (insomnio de mantenimiento).
Por otro lado, el insomnio puede ser un trastorno ocasional y pasajero o convertirse en una enfermedad crónica con graves consecuencias para quien lo sufre, pues provoca un progresivo deterioro social, laboral y de cualquier otra área.
Algunas consecuencias del insomnio son baja productividad, problemas cognitivos, irritabilidad... Además, se ha demostrado que el insomnio aumenta la posibilidad de tener accidentes o desarrollar enfermedades y disminuye la calidad de vida.
Las causas del insomnio
El insomnio puede estar provocado por múltiples factores. Conocerlos nos puede ayudar a combatir este trastorno.
Causas médicas:
En ocasiones, determinadas enfermedades pueden afectar al sueño, ya sea por el dolor que causan o por las necesidades fisiológicas que originan. Los pacientes con ansiedad o depresión también son proclives a esta dolencia. Por último, otras enfermedades del sueño (síndrome de piernas inquietas, apnea, pesadillas...) también pueden traducirse en insomnio.
Causas externas:
Determinados factores ambientales influyen negativamente en el sueño. Los ruidos externos pueden despertarnos y determinadas situaciones de estrés o familiares también pueden ser determinantes. Por ejemplo, si un bebé tiene insomnio, acabará afectando también a la calidad del sueño de sus padres. Por otro lado, el abuso de determinadas sustancias estimulantes (drogas, cafeína, alcohol, etc.) o de medicamentos impedirá que consiga un verdadero descanso.
Insomnio primario:
Cuando el insomnio no parece tener una causa clara puede estar debido a un mal hábito de dormir o la preocupación del durmiente por alcanzar un descanso reparador, lo que le imposibilita dormirse. Paradójicamente, estas personas se duermen sin dificultad cuando cambian de ambiente y se olvidan de esforzarse por alcanzar el sueño. Sin embargo, en el resto de situaciones es más difícil atajar este problema.
Pautas para combatir el insomnio
Para quien sufre de insomnio, la noche es el momento más frustrante del día, en la que los anhelos por conseguir el descanso se desvanecen nada más tocar la cama. Sin embargo, realizar ciertas actividades y tener unas pautas de sueño claras pueden ser las claves para acabar con el insomnio. Determinadas actividades “invitan al sueño”. Pruebe con:
- Un baño caliente
- Un masaje
- Escuchar música relajante
- Comer algo ligero
- Tomar una bebida relajante
- Usar una buena cama
- Practicar técnicas de relajación
- Acostarse boca arriba
- Acuéstese a la misma hora todos los días.
- No duerma más los días que no trabaja, puede desencadenar alteraciones en los ritmos biológicos.
- Si tras 20 minutos en la cama todavía no se ha dormido, levántese y haga algo aburrido. Regrese a la cama sólo cuando tenga sueño.
- Haga ejercicio a diario pero no durante las 5 horas antes de ir a la cama.
- Use el dormitorio sólo para dormir y tener sexo. De esta forma, al entrar automáticamente se relajará.
- Elimine sustancias como la cafeína, el tabaco o el alcohol, pues puede que se despierte más durante la noche.
- Evite las cenas copiosas. El proceso digestivo puede interferir con el sueño.
- Tenga cuidado con los medicamentos, pues algunos con el tiempo pierden su eficacia y agravan la situación.
Via latiendahome.com
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