¡Cómo nos gusta nuestra almohada! Tan blandita, tan cómoda, aquella con la que compartimos nuestras dudas y pensamientos más íntimos cada noche antes de rendirnos a los brazos de Morfeo, pero… ¿Estamos prestándole la correcta atención?
Un buen descanso
De plumas, visco, látex, blanda, firme… Una vez que has conseguido la almohada más apropiada a tus necesidades y forma de dormir, es importante llevar a cabo un correcto mantenimiento de la misma, y es que sólo así lograremos alargar su vida útil y mantener en un estado óptimo sus propiedades.
El mantenimiento de la almohada paso a paso
El primer paso que debemos dar una vez compremos nuestra nueva almohada es cubrirla con una funda de algodón, esto hará que esté más protegida de las manchas y podamos lavarla más habitualmente. Hay fundas que son antiácaros, esta protección extra nos beneficiará si somos alérgicos.
Otro paso sencillo es sacudirlas enérgicamente cada día, de este modo evitaremos la acumulación de polvo. En este sentido, también es recomendable pasarle un aspirador de mano con filtro HEPA cuando cambies su funda. Airearlas bien todos los días también es un buen hábito.
Si tu almohada es de plumas o de fibras, sacudirla cada noche te ayudará a devolver su forma, ganar volumen y mejorar tu descanso.
Por último, además de lavar la funda de la almohada cada semana junto al resto de las sábanas, es necesario lavar la almohada al menos dos veces al año. Ten muy en cuenta su composición antes de hacerlo, porque es muy probable que puedas hacerlo en tu lavadora.
Cómo lavar la almohada en la lavadora
Antes de comenzar, observa con detenimiento la etiqueta de la almohada para ver las instrucciones de lavado y confirmar que hacerlo es posible.
Como truco, te contamos que si es de plumas deberás utilizar el programa para lana, con detergente y suavizante. También podrás utilizar la secadora si la tienes. Sin embargo, si sus materiales de composición son sintéticos, sólo podrás lavarlas con un programa especial para estos tejidos, con agua templada y secándolas al sol sin estrujarlas para quitar el exceso de agua.
Aquí te dejamos algunos trucos para que el resultado sea perfecto:
Detergente: es recomendable utilizar un jabón líquido y no en polvo. De esta manera, evitamos dejar residuos en el interior.
La lavadora: mete algunas prendas pequeñas junto a las almohadas, así evitaremos posibles daños.
Enjuague: programa dos veces seguidas el ciclo de enjuagado. Solo de este modo te asegurarás eliminar todos los restos de jabón.
Secado: es fundamental que las seques por completo, eliminando toda la humedad. De lo contrario podrían generarse hongos. La ventilación al aire es la mejor manera de secar.
Seguir estos consejos y las instrucciones del fabricante, son aspectos fundamentales para mantener tu almohada siempre como nueva. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el uso diario de estas hará que vayan perdiendo sus propiedades y firmeza progresivamente. Es por esto que recomendamos cambiarlas cada 1 o 2 años.
En Pikolin trabajamos cada día para asegurar la salud de tu descanso y creemos que tan importante es tener un buen colchón como una almohada en perfectas condiciones. Solamente de esta manera aseguraremos tener cada noche un sueño profundo y reparado.
Via pikolin.com/es
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