¿Te has planteado alguna vez que la forma en que vives tu día puede influir en tu sueño? Idealmente, un tercio de nuestro día lo dedicamos a dormir, pero las 16 horas restantes las pasamos en vigilia. Muchas veces, notamos que nuestro ritmo de vida es demasiado acelerado, que nos falta tiempo y que no podemos hacer las cosas con calma. Vivir en un estado de nervios y estrés durante el día puede reflejarse en la noche y no dejarnos dormir bien.
Piénsalo, ¿cómo se puede pretender descansar y dormir bien, si durante el día no somos capaces de vivir de manera relativamente relajada y armoniosa? Por eso, para llegar sosegados a la noche, y poder conciliar el sueño, se ha de aprender también a vivir tranquilos.
Por supuesto, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Para llevar una vida más calmada y sosegada y evitar que el estrés nos quite el sueño, quizás hay que romper con algunos hábitos que hemos creado, inconscientemente, a lo largo de nuestra vida, y que ahora son como una “mochila” pesada de la que nos cuesta deshacernos. Sin embargo, cuanto tenemos insomnio o problemas de sueño debemos intentarlo. No se puede pretender que al caer la noche nos relajemos y nos durmamos con facilidad si antes no intentamos relajarnos y no angustiarnos durante la vigilia.
Por eso, hoy os dejamos 7 consejos de día para dormir bien de noche:
1. Mantén horarios y rutinas regulares.
Las nuevas tecnologías te ayudan, aprovecha alarmas, agendas de tu smartphone para organizarte cómodamente el día.
2. Realiza ejercicios suaves, por la mañana o al mediodía.
El ejercicio puede ayudarnos a relajarnos y eliminar tensión. Es mejor, eso sí, no hacer ejercicio demasiado intenso cerca de las horas de dormir, pues podría tener el efecto contrario.
3.Aprende a NO estar siempre disponible.
Acepta que es posible que no puedas con todo y no asumas más compromisos de los realmente necesarios.
4. Reserva espacios para desconectar y reflexionar sobre lo que estás haciendo.
Unos minutos de reflexión en un entorno agradable pueden ayudarte a liberar estrés en el más agobiante de los días.
5. Acepta que la vida se compone de tareas por acabar, o problemas por resolver, que requieren un proceso.
Si tienes un problema, afróntalo: no te preocupes, ocúpate.
6. Haz listas de prioridades e intenta respetarlas.
7. Reserva pequeños períodos de tiempo (por ejemplo, 2 veces al día, 5 minutos) para respirar, relajarte y afrontar situaciones estresantes imprevisibles.
Via duermemejor.com
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