Algunas personas olvidan que descansar es tan esencial como alimentarse. Responsabilizarse del propio descanso es un comienzo para el buen cuidado de uno mismo.
¿Qué significa descansar?
Descansar significa parar. Cesar el trabajo, la actividad. Quiere decir rendirse al cansancio y cubrir la necesidad de reestablecer el cuerpo y la mente. Es también poder confiar en que tu organismo se autorregule y recupere la energía necesaria para poder afrontar más tarde lo que te trae el día a día. De igual modo, es soltar el control y abandonarse a la tendencia natural de recuperar energía.
Hay muchas formas de descansar, la principal como ya sabemos es dormir, aunque también poder apoyarse en otras personas, disminuir el estrés, o soltar aquellas cargas que son innecesarias, aminorar el ritmo, o desempeñar tareas que no conlleven esfuerzo, etc.
Cómo hacerse consciente de la importancia del descanso
Cuando estamos inmersos en un ritmo frenético de acción, es difícil poder darnos cuenta de la propia necesidad de parar, ya que la misma actividad nos impide escucharnos. Es más, a veces la actividad nos ciega y creemos que no necesitamos reposar.
Por ejemplo, hay personas que van agitadas de un lado a otro durante todo el día, con la agenda llena sin un solo hueco para sentarse, comer e incluso con las horas contadas para dormir. En ocasiones las personas que están envueltas en esta inercia terminan por enfermar debido al desgaste físico, mental y emocional que conlleva tanto quehacer.
Al llevar el propio cuerpo al límite de sus posibilidades, estas personas, sobrestiman su capacidad y pasan por encima del cansancio, muchas veces, sin poder ni siquiera reconocer cuando están llegando al agotamiento.
La manera de poder escucharse y detectar el cansancio es respetar al cuerpo atendiendo a sus señales. Dolores musculares, tensión, irritabilidad, dolor de cabeza, temblores y mareos, podrían estar advirtiéndote de una necesidad de detenerte. La importancia del descanso para sentirnos saludables y desempeñar bien nuestras funciones, es de sobra conocida.
Cuando “hacer nada” es todo lo que necesitas hacer
Confía, el cuerpo es sabio. Cuando comienzas a sentir síntomas de cansancio, pregúntate ¿qué necesitas?
Muchas veces la respuesta será: “hacer nada” o “dejar por un momento de hacer ciertas cosas”. A veces es difícil salir de este bucle y parar se convierte en una tarea muy complicada, puesto que puedes comenzar a sentir culpa, tristeza, miedo, etc.
Si es así, empieza por lo pequeño. Busca algunos momentos de relax para respirar y recuperarte. A veces sentirás que es una pérdida de tiempo pero a largo plazo tu cuerpo te lo agradecerá.
Parar no significa dejar de ser productivo. Todo lo contrario: interrumpir la acción te proveerá de la energía adecuada para serlo en los momentos que más lo necesites, sin verte obligado a forzar tu cuerpo.
Para qué hago tantas cosas
A veces puede dar miedo parar. Mantenernos activos y ocupados es una manera de evitar ser conscientes de que nos sentimos solos, tristes, enfadados, o heridos. También podemos estar queriendo llenar un vacío.
Tanta acción no hace que desaparezcan realmente esas emociones sino que genera un pozo de ansiedad y las oculta temporalmente. Cuando nos detenemos, los sentimientos soterrados pueden salir a la luz y quedar en evidencia, haciéndonos sentir que perdemos el control.
Es normal sentir miedo, sin embargo, al dar espacio a las emociones dolorosas nos damos la oportunidad de afrontarlas y aliviarlas. Es vital que tomes consciencia de la importancia del descanso, y que te des el permiso de atravesar estos estados emocionales, utilizando los apoyos que necesites de seres queridos, amigos y profesionales.
Disfutar del placer de un buen descanso
Es posible que al principio sientas que descansar es otra tarea más en tu lista, con el tiempo es seguro que empieces a disfrutar de esos momentos que te dedicas y aprecies aquello positivo que te reportan. Respetar tus necesidades te ayudará a recuperarte y reencontrarte contigo.
Es fácil recaer en lo que estabas acostumbrado y volver a verte envuelto en esa espiral de trabajo, observa cuándo vuelve esa necesidad de estar activo sin un minuto de descanso y no vuelvas a descuidar tu necesidad.
Si normalmente tienes esta tendencia, estate recaer. Es probable que cuando contactes con el placer y la importancia del descanso, descubras nuevas prioridades más allá de las tareas.
Via psicologialowcost.com
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