Se ha demostrado que dormir muy poco tiene efectos negativos sobre el corazón, y numerosos estudios lo han relacionado, además, con la hipertensión.
Se ha demostrado que dormir muy poco tiene efectos negativos sobre el corazón, y numerosos estudios lo han relacionado, además, con la hipertensión. Ahora, un pequeño estudio recientemente publicado por la revista Hypertension encuentra que dormir poco está conectado a algunos marcadores negativos para la salud, especialmente cuando ocurre fuera de las horas nocturnas típicas.
En el estudio, que se llevó a cabo en un laboratorio del sueño de la Universidad de Chicago, 26 adultos jóvenes sanos fueron designados a dormir poco, unas cinco horas cada noche.
La mitad de la gente dormía durante las horas nocturnas normales, y la otra mitad dormía durante el día. Los investigadores midieron la presión arterial y la frecuencia cardíaca durante el día, los niveles urinarios de norepinefrina, una hormona del estrés que puede hacer aumentar la presión arterial, la variabilidad del ritmo cardíaco y la variación de los intervalos entre latido a latido fue utilizada como indicador de riesgo cardiovascular.
Los resultados fueron determinantes. La presión arterial no cambió en ninguno de los grupos, pero esto podría haberse debido a una consecuencia de la corta duración del estudio. Además, para todos ellos, la restricción del sueño derivó en un mayor ritmo cardíaco durante el día. El grupo que dormía durante el día, vio aún más cambios; y es que tenían mayores niveles de norepinefrina urinaria y menos variabilidad del ritmo cardíaco en la noche, cuando estaban despiertos. “La variabilidad del ritmo cardíaco es un marcador de riesgo cardiovascular”, dice el autor del estudio Dr. Daniela Grimaldi, profesor asistente de investigación en la Universidad Northwestern Feinberg School of Medicina.
Y es que Grimaldi y sus colegas se han mostrado preocupados por los resultados del estudio, sobre todo por lo que vieron durante el sueño de ondas lentas, normalmente la fase más reparadora para el cuerpo. “La presión arterial baja y la frecuencia cardíaca baja, y esto es lo que realmente permite que el cuerpo se recupere”, explica Grimaldi. Pero en ambos grupos con el sueño restringido, la frecuencia cardiaca aumentó, sobre todo para el grupo que dormía durante el día, lo que sugiere que en condiciones como el trabajo por turnos, las personas no pueden ser capaces de recuperarse por completo a la falta de sueño.
Si nos adaptamos a la vida real, un cambio de horas de trabajo no es posible para todos, y por eso los investigadores están tratando de averiguar lo que, en todo caso, puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos que puede padecer nuestro corazón debido al trabajo por turnos. “Mientras tanto, el único consejo que podemos sugerir a las personas es una apuesta por comer alimentos saludables, hacer actividad física y tratar de dormir lo más que pueda y minimizar todas las demás condiciones de estilo de vida que pueden conducir a un riesgo cardiovascular”, matiza Grimaldi.
Via larazon.es
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