A menudo, las preocupaciones del día a día o el estrés que hemos acumulado nos impiden dormir y, si lo logramos, nuestro sueño es de mala calidad, con lo que nos levantamos agotados y como si hubiéramos pasado la noche en vela.
Para evitar esto, podemos realizar una serie de ejercicios suaves y sencillos basados en el yoga que nos ayudarán a conciliar el sueño y a lograr que éste sea reparador, de modo que al día siguiente nos levantemos totalmente descansados y frescos.
Rotación
Siéntate sobre la cama con las piernas cruzadas. Coloca la mano derecha sobre la rodilla izquierda y apoya la mano derecha en la cama, cerca de la espalda, de forma que gires suavemente la espalda, sin forzar el estiramiento. Mantén la posición durante treinta minutos, respirando relajadamente durante ese tiempo. A continuación, gira suavemente hacia el otro lado y mantén de nuevo la posición.
Postura del niño
Ponte de rodillas sobre una esterilla en el suelo y siéntate sobre los talones. Inclina el torso hacia adelante y hacia el suelo. Si puedes, apoya la frente en el suelo y, si no, apoya los brazos estirándolos hacia adelante. Respira de forma relajada y mantén la posición durante dos minutos.
Elevación de piernas
Túmbate sobre la cama, apoyando las piernas estiradas en la pared, acercando lo más que puedas el trasero a ésta. Estira los brazos a los lados del cuerpo, con las palmas boca arriba y respira profundamente durante dos minutos.
Debes estar muy relajado. Por ello, si estar muy cerca de la pared te hace estar muy forzado, sepárate ligeramente de ella, de forma que estés totalmente cómodo.
Como un bebé
Échate sobre un lado, encogiendo las piernas hacia el estómago y los brazos hacia el pecho, de forma que estés acostado casi como un bebé. Respira suavemente durante dos minutos, sintiendo la seguridad y la tranquilidad que te proporciona la posición.
Via saludpasion.com
Cómo dormir mejor
miércoles, 27 de febrero de 2013
No le des tregua al insomnio
Dormir bien todas las noches es fundamental. Nuestra salud mental y física dependen de ello. Sin embargo, son muchas las personas que sufren de insomnio, una dolencia que les impide dormir adecuadamente. Sigue estos consejos para lograr un sueño profundo y reparador
1 ¿Cuántas horas necesitas para sentirte descansado?
Lo primero que necesitas saber es que no todo el mundo necesita la misma cantidad de sueño. Hay gente que sentirá que ha descansado tras haber dormido siete horas, mientras que para otras personas esas mismas horas serán insuficientes. Tómate tu tiempo para conocerte y para conocer tus necesidades de sueño, es mucho más fácil de lo que piensas. Prueba durmiendo siete horas un par de días, luego ocho, y así sucesivamente
2 Los problemas no se quedan fuera de la cama
El momento de meterse en la cama debería ser uno de los más gozosos del día, llevas todo el día haciendo cosas y por fin te puedes dar el lujo de descansar. Grábate esto en la cabeza. No tiene sentido acostarse y empezar a darle vueltas a un asunto que te preocupa. Tampoco tiene sentido agobiarse porque mañana hay una reunión de trabajo para la cual no estamos preparados. Muchos casos de insomnio son provocados por pensamientos como éstos. Aprende a `olvidarte´ de tus problemas cuando te metas en la cama. De todas maneras, si eres una persona propensa a agobiarse mucho con esta clase de cosas, procura organizarte bien para hacer frente al día a día con efectividad. Notará que te acuestas con la conciencia mucho más tranquila, y ello te permitirá dormir mucho mejor
3 Créate hábtos de sueño
Crea hábitos de sueño. Si no es la primera vez que te preocupas por los trastornos de sueño entonces te habrán repetido esta frase hasta la saciedad. Y muy bien que hacían, por cierto. Crearse hábitos de sueño es fundamental para dormir bien. Si todos los días nos acostamos a las diez de la noche, estaremos programando nuestro `reloj biológico´ para `acostar´ a nuestro organismo a esa misma hora todos los días. Lo mismo ocurre por las mañanas. Despertándonos todos los días a las siete, estamos acostumbrando a nuestro organismo a eso mismo, a madrugar
4 ¡Relájate!
Aprende a relajarte, antes de acostarte y mientras te duermes. Prueba dándote un relajante baño de agua caliente. Apaga las luces de tu cuarto de baño y llénalo de velas. Prueba con un poco de música también. Escucha mientras te relajas en la bañera a oscuras ese disco que tanto te gusta. Cuando hayas terminado, métete en la cama con mucha tranquilidad, apaga la luz y cierra los ojos. Relaja todos y cada uno de los músculos de tu cuerpo. Recórrelos con la mente y siente cómo se relajan. Relájate. Descansa. Duerme.
5 Por la noche come lo justo
Mucho cuidado con las comidas antes de dormir. Nada hay peor para conciliar un buen sueño que meterse en la cama con el estómago llenísimo. Procura no comer mucho e intenta no comer alimentos que resulten difíciles de digerir. Lleva a la práctica el dicho popular que dice: `Hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un pobre´.
6 Cuidado con las siestas
Mucho cuidado con las siestas. Darse una pequeña cabezadita al mediodía es una excelente manera de descansar un poco y afrontar la tarde con fuerzas. Pero sólo eso, una pequeña cabezadita, unos veinte minutos. Olvídate de las largas siestas de dos horas. Sólo conseguirás levantarte con una increíble sensación de pesadez y alterar tu sueño de tal manera que no tengas ganas de dormir cuando llegue la hora de meterse en la cama por la noche.
7 Siéntete a gusto en tu dormitorio y en tu cama
Crea un ambiente propicio para dormir. Trata a tu dormitorio como un santuario dentro del cual no hay preocupaciones. Decóralo a tu gusto, cambia las sábanas de tu cama y compra unas que te resulten agradables a la vista y al tacto. Si te molesta la luz por las mañanas asegúrate de bajarlas antes de dormir. Si por el contrario te gusta amanecer con la luz, deja las persianas subidas. ¿Te gusta la música?, ten una agradable musiquilla sonando de fondo. Lo que tienes que conseguir, en definitiva, es sentirte a gusto en tu cama y en tu cuarto cuando llegue la hora de dormir.
8 Los médicos te pueden ayudar
No te olvides de que los médicos, son los que mejor, por no decir los únicos, te pueden ayudar si lo que padeces es un insomnio severo que no te deja dormir en absoluto. Cada vez son más los hospitales que cuentan con unidades de sueño específicamente concebidas para tratar estos trastornos.
Via salud.practicopedia.lainformacion.com
Cómo debe ser el descanso en los niños
martes, 26 de febrero de 2013
Durante el sueño se reponen energías, se genera gran cantidad de hormonas indispensables para el organismo y se revitalizan los procesos relacionados con inteligencia y memoria, de manera que quitarle horas puede afectar a cualquiera, sobre todo a un niño
¿Sabe usted por qué los bebés duermen más que los adultos? Porque durante el sueño se logra la maduración de su sistema nervioso. Los ciclos de sueño de los recién nacidos son impredecibles, aunque de acuerdo a pediatras y neurólogos deben dormir en promedio 14 horas y media al día, hasta cumplir un año de edad.
Después de su primer cumpleaños un niño dormirá —en promedio— 11 horas en la noche y entre 1 y 2 horas después de la comida; hacia los dos años el sueño nocturno será igual y la siesta durará una hora y media, aproximadamente, mientras que al llegar al tercer año dormirá por la noche sus 11 horas y descansará a lo largo del día una hora.
Pero, ¿qué sucede cuando el chico inicia la etapa escolar? Los hábitos cambiarán drásticamente y con ello las horas de sueño. En nuestros días los horarios escolares se ajustan a las necesidades de los padres, es decir, los niños se levantan más temprano para que sus papás tengan tiempo de dejarlos en la escuela de camino a su trabajo. Inclusive, muchos pequeños (menores de 3 años) entran en las guarderías a las siete de la mañana, lo que implica levantarlos a las 6:30 o antes, de manera que se causa estragos en sus ciclos de vigilia y sueño.
Mary Carskadon, investigadora de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), una de las mayores expertas de sueño infantil del mundo, señala al respecto que “los escolares están en el colegio por la mañana, mientras sus cerebros siguen descansando en la almohada de sus casas por falta de horas de sueño”.
La científica inglesa afirma que los chicos cansados tienen bajas calificaciones, no se desempeñan bien en los deportes y tienen más problemas emocionales que aquellos que sí descansan. “Antes pensábamos que la pérdida de sueño afectaba principalmente al cerebro, hoy es cada vez más evidente que las consecuencias son generalizadas”, afirma la especialista.
Así es, dormir poco o tener sueño interrumpido, por cualquier causa, afecta las capacidades de aprendizaje, concentración y memoria, el carácter se vuelve irritable, y el sistema inmunológico se debilita, lo que puede propiciar que el afectado sea más vulnerable a padecer infecciones.
No obstante, en ocasiones los padres no son concientes de la magnitud del problema y creen que un niño cansado es como un adulto fatigado, y no es así; el mayor se queda dormido, mientras que el chico se vuelve distraído; desvía su atención o hace alboroto para permanecer despierto.
Duérmase mi niño, duérmaseme ya…
Identificar a los padres y a las autoridades educativas como los únicos culpables de la pérdida de sueño de los chicos sería injusto, ya que éstos pueden enfrentar otro tipo de problemas que igualmente afectarán su descanso. Por ejemplo, algunos niños despiertan por la noche y reclaman la presencia de los padres para dormir de nuevo, lo cual se resuelve simplemente con reeducar al chico, nunca con castigos o reprimendas.
A continuación hacemos mención de los trastornos del sueño más frecuentes en los niños:
Sonambulismo. El niño se levanta de su cama y, dormido, hace actividades que pueden ser habituales (caminar por la casa es lo más común); entre los 4 y 8 años es la edad más frecuente de aparición y se resuelve espontáneamente al llegar a la adolescencia.
Bruxismo. Rozar o rechinar los dientes durante el sueño; erróneamente se ha creído que se debe a la presencia de parásitos intestinales, pero en realidad se debe nerviosismo o angustia del infante; debe consultarse al dentista para evitar el desgaste de las piezas dentales.
Somniloquia. Hablar mientras se está dormido, lo cual no constituye ningún problema y no requiere tratamiento.
Narcolepsia. Somnolencia excesiva que le obliga a tener siestas frecuentes de corta duración (10 a 20 minutos) que puede acompañarse de cataplexia (pérdida brusca de fuerza en brazos y piernas); suele ser más frecuente a los 14 años.
Terrores nocturnos. En las primeras horas del sueño, el niño despierta agitado, llorando, sudando y no recuerda nada de lo que le ha causado el malestar. Afecta a 3% de los pequeños y se resuelve espontáneamente en la adolescencia.
Pesadillas. Sueños con experiencia de miedo que generalmente despiertan a quien lo sufre, estando totalmente consciente y siendo capaz de contar lo que ha soñado; ocurren generalmente en las últimas horas de la noche y son más frecuentes en niños entre 3 y 6 años.
Apneas. Estudios científicos indican que 12% de la población infantil en edad escolar ronca, lo cual puede no ser causa de alarma para los padres, pero lo será cuando se presentan apneas (suspensión de la respiración) en el momento del ronquido; la consecuencia es que, de ser frecuente o por periodos prolongados, no se administre oxígeno de forma regular, lo que puede traer trastornos de consideración a corazón y cerebro. Son más comunes en niños con obesidad y sobrepeso.
Ahora bien, los chicos que manifiestan uno o varios de los trastornos del sueño que hemos mencionado, a la mañana siguiente pueden presentar:
Cansancio.
Hiperactividad.
Dolor de cabeza.
Falta de concentración.
Irritación de garganta si se ronca o habla dormido.
Somnolencia.
...Que ya viene el coco...
Investigaciones sobre el sueño en general indican que los niños que no duermen bien tienden a ser adolescentes-problema y sufrirán insomnio cuando sean adultos.
En algunos países europeos se han emprendido iniciativas encaminadas a modificar los horarios de ingreso a las escuelas, pero no han tenido éxito; en México, ni pensarlo. Sin embargo, los padres tienen la posibilidad de cuidar que los hijos tengan mejor sueño y que ello redunde en su salud, física y mental. Estas son algunas medidas que servirán para ello:
Procurar que los chicos se acuesten a dormir y se levanten siempre a la misma hora.
En el dormitorio no debe haber televisión, radio o aparatos de juego; habrá otro lugar asignado para su uso.
No llevar a la cama a los niños después de hacer ejercicio; la energía a tope impedirá conciliar el sueño.
No dormir con el estómago vacío, pero tampoco lleno; procure la hora de la cena dos horas antes de acostarse.
El dormitorio debe tener buena ventilación.
Cuidar que no haya exceso de ruido en la casa cuando el chico vaya a dormir.
El colchón no debe ser ni duro ni blando.
Evitar café, te negro y refresco de cola antes de dormir, ya que la cafeína que contienen despeja el sueño.
Las películas de suspenso o terror alterán el estado emocional; en lo posible evítelas en los pequeños.
Cada vez que se pueda, acompañe a la cama al pequeño y aproveche el momento para propiciar la comunicación con él, ya sea contándole un cuento o estableciendo breve charla.
Por ningún motivo administre somníferos o sedantes (productos que favorecen el sueño), a menos que sean prescritos por un médico.
Finalmente, presentamos cómo debe ser el descanso en niños y adolescentes:
Via saludymedicinas.com.mx
¿Sabe usted por qué los bebés duermen más que los adultos? Porque durante el sueño se logra la maduración de su sistema nervioso. Los ciclos de sueño de los recién nacidos son impredecibles, aunque de acuerdo a pediatras y neurólogos deben dormir en promedio 14 horas y media al día, hasta cumplir un año de edad.
Después de su primer cumpleaños un niño dormirá —en promedio— 11 horas en la noche y entre 1 y 2 horas después de la comida; hacia los dos años el sueño nocturno será igual y la siesta durará una hora y media, aproximadamente, mientras que al llegar al tercer año dormirá por la noche sus 11 horas y descansará a lo largo del día una hora.
Pero, ¿qué sucede cuando el chico inicia la etapa escolar? Los hábitos cambiarán drásticamente y con ello las horas de sueño. En nuestros días los horarios escolares se ajustan a las necesidades de los padres, es decir, los niños se levantan más temprano para que sus papás tengan tiempo de dejarlos en la escuela de camino a su trabajo. Inclusive, muchos pequeños (menores de 3 años) entran en las guarderías a las siete de la mañana, lo que implica levantarlos a las 6:30 o antes, de manera que se causa estragos en sus ciclos de vigilia y sueño.
Mary Carskadon, investigadora de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), una de las mayores expertas de sueño infantil del mundo, señala al respecto que “los escolares están en el colegio por la mañana, mientras sus cerebros siguen descansando en la almohada de sus casas por falta de horas de sueño”.
La científica inglesa afirma que los chicos cansados tienen bajas calificaciones, no se desempeñan bien en los deportes y tienen más problemas emocionales que aquellos que sí descansan. “Antes pensábamos que la pérdida de sueño afectaba principalmente al cerebro, hoy es cada vez más evidente que las consecuencias son generalizadas”, afirma la especialista.
Así es, dormir poco o tener sueño interrumpido, por cualquier causa, afecta las capacidades de aprendizaje, concentración y memoria, el carácter se vuelve irritable, y el sistema inmunológico se debilita, lo que puede propiciar que el afectado sea más vulnerable a padecer infecciones.
No obstante, en ocasiones los padres no son concientes de la magnitud del problema y creen que un niño cansado es como un adulto fatigado, y no es así; el mayor se queda dormido, mientras que el chico se vuelve distraído; desvía su atención o hace alboroto para permanecer despierto.
Duérmase mi niño, duérmaseme ya…
Identificar a los padres y a las autoridades educativas como los únicos culpables de la pérdida de sueño de los chicos sería injusto, ya que éstos pueden enfrentar otro tipo de problemas que igualmente afectarán su descanso. Por ejemplo, algunos niños despiertan por la noche y reclaman la presencia de los padres para dormir de nuevo, lo cual se resuelve simplemente con reeducar al chico, nunca con castigos o reprimendas.
A continuación hacemos mención de los trastornos del sueño más frecuentes en los niños:
Sonambulismo. El niño se levanta de su cama y, dormido, hace actividades que pueden ser habituales (caminar por la casa es lo más común); entre los 4 y 8 años es la edad más frecuente de aparición y se resuelve espontáneamente al llegar a la adolescencia.
Bruxismo. Rozar o rechinar los dientes durante el sueño; erróneamente se ha creído que se debe a la presencia de parásitos intestinales, pero en realidad se debe nerviosismo o angustia del infante; debe consultarse al dentista para evitar el desgaste de las piezas dentales.
Somniloquia. Hablar mientras se está dormido, lo cual no constituye ningún problema y no requiere tratamiento.
Narcolepsia. Somnolencia excesiva que le obliga a tener siestas frecuentes de corta duración (10 a 20 minutos) que puede acompañarse de cataplexia (pérdida brusca de fuerza en brazos y piernas); suele ser más frecuente a los 14 años.
Terrores nocturnos. En las primeras horas del sueño, el niño despierta agitado, llorando, sudando y no recuerda nada de lo que le ha causado el malestar. Afecta a 3% de los pequeños y se resuelve espontáneamente en la adolescencia.
Pesadillas. Sueños con experiencia de miedo que generalmente despiertan a quien lo sufre, estando totalmente consciente y siendo capaz de contar lo que ha soñado; ocurren generalmente en las últimas horas de la noche y son más frecuentes en niños entre 3 y 6 años.
Apneas. Estudios científicos indican que 12% de la población infantil en edad escolar ronca, lo cual puede no ser causa de alarma para los padres, pero lo será cuando se presentan apneas (suspensión de la respiración) en el momento del ronquido; la consecuencia es que, de ser frecuente o por periodos prolongados, no se administre oxígeno de forma regular, lo que puede traer trastornos de consideración a corazón y cerebro. Son más comunes en niños con obesidad y sobrepeso.
Ahora bien, los chicos que manifiestan uno o varios de los trastornos del sueño que hemos mencionado, a la mañana siguiente pueden presentar:
Cansancio.
Hiperactividad.
Dolor de cabeza.
Falta de concentración.
Irritación de garganta si se ronca o habla dormido.
Somnolencia.
...Que ya viene el coco...
Investigaciones sobre el sueño en general indican que los niños que no duermen bien tienden a ser adolescentes-problema y sufrirán insomnio cuando sean adultos.
En algunos países europeos se han emprendido iniciativas encaminadas a modificar los horarios de ingreso a las escuelas, pero no han tenido éxito; en México, ni pensarlo. Sin embargo, los padres tienen la posibilidad de cuidar que los hijos tengan mejor sueño y que ello redunde en su salud, física y mental. Estas son algunas medidas que servirán para ello:
Procurar que los chicos se acuesten a dormir y se levanten siempre a la misma hora.
En el dormitorio no debe haber televisión, radio o aparatos de juego; habrá otro lugar asignado para su uso.
No llevar a la cama a los niños después de hacer ejercicio; la energía a tope impedirá conciliar el sueño.
No dormir con el estómago vacío, pero tampoco lleno; procure la hora de la cena dos horas antes de acostarse.
El dormitorio debe tener buena ventilación.
Cuidar que no haya exceso de ruido en la casa cuando el chico vaya a dormir.
El colchón no debe ser ni duro ni blando.
Evitar café, te negro y refresco de cola antes de dormir, ya que la cafeína que contienen despeja el sueño.
Las películas de suspenso o terror alterán el estado emocional; en lo posible evítelas en los pequeños.
Cada vez que se pueda, acompañe a la cama al pequeño y aproveche el momento para propiciar la comunicación con él, ya sea contándole un cuento o estableciendo breve charla.
Por ningún motivo administre somníferos o sedantes (productos que favorecen el sueño), a menos que sean prescritos por un médico.
Finalmente, presentamos cómo debe ser el descanso en niños y adolescentes:
Via saludymedicinas.com.mx
Como dormir mejor en 10 consejos
lunes, 25 de febrero de 2013
El sueño es un elemento esencial a nuestro bienestar. Si no se duerme lo suficiente, o no con la calidad de sueño necesaria, las consecuencias van más allá de las simples complicaciones para la vida diaria (cansancio, mayor irritabilidad, falta de concentración). A largo plazo, los estudios asocian la falta de sueño con un mayor riesgo de sufrir depresiones, un envejecimiento prematuro y con una mayor probabilidad de sufrir un ataque al corazón. Te ayudamos a dormir mejor con algunos consejos.
1º- Determina que cantidad de sueño necesitas
Un adulto necesita entre 7 y 9 horas de sueño cada día. Muchas personas tienden a pensar (equivocadamente) que les basta con pocas horas para estar en plena salud. Como la necesidad de cada uno es diferente, lo más adecuado es hacer algunas pruebas.
Con un sueño normal, no deberías sentirte síntomas de somnolencia hasta el final del día, sea cual sea la circunstancia (incluso si después de comer tienes que escuchar una conferencia en una sala con demasiada calefacción). Tampoco deberías sentir la necesidad de dormir “unos minutos más” cuando suena el despertador.
Existe un truco para saber cuantas horas necesitas. La próxima vez que tengas vacaciones largas y tranquilas, calcula la cantidad de horas que duermes después de dejar pasar unos días de relajación. Las horas que duermes naturalmente cuando no tienes ningún imperativo ni obligaciones son las que necesitas diariamente.
2º- Dormir mejor empieza por un ritmo regular
El mejor aliado para un sueño reparador es una rutina para dormir. Si te acuestas cada día a la misma hora (aproximadamente), acostumbrarás tu cuerpo a un ritmo y se te hará mucho más fácil coger el sueño. Piensa en las actividades que haces por la noche y valora si merece más la pena ver otra media hora de un programa de televisión que disfrutar de un sueño reparador. Los fines de semana, también es recomendable mantener esa rutina e intentar acostarse y levantarse en el mismo horario.
3º- Prepara tu habitación para el reposo
Si tienes un televisor o un ordenador en tu habitación, es mejor que pienses en un mejor sitio para colocarlo. Procura que tu habitación sea únicamente un sitio para la relajación, el descanso y la sexualidad.
Cuando vayas a dormir, asegúrate de crear un ambiente muy oscuro. Nuestro cuerpo está preparado para responder a los ciclos de luz del día. Por eso no es bueno estar a oscuras de día ni dejar que entre luz de noche. Cierra persianas y cortinas y ayudarás tu cuerpo a dormir mejor.
Siéntete cómodo en la cama. Busca la postura que te resulte más cómoda. Si tu colchón es incómodo, o si tus almohadas no te sirven, no dudes en invertir un poco para mejorar la calidad de tu descanso.
4º- Haz actividad física regular
Los beneficios de hacer deporte cada día alcanzan la calidad de tu sueño. Pero cuidado, hablamos de una actividad física regular, no un esfuerzo excepcional que podría provocar todo lo contrario. Es recomendable que no hagas deporte justo antes de dormir, con la única y placentera excepción del sexo, que genera endorfinas que te ayudarán a descansar mejor.
5º- Prepara tu sueño
Si te preguntas como dormir mejor y has tenido algunos problemas de insomnio, quizás te hayas dado cuenta que no es bueno irse a la cama inmediatamente después de una actividad intelectual importante, o de un hecho estresante. Como transición hacia un estado más tranquilo e ideal para el sueño, puedes practicar alguna actividad relajante como leer un libro, tomarte un baño, recibir un masaje, escuchar música tranquila, etc. Con 30 minutos de transición suele ser suficiente para entrar en un estado más receptivo para el sueño.
Preparar el sueño es también dejar de tomar bebidas excitantes después de las 16h (café, té, Coca-Cola, chocolate, etc). Otro punto importante es evitar ocuparse de asuntos estresantes después de la cena. En pareja, es recomendable aplazar las discusiones al otro día, para dormir mejor.
6º- La temperatura ideal
Se duerme mejor en un ambiente fresco y bien ventilado. En invierno, aunque tengas frío, es recomendable que no calientes la habitación por encima de los 18 grados. En verano, dormir con la ventana abierta o refrescar el dormitorio antes de ir a la cama con un rato de aire acondicionado permite tener un mejor sueño.
7º- Alcohol y tabaco
El alcohol y el tabaco son enemigos del buen sueño. Las bebidas alcohólicas tienen efectos somníferos pero la calidad del sueño alcoholizado es pésima. El tabaco provoca insomnio por culpa de la nicotina, un excitante. Por lo tanto, dormir mejor es un motivo adicional para dejar de fumar y beber menos.
8º- Una cena ligera
No es bueno irse a la cama con la barriga llena. Tu sueño será mucho más reparador si te limitas a una cena ligera. En cualquier caso, es recomendable esperar al menos 2 horas (y mejor 3) entre la última comida y la hora de meterse en la cama. Si quieres acostarte más temprano, eso puede implicar que tengas que adelantar tu horario de cena.
9º- Tómate tu tiempo para dormirte
Uno de los peores enemigos del buen sueño es la ansiedad que te entra cuando te obsesionas por dormirte rápido. Seguro que conoces la situación. Miras el reloj, te preguntas por qué no estás dormido aun, das vueltas, vuelvas a mirar el reloj, y así durante un buen rato.
Si te suele pasar eso, intenta tomarte las cosas con calma, y empieza por darle la vuelta al reloj para que no caigas en la tentación de mirarlo. Es normal tardar unos minutos en dormirse, y obsesionarse no sirve para nada.
10º- Si a pesar de todo no consigues el sueño
Si pese a aplicar todos estos consejos te sigues costando conciliar el sueño y ya no sabes como dormir mejor, dos recomendaciones. La primera es que cuando no consigas dormirte, te levantes y te dediques a una de las actividades tranquilas que mencionábamos antes (leer, escuchar música relajante, tomarse un baño), y cuando vuelvas a sentir cansancio intentes acostarte de nuevo. La segunda recomendación es consultar con el médico de cabecera si los problemas de sueño persisten.
Fuente blogdebienestar.wordpress.com
¿Que es la relajación?
domingo, 24 de febrero de 2013
La Relajación es nuestro estado natural, proporciona, principalmente, un estado de descanso profundo a la vez que se regula el metabolismo, ritmo cardíaco y respiración, nos libera de nuestras tensiones, tanto musculares como psíquicas que se han acumulado con el paso del tiempo.
La Relajación mejora el riego sanguíneo, armoniza la respiración, los latidos del corazón, distiende los músculos, etc, proporcionando una intensa sensación de bienestar, calma y tranquilidad, cercana a la del sueño profundo, pero en estado de vigilia. La persona se encuentra en un estado de sensibilidad y receptividad natural aumentada, atenta al más alto nivel, a través de cada una de las células de su cuerpo. En esos momentos se gasta el mínimo de energía, consiguiendo, como consecuencia, una respuesta muy positiva, esencialmente a un nivel psicológico.
Relajarse es indispensable para hacer frente a la vida diaria donde las prisas, los miedos y el estrés nos acechan en todo momento.
Quien practica la Relajación debe desconectar del exterior en ese momento por completo y centrarse en su interior, en su propio y auténtico ser, siendo esta forma la mejor manera de escucharse a sí mismo-a, observar sin crítica y tomar conciencia para que el cuerpo y la mente trabajen en perfecta sintonía. Luego en nuestra vida cotidiana, nuestro cuerpo y nuestra mente se sentirán notablemente rejuvenecidos, llenos de energía y vitalidad.
Relajación es la innata capacidad del cuerpo para alcanzar un estado especial caracterizado por una disminución de las pulsaciones cardíacas, de la presión arterial y de las ondas cerebrales, y una reducción general de la velocidad del metabolismo. Los cambios producidos por la Relajación contrarrestan los perjudiciales efectos y las molestas sensaciones generadas por el estrés.
La Relajación puede
Aliviar el dolor de cabeza.
Vencer el insomnio.
Reducir la presión arterial y controlar los problemas producidos por la hipertensión.
Aliviar dolores musculares, en especial de espalda y cuello.
Aumentar la creatividad, sobre todo cuando se experimente alguna especie de “bloqueo mental”.
Controlar las crisis de angustia.
Reducir los niveles de colesterol.
Reducir el estrés general y alcanzar la paz interior y el equilibrio emocional.
Aliviar los síntomas de la ansiedad (mareos, palpitaciones, angustia, trastornos gástricos, náuseas, vómitos, dificultades respiratorias, inquietud, aturdimiento, dolores torácicos, entumecimiento de las extremidades, espasmos de las manos y pies, sudoración, diarrea, estreñimiento, irritabilidad, miedo, problemas para relacionarse con los demás).
Es importante señalar que la Relajación no pretende, sustituir la visita a su médico o sustituir un tratamiento que éste le haya prescrito, si padece alguna enfermedad debe seguir los consejos de su médico y a la vez practicar las técnicas de Relajación más adecuadas, las cuales harán que se acelere su proceso de curación.
¿Cómo aprender a relajarse?
Por lo general la Relajación, si se realiza correctamente, ejercerá un efecto inmediato, al término de la primera sesión ya se sentirá más sereno y calmado. A veces, en los primeros intentos de practicar dichos ejercicios, el cuerpo reacciona como un caballo salvaje que no quiere ser domesticado, así veremos, por ejemplo, que nos entran ganas de orinar, que acuden a nuestra mente pensamientos con gran fuerza (tareas pendientes, los niños, el trabajo, etc); por otro lado también puede que el cuerpo se rebele ante una situación novedosa para él y que no controla, es decir, acostumbrado a sus tensiones, cuando le damos la orden de relajarse no es de extrañar que se produzcan sobresaltos, es la reacción normal ante una situación de pérdida de control sobre nuestro cuerpo, todo ello desaparecerá con el perfeccionamiento. Los beneficios físicos y emocionales empezarán a ser evidentes cuando llevemos varias semanas de práctica con regularidad.
Los ejercicios de Relajación debemos hacerlos a diario, es un entrenamiento, para poder obtener los numerosos beneficios que conlleva. Una vez comenzamos a notar estas mejoras es importante continuarlo, por el resto de nuestras vidas, para que su efecto sea permanente. Esto no supondrá un esfuerzo, solo al principio, porque una vez que sepamos relajarlos con facilidad, podremos conseguirlo en unos instantes. Cuando lleve algún tiempo practicando la técnica de a Relajación descubrirá que ésta se ha convertido en parte de su persona. Observará que puede relajarse espontáneamente con solo permanecer sentado un momento o respirar de forma consciente.
Via mapfre.com
Cómo descansar y relajarse un poco para quitar el estrés
Consejos para descansar bien, qué es bueno para relajarse del estrés cotidiano, cómo me puedo relajar y conseguir un buen descanso
Si muchas veces tratas de descansar y relajarte pero no puedes porque hay mucho ruido alrededor, cada vez que lo intentas te distraes y lo único que logras es estresarte más, no te preocupes sigue estos pasos y compruébalo.
Consejos para descansar bien, qué es bueno para relajarse del estrés cotidiano, cómo me puedo relajar y conseguir un buen descanso • Lo más recomendable es ir a un lugar tranquilo y alejado de ruidos externos.
• Adoptar una posición cómoda; lo ideal es estar sentado en una silla o acostado boca arriba, sin cruzar las piernas.
• Focaliza tus pensamientos al ritmo de tu respiración; intenta visualizar el aire que entra y sale de tus pulmones.
• Repite en silencio una frase para centrar tu atención.
• No dejes que otros pensamientos te desconcentren, si llegan déjalos pasar y continua.
• Escucha música relajante, tu favorita o sonidos de la naturaleza.
• Proponte meditar por l0 minutos e incrementa el tiempo poco a poco.
• Que ese tiempo sea de beneficio no de maleficio.
Via vivirdiario.com/
Si muchas veces tratas de descansar y relajarte pero no puedes porque hay mucho ruido alrededor, cada vez que lo intentas te distraes y lo único que logras es estresarte más, no te preocupes sigue estos pasos y compruébalo.
Consejos para descansar bien, qué es bueno para relajarse del estrés cotidiano, cómo me puedo relajar y conseguir un buen descanso • Lo más recomendable es ir a un lugar tranquilo y alejado de ruidos externos.
• Adoptar una posición cómoda; lo ideal es estar sentado en una silla o acostado boca arriba, sin cruzar las piernas.
• Focaliza tus pensamientos al ritmo de tu respiración; intenta visualizar el aire que entra y sale de tus pulmones.
• Repite en silencio una frase para centrar tu atención.
• No dejes que otros pensamientos te desconcentren, si llegan déjalos pasar y continua.
• Escucha música relajante, tu favorita o sonidos de la naturaleza.
• Proponte meditar por l0 minutos e incrementa el tiempo poco a poco.
• Que ese tiempo sea de beneficio no de maleficio.
Via vivirdiario.com/
Tu descanso
Dormir bien es fundamental para la salud y el estado de ánimo. No solo mejora el humor sino que elegir un buen colchón es clave para evitar dolores de espalda, descansar bien y rendir más al día siguiente.
La clave del descanso, y el buen humor que lleva asociado, pasa por dormir bien. Aprovechar y sacar rendimiento a las horas de sueño además es beneficioso para la salud ya que nuestras capacidades físicas e intelectuales están más activas y evitamos dolores de espalda o de cabeza. Por eso, es fundamental renovar el colchón cada cierto tiempo y elegir el que mejor se ajuste a las cualidades físicas de cada persona.
Pero no solo el colchón cuenta, también una base adecuada, la almohada y sus protecciones influyen en el descanso. Cuándo hay que renovar el colchón es la eterna pregunta cuya respuesta depende del tipo que tengamos en casa, aunque lo normal es que si tiene más de 10 años haya perdido todas sus cualidades repercutiendo negativamente en el descanso.
Para elegir un colchón adecuado hay que tener en cuenta el peso, la complexión y la forma de dormir de cada persona así como las cualidades del colchón. Modelos hay tantos como gustos, por eso lo mejor es informarse con especialistas como los asesores del descanso en El Corte Inglés, donde además podemos renovar nuestro viejo colchón con descuentos de hasta el 50% hasta el 28 de febrero.
Los colchones de muelles bicónicos favorecen una gran adaptabilidad a las distintas partes del cuerpo dado que los muelles se estrechan en la parte central y, también, son buenos para que se mantenga fresco y seco. También pueden ser de muelles de hilo continuo, es decir un alambre en forma de zig-zag que va de parte a parte y cubre toda la estructura del colchón proporcionándole una gran firmeza. Otra opción son los muelles ensacados: Son cilíndricos, están forrados de material textil y unidos en su parte central creando diferentes zonas ergonómicas de confort.
Entre los modelos más actuales los reyes indiscutibles son los colchones de látex y viscoelásticos. Los primeros son adaptables, flexibles, ergonómicos y muy resistentes a la deformación que provoca el peso. Se pueden elegir de látex natural o sintético y la mejor base para este tipo de colchones es un somier de láminas de madera. Por su parte, las principales ventajas de los viscoelásticos -un material desarrollado por la NASA por su capacidad para aliviar la presión sobre el cuerpo- es que son muy adaptables y poseen una firmeza de grado medio. La última opción son los colchones HR, o de alta "resilencia" o "infedormabilidad", con prestaciones similares al látex y capacidad de volver a su forma natural, por lo que también suelen ser más duraderos.
Via cadenaser.com
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