Me encuentro hoy ante el reto de hablar de emociones y de cómo pueden estar influenciando en nuestro bienestar físico. Éste es un vasto campo sobre el que se puede decir mucho, pero en este post voy a intentar dar unas pinceladas sobre cómo las emociones nos pueden llevar a tener problemas para dormir. Buscaremos soluciones.
Todos los síntomas tienen un sentido profundo para la vida de las personas, nos transmiten el mensaje, la información que necesitamos para reconciliarnos y mejorar nuestra salud. Es igual que en la naturaleza, donde hay un planta venenosa, al lado hay otra que es su antídoto. Pues con la enfermedad tenemos también ante nosotros su antídoto, es decir, parte de la solución, parte del camino.
¿Qué es el origen emocional de la enfermedad?
Hay una frase que a mí me gusta mucho que dice: “El cuerpo grita lo que la boca calla”.
Cuando entendemos la enfermedad como algo malo y además ante lo que nosotros no podemos hacer nada nos surgen sentimientos de impotencia, frustración, rabia o tristeza. Numerosos expertos nos dicen que la enfermedad no es mala, que sencillamente nos está avisando que no vamos por buen camino. Pero este aviso nos suele plantear un dilema ¿Cuál es mi camino correcto? Y una vez que lo sé, ¿Me atrevo a hacer el cambio?
Einstein decía: “si quieres obtener resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Y éste puede ser nuestro verdadero problema, no la enfermedad. La enfermedad es nuestra aliada, nuestra amiga que llega a nuestra vida y nos dice: – oye, que por aquí no es, que te estás equivocando de camino, que esto no es lo que realmente te hace feliz-. Pero, aquí nos hallamos con otro reto, ¿queremos ser felices? ¿cuánta felicidad estamos dispuestos a soportar? ¿nos arriesgamos a hacer las cosas diferentes?
Pueden parecer preguntas muy raras o de perogrullo, según se mire, pero os aseguro que no lo son. Los seres humanos nos hemos acostumbrado a soportar grandes dosis de sufrimiento en trabajos que no nos llenan, en relaciones de pareja con las que no crecemos, alimentándonos de cualquier manera, dedicando gran parte de nuestro tiempo a hacer muchas cosas y pocas de ellas para nuestro disfrute y bienestar. Algunas veces pareciese que llevamos de fábrica la frase – No tengo tiempo -.
Pues de todo esto es de lo que hablo, cuando digo que la enfermedad toca a nuestra puerta para hacernos de espejo, de maestra. Pero si esto fuese tan fácil, todos estaríamos sanos, sin síntomas y felices. Pero lo que la enfermedad nos pide es un cambio, no de pareja, casa o trabajo, sino un cambio de pensamiento y actitud ante la vida, que nos genere cambios emocionales.
Y queridos lectores, nuestro mayor enemigo, “el miedo”, que también está ahí al acecho, esperando para decirnos cosas del tipo: -no puedes cambiar, no sabes, … y si vas a peor, … y si no gustas a nadie o te abandonan, es muy difícil,… – Y nadie dice que sea fácil porque detrás de todo esto hay grandes estructuras mentales e identitarias: – si cambio, ¿quién soy?- . Y si a esto unimos los grandes miedos: miedo a ser diferente, a la soledad, al abandono,… pues tenemos el cóctel perfecto.
En cualquier caso, vamos a ser generosos y cuidadosos con nosotros, que “la culpa” también suele estar escondida cerca para aprovechar su oportunidad y salir a escena. Y no se trata de eso. Se trata de empezar a escuchar o mejor dicho a ESCUCHARNOS. Y vamos a empezar por darnos cuenta de qué me está diciendo mi cuerpo cuando: tengo un resfriado, me duele la cabeza, tengo molestias en el estómago, me he hecho daño en un pie o porqué no puedo dormir.
En el libro “El cuerpo como herramienta de curación”, el doctor Fléche nos dice que “las enfermedades son una tentativa de autocuración”, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado, corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos”.
El cuerpo habla
Pues atendiendo a esto, vamos a hablar de un tema que me resulta muy interesante ¿Qué hay detrás del insomnio o los problemas del sueño? ¿Por qué no puedo descansar?
Emociones que generan problemas para dormir
En “El gran diccionario de las dolencias y enfermedades”, Jacques Martel nos dice que la incapacidad de dormir corresponde a un profundo miedo a abandonarse y soltarse. Es decir, cuando vivo con inseguridad y queriendo tener el control sobre todo lo que sucede en mi vida.
Cuando dormimos, nuestras “facultades mentales” también duermen y se abandonan a lo desconocido, soltando el control. La persona con problemas de sueño, no permite esto y para ello mantiene su mente ocupada con todo tipo de ideas y de situaciones, reales o inventadas, impidiendo así que le gane el sueño.
La vida de la persona con insomnio muchas veces está coloreada con tensión, ansiedad, culpabilidad y a veces, incluso, cierta paranoia. Hay probabilidades de que sienta una nerviosidad extrema y que tenga dificultad para tomar decisiones. Es también “como si muriese” cada vez que se duerme y esto despierta temores a lo desconocido de la noche.
El insomnio puede estar fuertemente relacionado con la culpabilidad consciente o inconsciente. Por un motivo u otro, puedo tener la sensación que “no me merezco descansar”. Quizás porque me siento culpable de no tener éxito en la vida, no hacer todo lo necesario para mis hijos, etc.
También puedo haberme programado pensando que “dormir es una pérdida de tiempo”. La glándula del timo está estrechamente vinculada al sueño y, a la vez con la energía del corazón.
La famosa Louise Hay también nos habla en su libro “Sana tu cuerpo” de la relación del insomnio con la desconfianza en el proceso de la vida y con la culpa. Así como el miedo a soltar el control consciente y abandonarse al inconsciente.
Trucos para dormir
Afirmaciones positivas
Numerosos especialistas en la materia como Louise Hay, Jacques Martel o Wayne Dyer nos invitan a utilizar afirmaciones para “reprogramarnos”, es decir, para cambiar el patrón de pensamiento que nos impide conciliar el sueño.
De esta manera, ellos nos sugieren el poderoso trabajo con las afirmaciones positivas. Y algunas de las afirmaciones que nos sugieren que utilicemos varias veces al día son:
- “Aprendo a relajarme y a soltar el control para dejar que el sueño recupere su lugar en mi vida.” Jacques Martel
- “Cuando cambias la manera de ver las cosas, las cosas que ves cambian”. Wayne Dyer.
– “Con amor dejo atrás el día y me sumerjo en un sueño tranquilo, en la seguridad de que el mañana cuidará de mí mismo.” Louise Hay
Cualquier afirmación es válida, lo importante es que la sintamos y creamos en ella. Por ello podemos construir nosotros nuestras propias afirmaciones. Algunos ejemplos son:
Todos los días duermo bien.
Lo mejor viene hacia mí fácilmente y sin esfuerzo.
Me relajo y duermo en paz.
Todo está bien en mi vida.
Duermo en paz, estoy a salvo y protegido.
El cuerpo grita lo que la boca calla
Dialogar con el cuerpo
También puedes dialogar con esa parte de tu cuerpo que está dándote síntomas, en este caso dialogaríamos con nuestro problema para conciliar el sueño. Por ejemplo, puedes poner un cojín o una silla y colocarlo delante de ti y hablarle, contarle lo que te sucede, cómo lo vives, qué te hace sentir. Después ocuparías el lugar del síntoma para que puedas ponerte en su lugar, escuchar lo que le has dicho y que él te hable a ti. Esta forma de trabajar la puedes leer en el libro de Adriana Schnake, “Los diálogos del cuerpo”.
Escribir es otra maravillosa técnica. Coger una hoja en blanco y un bolígrafo y escribirle una carta a ese órgano o síntoma. Hablarle a tu insomnio, a tu dificultad para dormir y descansar. ¡No dejar nada en el tintero!
Los trabajos con el perdón
Reconociendo primero el enfado, dolor, molestia, etc que nos suele generar, en este caso el insomnio o cualquier trastorno del sueño. Expresarlo verbalmente, escribiendo, etc. Y después conectarnos con el agradecimiento. Esta segunda parte nos puede costar un poco más si no estamos acostumbrados o si nos queda todavía resentimiento y enfado con el síntoma. Consiste en intentar ver, ¿para qué me sirve no dormir? ¿qué función está cumpliendo? Y agradecer la utilidad que tiene en mi vida. Estas herramientas las podemos hacer nosotros solos, pero si necesitas ayuda, existen grandes profesionales que te ayudarán a manejarte con los síntomas.
Estas son solo algunas técnicas para lidiar con las emociones que nos provocan problemas para dormir. En los siguientes libros que citamos en estas líneas encontrarás muchos más consejos y conocerás más a fondo el papel de las emociones a la hora de conciliar el sueño.
– “La enfermedad como camino”, de Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke
- “El cuerpo como herramienta de curación”, de Christian Fléche
- “Usted puede sanar su vida”, de Louise Hay
- “Sana tu cuerpo”, de Louise Hay
- “El poder está dentro de ti”, de Louise Hay
- “El gran diccionario de las dolencias y enfermedades”, de Jacques Martel
- “El lenguaje secreto de tu cuerpo”, de Inna Segal
- “Los diálogos del cuerpo”, de Adriana Schnake
Via colchonesblog.es
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