Ya en tiempos de la antigua Grecia, Platón solía recetar música para aliviar situaciones de angustia, y decía que “el regalo de la música lo había recibido el hombre, no para danzar y bailar, sino para calmar el alma”.
De alguna forma, la música ejerce una poderosa influencia en el cuerpo y en la mente de quien la oye porque, al igual que la palabra es la materialización de los pensamientos, la música lo es de los estados de ánimo.
La música logra transmitir de manera inmediata todo un cúmulo de sensaciones (miedo, alegría, sentimientos profundos). La música también permite canalizar todos esos sentimientos, y hacer que las personas alivien sus penas o incrementen sus alegrías, en función de los casos.
La música es de vital importancia, no sólo por su belleza, sino también porque es una forma de comunicación que puede ser disfrutada tanto social como individualmente. Gracias a la música uno puede comunicarse con otras personas, y también consigo mismo.
Beneficios de la música a nivel vibracional
Expertos en musicoterapia aseguran que la técnica de las vibraciones acústicas sobre el organismo ayuda a las personas sordas a la hora de percibir cierto tipo de sensaciones, por lo que se ha revelado como una estupenda herramienta de sanación.
Actualmente, también se utilizan mucho los cuencos cantores de los lamas tibetanos y los de cuarzo para reequilibrar el sistema inmunológico. La música hace resonar positivamente el cuerpo, ayudando a restablecer el equilibrio armónico, e induciendo emociones placenteras muy favorables a la hora de alcanzar ese bienestar tan anhelado a la hora de descansar y de dormir con un sueño reparador.
Uno de los usos cotidianos más difundidos de la música es la regulación de los estados de ánimo. Solemos utilizar piezas musicales para calmarnos en medio de estados de excitación producidos por el estrés. La música puede ayudar a deshacer bloqueos emocionales concretos y resolver conflictos.
Descansar no sólo significa irnos a dormir cuando se acaba el día. También descansamos cuando nos relajamos, eliminamos presiones y disfrutamos de actividades lúdicas o recreativas como leer un buen libro o escuchar una música que nos proporcione ese ansiado estado de tranquilidad que nos ayuda a sosegarnos.
Música para dormir bien
Escuchar música antes de dormirnos nos ayudará a sentirnos mejor, y también a tomar contacto con partes de nuestro cuerpo que, de otra manera, pasarían desapercibidas. Es importante que seamos conscientes de que el descanso y la relajación resultan muy necesarios no sólo para evitarnos enfermedades, sino también para mejorar nuestro grado de atención, eficiencia y rendimiento.
Para escuchar música, intenta adopar una postura cómoda: sentado con la espalda recta o tumbado. Luego, cierra los ojos. Respira suavemente hasta que el ritmo sea el adecuado. Después, podrás sentir el sonido en tu interior. Crea mentalmente una imagen y proyéctala hacia el exterior. Es importante visualizar las notas musicales, y sentir su energía, para dejarte envolver por ellas, para dejarte llevar. Te sentirás sereno y disfrutarás del momento.
En la actualidad, la musicoterapia ha alcanzado, junto con otras técnicas de sonido, altas cotas de respuesta clínica. ¡Por algo será! La relajación física es necesaria para nuestro cuerpo, ya que regenera, equilibra y estabiliza nuestros sistema energético, nervioso y mental. Si os cuesta conciliar el sueño, probar a escuchar un poco de música relajante antes de meteros en la cama. ¡Ya nos diréis que tal os ha ido!
Via vitonica.com
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