Después de una noche combatiendo con dragones etéreos que echan fuego por la boca y luego se convierten en su madre, se le caen los dientes. Y usted echa a volar con un compañero del colegio en el que hace años que no pensaba, que de repente se funde, se derrite y se convierte en Michael Jackson. Después de una noche de intensos sueños inconexos y absurdos como estos, muchos se despiertan y sienten que no han tenido un buen descanso. Que están baldados de tanto soñar y ahora, encima, hay que afrontar el nuevo día. ¿Influyen los sueños en el descanso?
“Sí”, responde el doctor Eduard Estivill, de la Clínica del Sueño Estivill, “porque para recordar un sueño hay que despertarse. Si no nos despertamos no recordamos lo que hemos soñado. Por lo tanto, las personas que dicen no recordar nunca los sueños duermen bien. Es decir, no tienen despertares durante la noche. En cambio, los que rememoran detalles de los ensueños es porque han padecido múltiples microdespertares”. El doctor Diego García Borreguero, del Instituto del Sueño, puntualiza: “La relación no es causal: no es que las personas que sueñan mucho se despierten más, sino más bien que las personas que tienen sueño inestable tienden a ser más conscientes de su actividad mental”.
“Las personas que dicen no recordar nunca los sueños duermen bien. Es decir, no tienen despertares durante la noche. En cambio, los que rememoran detalles de los ensueños es porque han padecido múltiples microdespertares” (Eduard Estivill, médico)
La intensidad se los sueños (que sean tan lúcidos que provoquen movimientos bruscos) o su contenido (evocar pesadillas de forma recurrente) es motivo de consulta médica, como subraya el doctor Àlex Ferre, especialista en trastornos del sueño, “pues aunque a menudo son síntomas carentes de importancia, pueden ocultar alguna patología”. El hecho de soñar, según continúa, es más positivo que negativo, “ya que indica que estamos en fase REM y el cerebro se está reorganizando, generando nuevas conexiones neuronales”. El problema (tan solo) es recordarlo.
¿Y debo preocuparme si mis sueños me conducen a besar a la pareja de mi mejor amiga? ¿Significa acaso que lo deseo en secreto? ¿Qué hay detrás de mi tendencia a soñar con litros y litros de agua? Los especialistas niegan que estas imágenes tengan ninguna interpretación válida posible. “Desde el punto de vista científico, carecen de sentido real o premonitorio”. Aunque desde el campo de la pseudociencia exista una afición por analizarlos.
Otro mito que urge derribar es equiparar siempre el acto de dormir con el reposo. “Descansamos cuando hacemos todas las fases del sueño, especialmente, la del profundo. En cambio, si solo dormimos en fase superficial, mantendremos la sensación de agotamiento. Por tanto, no es igual dormir que descansar. La causa principal de mal descanso, es decir, de tener un sueño superficial, es el acúmulo de tensión y preocupaciones durante el día”, explica Estivill.
“No es igual dormir que descansar. La causa principal de mal descanso, es decir, de tener un sueño superficial, es el acúmulo de tensión y preocupaciones durante el día”
Para concluir, la pregunta del millón en lo que al mundo onírico se refiere: ¿sirven para algo los sueños?, ¿tienen alguna función? No existe consenso científico debido a la dificultad para estudiarlos de forma experimental y reproducible. “Es más, una amplia porción de los expertos considera que los sueños no tienen una función como tal, sino que son meros epifenómenos de un proceso de activación cerebral que tiene lugar de manera periódica a lo largo de la noche. Durante estos episodios de activación se producen procesos de reorganización de la memoria, y esto se ve reflejado en un incremento de la ideación mental que nosotros percibimos como sueños”, concluye García Borreguero.
Via iis.es
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