Si las altas temperaturas no te dejan conciliar el sueño, toma nota de los consejos de nuestra experta Meritxell Martí y... ¡dulces sueños!
Conciliar el sueño puede convertirse en un auténtico suplicio cuando las altas temperaturas del verano hacen su aparición. Según los expertos, la temperatura media para conseguir un sueño reparador se sitúa entre los 18º y los 22º C, una condición que se incumple sistemáticamente cuando nos vemos inmersos en las sucesivas olas de calor, tan frecuentes en esta época del año.
Y las consecuencias, cuando no se descansa lo suficiente, no se hacen esperar: irritabilidad, falta de concentración, sensación de cansancio permanente, ansiedad… un cuadro clínico asociado al insomnio que se hace todavía más preocupante porque, durante el verano, no solo influyen las altas temperaturas, sino también los cambios de hábitos de vida que se producen en los periodos vacacionales. Y es que, en general, durante las vacaciones se come y se bebe más y también se disfruta, también es verdad, de siestas demasiado largas y a las horas más insospechadas.
Para Meritxell Martí, colaboradora de hola.com y autora del libro recientemente publicado Vivir Sano, sentirse bien, “si no se duerme lo suficiente, el cansancio se acumula, tanto si no se descansan las horas necesarias como si la persona se despierta varias veces durante la noche o el sueño no es profundo”. Por esta razón, y consciente de que conseguir un sueño reparador es fundamental para nuestra salud, nuestra experta te da siete recomendaciones que te ayudarán a dormir bien durante el verano, ¡toma nota!
Sigue una rutina diaria: Hay que procurar irse a la cama a la misma hora. Si establecemos unos horarios, el cuerpo se acostumbrará y resultará más fácil conciliar el sueño. Durante el verano, y muy especialmente en vacaciones, cuando los horarios sufren alteraciones, es conveniente ir, paulatinamente, adelantando la hora de acostarse, pero también la de levantarse.
Métete en la cama y deja los problemas fuera: Irse a dormir con la mente llena de preocupaciones provoca que el organismo permanezca en alerta y, como consecuencia, resultará más difícil relajarse. Hacer ejercicios de respiración, visualizar ambientes agradables o relajar la muscuatura realizando estiramientos son algunos trucos que pueden ayudar a conciliar el sueño.
No consumir bebidas excitantes: Es muy recomendable que al menos cuatro horas antes de irse a dormir no tomar ni té, ni café ni colas, todos ellos productos ricos en teína o cafeína, componentes altamente estimulantes, justo el efecto contrario a lo que queremos conseguir cuando vamos a dormir: relajarnos.
Hacer cenas ligeras: Lo ideal es cenar dos horas antes de irse a la cama y, por supuesto, no quedarse con una sensación de hambre. Entre los alimentos más aconsejables para conseguir dormir bien se encuentran los alimentos ricos en vitamina B, como el pescado, los huevos o la leche; también ayudan a conciliar el sueño la avena, las cerezas o la lechuga cocida.
¡Ojo! con la cantidad de líquidos que se ingieren: Si se bebe mucho líquido, lo más normal es acabar levantándose en mitad de la noche para ir al baño, lo que interrupirá el ritmo del sueño.
Olvídate del móvil, de la tableta o de la televisión: La cama es para descansar. Si bien es verdad que hay personas para quienes leer les ayuda a ‘coger el sueño’, esta actividad es preferible hacerla sentado en una butaca o en el sofá porque de esta manera acostumbraremos a nuestro organismo a identificar el hecho de meterse en la cama con el momento de dormir.
Si el calor supone un gran problema, crea un ambiente fresco: Y la manera de conseguirlo es evitar que el calor se concentre en la habitación. Procura mantener aireada la habitación para conseguir un ambiente agradable y nada sofocante.
Fuente hola.com
Dormir con el aire acondicionado: ¿a favor o en contra?
martes, 26 de julio de 2016
Antes de lanzarnos a aconsejarte para que tus noches veraniegas sean más agradables, es conveniente que te hagas una pregunta: ¿eres de los que piensa que dormir con el aire acondicionado es malo para la salud y por eso no lo usas?
Si la respuesta es sí, será mejor que empieces a romper con ese hito y disfrutes de tu aparato de aire acondicionado.
Seguro que en más de una ocasión la temperatura ambiente no te ha dejado dormir. Ya sea porque es demasiado fría o demasiado caliente.
Después de leer este post, seguro que cambias de opinión. Te mostramos algunas de las mil y una razones por las que sí deberías dormir con el aire acondicionado:
El aire acondicionado disminuye la presencia de insectos y parásitos en el hogar.
Controla la sudoración de las personas.
Mantiene una hidratación interna correcta.
Durante esta época del año el polen está presente en el ambiente. Se aconseja cerrar las ventanas del hogar y encender el aire acondicionado.
Y por último, y no por ello menos importante, el aire acondicionado mejora la calidad del sueño.
Un buen sueño necesita unas condiciones ambientales correctas por lo que el exceso de calor puede provocar una mala calidad del sueño y agudizar el cansancio y la fatiga.
Cuando dormimos la temperatura corporal desciende, por lo que no se aconseja dormir con el aire a la misma temperatura que la que hay en la calle. La temperatura ideal está entre 24-26ºC. De esta forma, conseguiremos una sensación térmica agradable y nos facilitará el descanso.
Por último, recuerda que los fabricantes de equipos de aire acondicionado ya han desarrollado sistemas para programar y regular la temperatura durante las horas nocturnas. Todo para que descanses mejor.
Via solucionesintegralesendesa.com
Si la respuesta es sí, será mejor que empieces a romper con ese hito y disfrutes de tu aparato de aire acondicionado.
Seguro que en más de una ocasión la temperatura ambiente no te ha dejado dormir. Ya sea porque es demasiado fría o demasiado caliente.
Después de leer este post, seguro que cambias de opinión. Te mostramos algunas de las mil y una razones por las que sí deberías dormir con el aire acondicionado:
El aire acondicionado disminuye la presencia de insectos y parásitos en el hogar.
Controla la sudoración de las personas.
Mantiene una hidratación interna correcta.
Durante esta época del año el polen está presente en el ambiente. Se aconseja cerrar las ventanas del hogar y encender el aire acondicionado.
Y por último, y no por ello menos importante, el aire acondicionado mejora la calidad del sueño.
Un buen sueño necesita unas condiciones ambientales correctas por lo que el exceso de calor puede provocar una mala calidad del sueño y agudizar el cansancio y la fatiga.
Cuando dormimos la temperatura corporal desciende, por lo que no se aconseja dormir con el aire a la misma temperatura que la que hay en la calle. La temperatura ideal está entre 24-26ºC. De esta forma, conseguiremos una sensación térmica agradable y nos facilitará el descanso.
Por último, recuerda que los fabricantes de equipos de aire acondicionado ya han desarrollado sistemas para programar y regular la temperatura durante las horas nocturnas. Todo para que descanses mejor.
Via solucionesintegralesendesa.com
La mejor base o somier para tu colchón
jueves, 21 de julio de 2016
Los somieres ya sabemos los que son; una estructura metálica con una serie de lamas transversales, de madera o de otros materiales sintéticos, que sirven de soporte al colchón y unas patas que lo unen al suelo.
Aunque el colchón es la parte más importante de nuestro equipo de descanso, a veces no nos damos cuenta que el colchón no puede trabajar solo, necesita la compañía de la almohada y de la base sobre la que vamos a colocarlo.
Las características de la base nos tiene que proporcionar la firmeza suficiente para garantizar la postura correcta del cuerpo de los durmientes, no interrumpir la flexibilidad del colchón, asegurar la transpiración del colchón, no hacer molestos ruidos cuando nos movemos mientras dormimos y tener una duración que nos permita invertir el dinero sin miedo a hacer una mala compra.
Cuando pensamos en cambiar de colchón normalmente no pensamos en cambiar la base, creemos que duran para siempre y no es así, deberíamos de renovar la base a la vez que renovamos el colchón para tener un equipo de descanso completamente nuevo y sin los vicios o defectos que pudiera tener la base antigua.
¿Pero sabemos elegir la mejor base para el colchón? ¿Qué tipos de bases hay en el mercado? ¿Qué diferencia un somier de una base tapizada?
Las bases para colchones las podemos dividir en dos tipos: bases rígidas y somieres. Su elección dependerá de la firmeza que busquemos para complementar a nuestro colchón.
Bases Rígidas para colchones
Las bases rígidas están basadas en tableros tapizados en telas de mayor o menor transpiración y reforzados por una estructura de madera o de hierro o los dos materiales para evitar que se deforme y aguante a durmientes de cualquier peso.
Las bases rígidas son los soportes más firmes que hay para los colchones, si nuestro colchón es muy blando o si buscamos la máxima firmeza esta debe de ser nuestra elección.
Debemos tener en cuenta que si nuestro colchón es de látex no podemos ponerlos sobre estas bases, a no ser que sea un látex de Aspol, debido a la transpiración que necesita este tipo de colchones.
Bases tapizadas
Las bases tapizadas son una estructura metálica que le da la fuerza, un tablero normalmente de aglomerado que está tapizado en microfibra y desde hace poco en telas 3D, que son telas mucho más transpirables que las anteriores, y también se sueles añadir taladros con unas válvulas de aireación para ayudar a esa transpiración y por último se le ponen las patas.
Canapés abatibles rígidos
Los canapés abatibles son auténticos armarios horizontales, con capacidades enormes sobre todo en medidas de matrimonio. Son arcones cuya tapa son bases tapizadas con unas bisagras ayudadas por hidráulicos para facilitar su apertura. Dispones de muchos tipos de acabados para que puedas encontrar el que mejor va con tu dormitorio.
Un mito falso es el típico consejo que dice “lo mejor para la espalda es dormir sobre una tabla”, si el colchón garantiza la postura correcta del cuerpo una base rígida dará soporte y durabilidad, pero si el colchón no tiene un buen soporte lumbar será imprescindible colocar un somier con regulador de firmeza para que ayude a tener una buena ergonomía.
Somieres para colchones
Hay que saber que cuantas más láminas tenga el somier mejor adaptabilidad, la flexibilidad de las láminas anchas es mucho menor.
Ventajas del somier
La misión del somier es ayudar a la adaptabilidad del colchón, la flexibilidad de las lamas permiten adaptarse a la forma del durmiente y a sus cambios de postura durante el descanso.
La ventilación está más que asegurada para cualquier colchón, ganando en higiene.
Dicen los estudios de las grandes marcas que un somier de calidad aumenta la durabilidad del colchón sobre un 20% por que las lamas absorben parte del impacto del peso y de los movimiento de los usuarios.
Tipos de somier
Los somieres se distinguen por la anchura de las láminas y por la composición de las mismas, lo normal es que estén compuestos por láminas de madera de buena calidad en otros casos se hacen de materiales artificiales como el carbono.
Si atendemos a su anchura debemos decir que cuantas más láminas tenga mejor, más adaptabilidad. Si la lama es muy ancha no tendrá flexibilidad y será parecido su funcionamiento a una base rígida.
Los somieres de gama media a alta tienen muchas láminas estrechas y muy juntas entre sí, de esta forma no hay partes grandes de colchón sin soporte.
Via blog.colchonesymas.es
Aunque el colchón es la parte más importante de nuestro equipo de descanso, a veces no nos damos cuenta que el colchón no puede trabajar solo, necesita la compañía de la almohada y de la base sobre la que vamos a colocarlo.
Las características de la base nos tiene que proporcionar la firmeza suficiente para garantizar la postura correcta del cuerpo de los durmientes, no interrumpir la flexibilidad del colchón, asegurar la transpiración del colchón, no hacer molestos ruidos cuando nos movemos mientras dormimos y tener una duración que nos permita invertir el dinero sin miedo a hacer una mala compra.
Cuando pensamos en cambiar de colchón normalmente no pensamos en cambiar la base, creemos que duran para siempre y no es así, deberíamos de renovar la base a la vez que renovamos el colchón para tener un equipo de descanso completamente nuevo y sin los vicios o defectos que pudiera tener la base antigua.
¿Pero sabemos elegir la mejor base para el colchón? ¿Qué tipos de bases hay en el mercado? ¿Qué diferencia un somier de una base tapizada?
Las bases para colchones las podemos dividir en dos tipos: bases rígidas y somieres. Su elección dependerá de la firmeza que busquemos para complementar a nuestro colchón.
Bases Rígidas para colchones
Las bases rígidas están basadas en tableros tapizados en telas de mayor o menor transpiración y reforzados por una estructura de madera o de hierro o los dos materiales para evitar que se deforme y aguante a durmientes de cualquier peso.
Las bases rígidas son los soportes más firmes que hay para los colchones, si nuestro colchón es muy blando o si buscamos la máxima firmeza esta debe de ser nuestra elección.
Debemos tener en cuenta que si nuestro colchón es de látex no podemos ponerlos sobre estas bases, a no ser que sea un látex de Aspol, debido a la transpiración que necesita este tipo de colchones.
Bases tapizadas
Las bases tapizadas son una estructura metálica que le da la fuerza, un tablero normalmente de aglomerado que está tapizado en microfibra y desde hace poco en telas 3D, que son telas mucho más transpirables que las anteriores, y también se sueles añadir taladros con unas válvulas de aireación para ayudar a esa transpiración y por último se le ponen las patas.
Canapés abatibles rígidos
Los canapés abatibles son auténticos armarios horizontales, con capacidades enormes sobre todo en medidas de matrimonio. Son arcones cuya tapa son bases tapizadas con unas bisagras ayudadas por hidráulicos para facilitar su apertura. Dispones de muchos tipos de acabados para que puedas encontrar el que mejor va con tu dormitorio.
Un mito falso es el típico consejo que dice “lo mejor para la espalda es dormir sobre una tabla”, si el colchón garantiza la postura correcta del cuerpo una base rígida dará soporte y durabilidad, pero si el colchón no tiene un buen soporte lumbar será imprescindible colocar un somier con regulador de firmeza para que ayude a tener una buena ergonomía.
Somieres para colchones
Hay que saber que cuantas más láminas tenga el somier mejor adaptabilidad, la flexibilidad de las láminas anchas es mucho menor.
Ventajas del somier
La misión del somier es ayudar a la adaptabilidad del colchón, la flexibilidad de las lamas permiten adaptarse a la forma del durmiente y a sus cambios de postura durante el descanso.
La ventilación está más que asegurada para cualquier colchón, ganando en higiene.
Dicen los estudios de las grandes marcas que un somier de calidad aumenta la durabilidad del colchón sobre un 20% por que las lamas absorben parte del impacto del peso y de los movimiento de los usuarios.
Tipos de somier
Los somieres se distinguen por la anchura de las láminas y por la composición de las mismas, lo normal es que estén compuestos por láminas de madera de buena calidad en otros casos se hacen de materiales artificiales como el carbono.
Si atendemos a su anchura debemos decir que cuantas más láminas tenga mejor, más adaptabilidad. Si la lama es muy ancha no tendrá flexibilidad y será parecido su funcionamiento a una base rígida.
Los somieres de gama media a alta tienen muchas láminas estrechas y muy juntas entre sí, de esta forma no hay partes grandes de colchón sin soporte.
Via blog.colchonesymas.es
Consejos para dormir más y mejor ¡DEBES seguirlos!
lunes, 18 de julio de 2016
Es posible dejar de lado y para siempre los problemas de sueño y con ello beneficiar en gran medida tu salud.
Aunque busquemos parecer súper hombres o súper mujeres, y no dormir por trabajar, es claro que para tener salud necesitamos dormir bien. La clave está en utilizar sencillas estrategias para dormir de manera más plena sin tener que consumir fármacos que a la larga alteran el organismo nocivamente. Son medidas que precisan cambiar los hábitos que se tienen para dormir, sin embargo, el esfuerzo será muy satisfactorio.
1. La recámara como refugio
Para conciliar el sueño sin problemas y dormir sin sobresaltos continuos, la recámara debe mantenerse oscura y sin ruido. La falta de luz propicia que la glándula pineal produzca melatonina, hormona que genera la sensación de sueño. Además, las temperaturas frescas ayudan a dormir mejor.
2. Desarrollar hábitos
Adoptar rutinas nocturnas es recomendable para que el cuerpo perciba cuando es tiempo de dormir. Pequeñas acciones realizadas invariablemente, día con día, antes de irse a la cama acostumbrarán al cuerpo a prepararse para el sueño. Leer un libro unos minutos, ocupar un breve tiempo en el aseo personal, estirarse, meditar, etc., son actividades que se pueden efectuar rutinariamente antes de tratar de dormir.
3. Usar la cama solo para el sueño y el amor
No es aconsejable trabajar, mirar la televisión o utilizar la computadora en la cama. Si se asocia a la cama solo con la acción de dormir, es muy posible que se logre conciliar el sueño apenas tras haberse metido bajo las sábanas. Por supuesto, esto es más difícil de cumplir si se habita en un apartamento muy pequeño, sin otros espacios donde desarrollar las actividades mencionadas.
4. Controlar el estomago
Irse a la cama con hambre o habiendo comido mucho, por lo general altera considerablemente el sueño. No es buena idea acostarse para dormir tras haber cenado demasiado, ya que el proceso digestivo podría mantenernos despiertos más tiempo del normal. Por el contrario, si el hambre no nos permite descansar, es conveniente tomar un vaso con leche, la cual incluye triptófano, aminoácido que produce la sensación de sueño.
5. Usar calcetines
Por supuesto, podría no ser muy sexy, pero dormir con calcetines es un medio efectivo para conciliar el sueño sin problemas. Estudios recientes demostraron que las personas cuyas manos y pies se mantuvieron con una temperatura cálida en la cama, lograron conciliar el sueño en un tiempo menor que quienes no procuraron este detalle. Al mantenerse calientes los pies, el flujo sanguíneo se concentra en esa parte del cuerpo y con ello se reduce la temperatura corporal en general. Esto último es un requisito para lograr dormir.
6. Limitar la cafeína
Consumir demasiada cafeína deriva en experimentar sobresaltos al dormir. Tras rebasar los cincuenta años de edad, el metabolismo se vuelve más lento y por ello la cafeína se mantiene más tiempo en el organismo. Se han tenido registros de que la cafeína permanece en el cuerpo humano hasta diez horas después de haberse consumido.
Lo más aconsejable es tomar solo dos tazas de café o té o bebidas de cola, y al menos seis horas antes de acostarse para dormir. Si aún con ello se tienen problemas de sueño, entonces lo mejor será dejar la cafeína definitivamente.
7. Hacer ejercicio
Parece algo obvio, pero no siempre se considera esta circunstancia: si estamos cansados al acostarnos por haber desarrollado una intensa actividad física, se conciliará el sueño más pronto y se dormirá más profundamente. Desarrollar actividades físicas al aire libre es en especial provechoso para tener un descanso pleno. Por lo cual, ejercitarse tres horas antes de ir a dormir nos garantizará un periodo de sueño reparador y placentero.
Via familias.com
Aunque busquemos parecer súper hombres o súper mujeres, y no dormir por trabajar, es claro que para tener salud necesitamos dormir bien. La clave está en utilizar sencillas estrategias para dormir de manera más plena sin tener que consumir fármacos que a la larga alteran el organismo nocivamente. Son medidas que precisan cambiar los hábitos que se tienen para dormir, sin embargo, el esfuerzo será muy satisfactorio.
1. La recámara como refugio
Para conciliar el sueño sin problemas y dormir sin sobresaltos continuos, la recámara debe mantenerse oscura y sin ruido. La falta de luz propicia que la glándula pineal produzca melatonina, hormona que genera la sensación de sueño. Además, las temperaturas frescas ayudan a dormir mejor.
2. Desarrollar hábitos
Adoptar rutinas nocturnas es recomendable para que el cuerpo perciba cuando es tiempo de dormir. Pequeñas acciones realizadas invariablemente, día con día, antes de irse a la cama acostumbrarán al cuerpo a prepararse para el sueño. Leer un libro unos minutos, ocupar un breve tiempo en el aseo personal, estirarse, meditar, etc., son actividades que se pueden efectuar rutinariamente antes de tratar de dormir.
3. Usar la cama solo para el sueño y el amor
No es aconsejable trabajar, mirar la televisión o utilizar la computadora en la cama. Si se asocia a la cama solo con la acción de dormir, es muy posible que se logre conciliar el sueño apenas tras haberse metido bajo las sábanas. Por supuesto, esto es más difícil de cumplir si se habita en un apartamento muy pequeño, sin otros espacios donde desarrollar las actividades mencionadas.
4. Controlar el estomago
Irse a la cama con hambre o habiendo comido mucho, por lo general altera considerablemente el sueño. No es buena idea acostarse para dormir tras haber cenado demasiado, ya que el proceso digestivo podría mantenernos despiertos más tiempo del normal. Por el contrario, si el hambre no nos permite descansar, es conveniente tomar un vaso con leche, la cual incluye triptófano, aminoácido que produce la sensación de sueño.
5. Usar calcetines
Por supuesto, podría no ser muy sexy, pero dormir con calcetines es un medio efectivo para conciliar el sueño sin problemas. Estudios recientes demostraron que las personas cuyas manos y pies se mantuvieron con una temperatura cálida en la cama, lograron conciliar el sueño en un tiempo menor que quienes no procuraron este detalle. Al mantenerse calientes los pies, el flujo sanguíneo se concentra en esa parte del cuerpo y con ello se reduce la temperatura corporal en general. Esto último es un requisito para lograr dormir.
6. Limitar la cafeína
Consumir demasiada cafeína deriva en experimentar sobresaltos al dormir. Tras rebasar los cincuenta años de edad, el metabolismo se vuelve más lento y por ello la cafeína se mantiene más tiempo en el organismo. Se han tenido registros de que la cafeína permanece en el cuerpo humano hasta diez horas después de haberse consumido.
Lo más aconsejable es tomar solo dos tazas de café o té o bebidas de cola, y al menos seis horas antes de acostarse para dormir. Si aún con ello se tienen problemas de sueño, entonces lo mejor será dejar la cafeína definitivamente.
7. Hacer ejercicio
Parece algo obvio, pero no siempre se considera esta circunstancia: si estamos cansados al acostarnos por haber desarrollado una intensa actividad física, se conciliará el sueño más pronto y se dormirá más profundamente. Desarrollar actividades físicas al aire libre es en especial provechoso para tener un descanso pleno. Por lo cual, ejercitarse tres horas antes de ir a dormir nos garantizará un periodo de sueño reparador y placentero.
Via familias.com
De costado y hacia la izquierda, la mejor posición para dormir
Un estudio detectó que mejora la digestión. Para la medicina alternativa, también tiene beneficios hepáticos y coronarios.
La ciencia del sueño es una disciplina cada vez más extendida en todo el mundo. Pero los beneficios del buen dormir no están relacionados únicamente con la importancia de un buen descanso. Hay cada vez más evidencia de cómo afecta a la salud y cuáles son las posiciones más favorables.
Por ejemplo, hay un creciente consenso respecto de que es mejor dormir acostado hacia el lado izquierdo. Un estudio asegura que mejora la digestión y reduce el reflujo gástrico.
Las medicinas alternativas, como la ayurvédica, también encontraron beneficios no sólo para el sistema digestivo, sino también por la función hepática y coronaria.
“Dormir sobre el lado izquierdo reduce el posible reflujo gástrico hacia el esófago. Ello hace recomendable tal posición”, explica el doctor Daniel Cardinali. Eso fue comprobado a fines del año pasado en un estudio, publicado por 4 gastroenterólogos estadounidenses. Se hizo con 20 voluntarios, que durmieron alternativamente durante 6 horas en cuatro posiciones diferentes: sobre el costado izquierdo, sobre el costado derecho, boca arriba y boca abajo. Con una alimentación estandarizada, los estudios arrojaron una clara diferencia en los episodios de reflujo gástrico y en la cantidad de ácido, siempre en favor “del lado izquierdo”.
“Permite una mejor circulación y drenaje del cuerpo humano. Todo el sistema digestivo y coronario está sobre ese lado y recostarse implica una mejor circulación general. No hay un esfuerzo extra para el cuerpo humano”, explica John Doulliard, investigador del sueño. “El bazo es parte del sistema linfático y también está del lado izquierdo del cuerpo. Su función es la de un gran nódulo linfático que filtra la linfa y adicionalmente filtra la sangre. Al recostarse del lado izquierdo, el regreso de los fluidos hacia el bazo es más sencillo y se produce con mayor facilidad por la gravedad. El sistema linfático drena todas las células del cuerpo por medio de contracciones y movimiento muscular y no por el bombeo cardíaco”, explica.
En el portal Huffington Post, la periodista y psicóloga Janet Kinosian ratifica también que la posición de costado es la mejor para dormir. Pero también detalló que los que duermen boca abajo, con los brazos extendidos y doblados, tienden a tener fuertes tendencias compulsivas, sueles ser testarudas y persistentes, y orientadas hacia los objetivos. Dormir de espalda, con los brazos a los lados, es una posición que implica apertura y expansión a las nuevas ideas. Estas personas suelen mostrar confianza en sí mismas. Los emprendedores y empresarios que dedican mucho tiempo a su trabajo suelen dormir en esta posición. Arianna Huffington, creadora del sitio, es una de las más firmes impulsoras de un buen descanso. Se considera una “evangelista del sueño”.
Doulliard admite que no hay protocolos científicos al respecto, pero también plantea que la sabiduría ancestral de la medicina ayurvédica, la india, la tibetana y la tailandesa apoyan esta teoría. “Entender la sabiduría ancestral basándose en los conocimientos de la anatomía moderna esclarece muchas dudas de las razones que se tienen en oriente para dormir de cierta manera”.
La felicidad, según el lado de la cama
Según un estudio publicado por el Huffington Post, dormir en el lado izquierdo de la cama “nos hace más felices”. El sondeo fue realizado en el Reino Unido por un fabricante de colchones, a partir de una encuesta con más de mil usuarios.
El estudio reveló que las personas que solía dormir en el lado izquierdo de la cama eran 8% más propensos a tener amigos y le gusta su trabajo, el 4% más propensos a despertar en un buen estado de ánimo y el 9,5% más propensos a tener una visión más positiva de la vida.
Por el contrario, los que dormían en el lado derecho de la cama eran 9% más proclives a preferir su propia compañía, el 7% más de probabilidades de levantarse de mal humor, un 5% más probabilidades de ser pesimista y 3% más de probabilidades que no les gusta su trabajo.
El estudio también aporta otros datos curiosos sobre las costumbre nocturnas de la gente. Uno de cada diez duerme con sus mascotas. Y el 36% de los británicos lo hace solo, pero muchos de esos casos se dan por el ronquido de sus parejas.
Via clarin.com
Nueve trucos para dormir mejor en las duras noches de verano
domingo, 17 de julio de 2016
Ni complicados ejercicios de relajación ni audios que acompañen tu inconsciente hacia la fase REM: darte un paseo, ponerte calcetines o disfrutar de un orgasmo pueden ayudar mucho más.
Mantenerse despierto entre las sábanas durante horas esperado que nos entre el sueño puede ser la viva imagen de la peor de nuestras pesadillas.
Olvídate de contar ovejitas o -peor de darle a la pastillita relajante para conseguir dormirte: aquí tienes unos trucos naturales, saludables y gratuitos para poder dormir a pierna suelta. Y, amigos, también funcionan si hace un calor atroz
Abre los ojos
Suena muy contradictorio, nos consta, pero el hecho es que meterte en la cama y empezar a dar vueltas sufriendo porque no eres capaz de conciliar el sueño es contraproducente e, incluso, te hace enfurecer. ¿Crees que ‘engorilado’ e histérico acabarás durmiéndote por agotamiento? No.
Si tu cuerpo te pide estar un rato pensando, leyendo o viendo una serie o película es mejor que le hagas caso. Mantén los ojos abiertos hasta que verdaderamente vayas a dormirte: no tener que esforzarte para conciliar el sueño puede ser la clave para que este llegue.
Redacción: ¿qué me está pasando?
Si ya son muchas las noches en las que no consigues dormirte o en las que te despiertas de forma regular puede ser que algo te inquiete. Y puede ser que ese algo vaya a ocurrir próximamente, así que organízate.
Quizás estés agobiado por la cantidad de cosas que no has hecho hoy, que tendrás que hacer mañana o que te impiden poder recrearte en aquello que tanto querías dentro de tres días. Coge lápiz y papel y apunta todos esos quehaceres que te atormentan durante las horas de sueño, se quedarán en el folio y no te los llevarás a la cama.
Despeja los pulmones
Especialmente si eres fumador, habrás notado que la falta de oxígeno y la poca capacidad respiratoria te hace quedarte tumbado en la cama boca arriba sin ser capaz de pegar ojo. Es más, la dependencia de la nicotina puede jugarte una mala pasada por las noches porque el cuerpo te pide más y más.
Deja de fumar o, por lo menos, procura mantener libres de humos tus pulmones antes de acostarte, porque una respiración fluida y sin trabas es fundamental para dormir del tirón.
Ponte calcetines (y guantes)
Como se suele decir, manos frías, corazón caliente... pero nadie dijo nada de sueños plácidos. Mantener las manos y los pies calientes hace que los vasos sanguíneos se ensanchen de tal manera que se reduce la temperatura corporal de todo el cuerpo -eso sí, sin pasar frío en áreas concretas ni un calor atroz en otras-.
Así, cubriendo manos y pies, puedes mantenerte en el estado correcto para dormir a pierna suelta.
Mejor dormir solo
En las películas parece muy bonito eso de dormir acarameladamente pegado a tu pareja durante toda la noche. Claro que, en la vida real y con temperaturas que no bajan de los 25 grados cuando cae el sol, se traduce en un charco de sudor compartido y algún que otro golpe derivado de los movimientos inconscientes de quien te acompaña (o de ti mismo, que también puede ser).
Aunque sea algo antiromántico, los expertos aseguran que las personas que duermen solas tienen un sueño mucho más duradero y reparador que quienes se pasan la noche despertándose porque sienten que la otra persona se mueve. Vale, os queréis mucho, pero también está la opción poco aceptada de poner dos camitas separadas. Si el insomnio te está matando, pruébalo.
Sal a la calle
Ojo, nadie dice que te vayas de fiesta, pero si eres de sueño complicado salir a que te dé el aire te ayudará a coger carrerilla para irte al país de los sueños (qué bonito suena, ¿verdad?).
Procura darte el paseo justo después de cenar para activar ligeramente el metabolismo y el proceso digestivo y reducir así los brotes de 'sueños interruptus' que te están volviendo loco.
Tómate un vasito de leche calentita
Ya, hace un calor terrorífico y no estás como para irte a la cama después de haberte calzado una infusión ardiente. Pero un vasito de leche templada te aportará una dosis de triptófano ideal para conciliar el sueño.
¿Qué para qué sirve? Este aminoácido es el responsable de generar serotonina, también conocida como ‘la hormona del sueño’, que te producirá una sensación de bienestar y relajación natural ideales para que caigas como un tronco.
Respeta los horarios de sueño
Deja de pensar que lo que no duermas hoy lo recuperarás el fin de semana porque eso es mentira. Y no porque no lo vayas a hacer –te creemos y sabemos que el sábado no amanecerás hasta las mil– sino porque realmente no sirve para nada.
La única manera de reponerte, descansar adecuadamente y no estar hecho polvo cada día es mantener unas rutinas de sueño regulares. Es más, lo de un día dormir en exceso y otro quedarte corto puede hacerte sentir más cansado de lo normal, incluso en el que te pasas de horas.
Ten un orgasmo
La mejor manera de disfrutar de una relajante y duradera noche de sueño es practicando sexo antes de dormir. Liberamos toxinas, nos desestresamos, hacemos algo de deporte y nos quedamos tan exhaustos que no queda otra que dormirnos. No lo dudes: optar por la masturbación también servirá (algo es algo)
Via cienciaxplora.com/
Mantenerse despierto entre las sábanas durante horas esperado que nos entre el sueño puede ser la viva imagen de la peor de nuestras pesadillas.
Olvídate de contar ovejitas o -peor de darle a la pastillita relajante para conseguir dormirte: aquí tienes unos trucos naturales, saludables y gratuitos para poder dormir a pierna suelta. Y, amigos, también funcionan si hace un calor atroz
Abre los ojos
Suena muy contradictorio, nos consta, pero el hecho es que meterte en la cama y empezar a dar vueltas sufriendo porque no eres capaz de conciliar el sueño es contraproducente e, incluso, te hace enfurecer. ¿Crees que ‘engorilado’ e histérico acabarás durmiéndote por agotamiento? No.
Si tu cuerpo te pide estar un rato pensando, leyendo o viendo una serie o película es mejor que le hagas caso. Mantén los ojos abiertos hasta que verdaderamente vayas a dormirte: no tener que esforzarte para conciliar el sueño puede ser la clave para que este llegue.
Redacción: ¿qué me está pasando?
Si ya son muchas las noches en las que no consigues dormirte o en las que te despiertas de forma regular puede ser que algo te inquiete. Y puede ser que ese algo vaya a ocurrir próximamente, así que organízate.
Quizás estés agobiado por la cantidad de cosas que no has hecho hoy, que tendrás que hacer mañana o que te impiden poder recrearte en aquello que tanto querías dentro de tres días. Coge lápiz y papel y apunta todos esos quehaceres que te atormentan durante las horas de sueño, se quedarán en el folio y no te los llevarás a la cama.
Despeja los pulmones
Especialmente si eres fumador, habrás notado que la falta de oxígeno y la poca capacidad respiratoria te hace quedarte tumbado en la cama boca arriba sin ser capaz de pegar ojo. Es más, la dependencia de la nicotina puede jugarte una mala pasada por las noches porque el cuerpo te pide más y más.
Deja de fumar o, por lo menos, procura mantener libres de humos tus pulmones antes de acostarte, porque una respiración fluida y sin trabas es fundamental para dormir del tirón.
Ponte calcetines (y guantes)
Como se suele decir, manos frías, corazón caliente... pero nadie dijo nada de sueños plácidos. Mantener las manos y los pies calientes hace que los vasos sanguíneos se ensanchen de tal manera que se reduce la temperatura corporal de todo el cuerpo -eso sí, sin pasar frío en áreas concretas ni un calor atroz en otras-.
Así, cubriendo manos y pies, puedes mantenerte en el estado correcto para dormir a pierna suelta.
Mejor dormir solo
En las películas parece muy bonito eso de dormir acarameladamente pegado a tu pareja durante toda la noche. Claro que, en la vida real y con temperaturas que no bajan de los 25 grados cuando cae el sol, se traduce en un charco de sudor compartido y algún que otro golpe derivado de los movimientos inconscientes de quien te acompaña (o de ti mismo, que también puede ser).
Aunque sea algo antiromántico, los expertos aseguran que las personas que duermen solas tienen un sueño mucho más duradero y reparador que quienes se pasan la noche despertándose porque sienten que la otra persona se mueve. Vale, os queréis mucho, pero también está la opción poco aceptada de poner dos camitas separadas. Si el insomnio te está matando, pruébalo.
Sal a la calle
Ojo, nadie dice que te vayas de fiesta, pero si eres de sueño complicado salir a que te dé el aire te ayudará a coger carrerilla para irte al país de los sueños (qué bonito suena, ¿verdad?).
Procura darte el paseo justo después de cenar para activar ligeramente el metabolismo y el proceso digestivo y reducir así los brotes de 'sueños interruptus' que te están volviendo loco.
Tómate un vasito de leche calentita
Ya, hace un calor terrorífico y no estás como para irte a la cama después de haberte calzado una infusión ardiente. Pero un vasito de leche templada te aportará una dosis de triptófano ideal para conciliar el sueño.
¿Qué para qué sirve? Este aminoácido es el responsable de generar serotonina, también conocida como ‘la hormona del sueño’, que te producirá una sensación de bienestar y relajación natural ideales para que caigas como un tronco.
Respeta los horarios de sueño
Deja de pensar que lo que no duermas hoy lo recuperarás el fin de semana porque eso es mentira. Y no porque no lo vayas a hacer –te creemos y sabemos que el sábado no amanecerás hasta las mil– sino porque realmente no sirve para nada.
La única manera de reponerte, descansar adecuadamente y no estar hecho polvo cada día es mantener unas rutinas de sueño regulares. Es más, lo de un día dormir en exceso y otro quedarte corto puede hacerte sentir más cansado de lo normal, incluso en el que te pasas de horas.
Ten un orgasmo
La mejor manera de disfrutar de una relajante y duradera noche de sueño es practicando sexo antes de dormir. Liberamos toxinas, nos desestresamos, hacemos algo de deporte y nos quedamos tan exhaustos que no queda otra que dormirnos. No lo dudes: optar por la masturbación también servirá (algo es algo)
Via cienciaxplora.com/
Cómo conseguir dormir solo 6 horas al día y estar siempre descansado
A pesar de que los expertos suelen recomendar ocho horas, un nuevo método propuesto por el profesor Jim Horne propone reducirlo y así mejorar la calidad del descanso.
La mayoría de adultos considera que no duerme lo suficiente al día. El estrés, el trabajo o las obligaciones familiares son algunos de los factores que nos quitan tiempo de sueño a diario, provocando nuestra falta de descanso y de rendimiento al día siguiente para regocijo de la industria cafetera, que suministra nuestra dosis diaria para funcionar durante la jornada.
Sin embargo, tal y como afirma el Instituto Nacional de Salud, pasamos de media un tercio de nuestra vida durmiendo; unos 25 años, aproximadamente.
Las recomendaciones tradicionales hablan de un período de sueño de siete u ocho horas. Sin embargo hay quienes proponen que solo seis horas son suficientes, como el profesor Jim Horne, neurocientífico del sueño de la Universidad de Loughborough.
Tal y como publica 'Men's Heatlh', Horne afirma que es posible dormir seis horas y estar a pleno rendimiento, si incidimos en la calidad del sueño. En lugar de tratar de dormir ocho horas de cualquier manera, se trata de centrar nuestros esfuerzos en conseguir un buen sueño, que con solo seis horas satisfaría nuestras necesidades biológicas de descanso.
El neurocientífico advierte: hay muchos factores que determinan qué cantidad de sueño necesitamos, y la genética juega un papel fundamental a la hora de encontrar nuestro tiempo de descanso ideal o cuántas horas podemos reducir la jornada de sueño.
Para lograr el merecido descanso de seis horas y que nuestro cuerpo no note cansancio, es necesario realizar una transición gradual que permita ir recortando horas sin que el cansancio se apodere de nosotros al día siguiente y nos impida realizar correctamente nuestra actividad diaria.
Lo que propone Jim Horne es una especie de entrenamiento con el que en pocas semanas se puede adquirir una rutina de sueño de seis horas, sin que notemos cansancio o falta de sueño por el día.
Levantarse todos los días a la misma hora
No importa qué día de la semana sea o qué obligaciones tengamos, incluso los fines de semana es conveniente que nos levantemos a la misma hora, un factor que será clave a la hora de acostumbrar a nuestro cuerpo y conseguir siempre las mismas horas de descanso.
Semana 1: Irse a la cama 20 minutos más tarde
Con este tiempo, relativamente corto, no forzaremos a nuestro organismo a reducir las horas de sueño drásticamente y pronto nos acostumbraremos al nuevo horario.
Semana 2: Ampliar el rango a 40 minutos
Respecto a la hora inicial. Una vez nuestro cuerpo se vaya acostumbrando al nuevo horario de sueño, irá también tendiendo a aprovechar más esas horas.
Continuar hasta alcanzar las 6 horas deseadas
Siempre recortando en intervalos de 20 minutos. Una vez se hayan alcanzado, con algunas medidas de higiene del sueño conseguiremos mejorar la calidad del tiempo que invertimos en descanso y no necesitaremos más.
Patrones de sueño alternativos
Además, afirma Horne, sería posible en una situación excepcional, “dormir durante cuatro horas por la noche y echarse un par de siestas a lo largo del día, pero solo en caso de emergencia”. Este procedimiento se acercaría más al llamado sueño polifásico.
Este sueño polifásico, del que ya hemos tratado anteriormente en El Confidencial, es un patrón de sueño alternativo al que generalmente se practica actualmente. En lugar de consumir todas nuestras horas de una sola vez, como lo hacemos en la actualidad (patrón monofásico del sueño), el sueño polifásico se basa en intercalar períodos mucho más pequeños con otros de vigilia, a lo largo de toda la jornada.
El modelo más conocido se conoce como 'everyman', y consiste en dormir tres horas seguidas y echar tres siestas de 20 minutos a lo largo del día. Otro método, llamado 'uberman' apuesta por intervalos de siestas de 20 minutos cada cuatro horas, con lo que se dormiría un total de dos horas cada día. En este último caso aumentaríamos el tiempo que pasamos en vigilia en 20 años respecto a las 8 horas de sueño monofásico.
Sin embargo, estas modalidades de sueño plantean sus complicaciones, ya que se requieren unas pautas y unos tiempos muy precisos y, por tanto, seguir una disciplina de hábitos que no es compatible con todas las personas, además de los problemas que puede plantear esa rutina de horarios en cuanto a una posible conciliación laboral o social.
Medidas de higiene del sueño
Sea cual sea el tipo de descanso que utilicemos, hay medidas que conviene aplicar para mejorar la calidad de nuestro descanso. La Unidad del sueño Vistahermosa, en Alicante y el doctor especialista en trastornos del sueño A. Ferré aconsejan adquirir los siguientes hábitos:
1. No utilizar dispositivos electrónicos la hora antes de acostarse
2. Eliminar el consumo de sustancias que afectan al sueño
El alcohol y la cafeína son dos de las más comunes. Si no podemos eliminarlas, disminuir su consumo puede ser una buena forma de reportar beneficios a nuestro descanso. También es recomendable eliminar o disminuir el consumo de tabaco.
3. Controlar la ingesta
Por todos es sabido que no es conveniente irse a la cama con el estómago lleno, o beber demasiada agua antes de acostarse, pero tampoco lo es irse con hambre o sed, ya que aumentará tu sensación de inquietud en la cama.
4. Hacer ejercicio
El ejercicio físico practicado de forma regular nos ayudará a estar más relajados cuando nos vayamos a la cama, pero no se debe realizar en las tres horas antes de acostarnos, ya que nos activará y hará que nos durmamos más tarde.
5. La cama debe ser cómoda
Tanto el colchón como la almohada son fundamentales para nuestro descanso, si son demasiado viejos, o no estamos completamente cómodos con ellos, es hora de plantearse un cambio.
6. Construye un buen ambiente
Procura una buena temperatura y trata de que haya la menor cantidad de ruido posible y una vez te hayas acostado ¡No mires el reloj!
7. No te esfuerces en dormir
Eso solo te inquietará más, impidiendo que concilies el sueño.
Via elconfidencial.com
La mayoría de adultos considera que no duerme lo suficiente al día. El estrés, el trabajo o las obligaciones familiares son algunos de los factores que nos quitan tiempo de sueño a diario, provocando nuestra falta de descanso y de rendimiento al día siguiente para regocijo de la industria cafetera, que suministra nuestra dosis diaria para funcionar durante la jornada.
Sin embargo, tal y como afirma el Instituto Nacional de Salud, pasamos de media un tercio de nuestra vida durmiendo; unos 25 años, aproximadamente.
Las recomendaciones tradicionales hablan de un período de sueño de siete u ocho horas. Sin embargo hay quienes proponen que solo seis horas son suficientes, como el profesor Jim Horne, neurocientífico del sueño de la Universidad de Loughborough.
Tal y como publica 'Men's Heatlh', Horne afirma que es posible dormir seis horas y estar a pleno rendimiento, si incidimos en la calidad del sueño. En lugar de tratar de dormir ocho horas de cualquier manera, se trata de centrar nuestros esfuerzos en conseguir un buen sueño, que con solo seis horas satisfaría nuestras necesidades biológicas de descanso.
El neurocientífico advierte: hay muchos factores que determinan qué cantidad de sueño necesitamos, y la genética juega un papel fundamental a la hora de encontrar nuestro tiempo de descanso ideal o cuántas horas podemos reducir la jornada de sueño.
Para lograr el merecido descanso de seis horas y que nuestro cuerpo no note cansancio, es necesario realizar una transición gradual que permita ir recortando horas sin que el cansancio se apodere de nosotros al día siguiente y nos impida realizar correctamente nuestra actividad diaria.
Lo que propone Jim Horne es una especie de entrenamiento con el que en pocas semanas se puede adquirir una rutina de sueño de seis horas, sin que notemos cansancio o falta de sueño por el día.
Levantarse todos los días a la misma hora
No importa qué día de la semana sea o qué obligaciones tengamos, incluso los fines de semana es conveniente que nos levantemos a la misma hora, un factor que será clave a la hora de acostumbrar a nuestro cuerpo y conseguir siempre las mismas horas de descanso.
Semana 1: Irse a la cama 20 minutos más tarde
Con este tiempo, relativamente corto, no forzaremos a nuestro organismo a reducir las horas de sueño drásticamente y pronto nos acostumbraremos al nuevo horario.
Semana 2: Ampliar el rango a 40 minutos
Respecto a la hora inicial. Una vez nuestro cuerpo se vaya acostumbrando al nuevo horario de sueño, irá también tendiendo a aprovechar más esas horas.
Continuar hasta alcanzar las 6 horas deseadas
Siempre recortando en intervalos de 20 minutos. Una vez se hayan alcanzado, con algunas medidas de higiene del sueño conseguiremos mejorar la calidad del tiempo que invertimos en descanso y no necesitaremos más.
Patrones de sueño alternativos
Además, afirma Horne, sería posible en una situación excepcional, “dormir durante cuatro horas por la noche y echarse un par de siestas a lo largo del día, pero solo en caso de emergencia”. Este procedimiento se acercaría más al llamado sueño polifásico.
Este sueño polifásico, del que ya hemos tratado anteriormente en El Confidencial, es un patrón de sueño alternativo al que generalmente se practica actualmente. En lugar de consumir todas nuestras horas de una sola vez, como lo hacemos en la actualidad (patrón monofásico del sueño), el sueño polifásico se basa en intercalar períodos mucho más pequeños con otros de vigilia, a lo largo de toda la jornada.
El modelo más conocido se conoce como 'everyman', y consiste en dormir tres horas seguidas y echar tres siestas de 20 minutos a lo largo del día. Otro método, llamado 'uberman' apuesta por intervalos de siestas de 20 minutos cada cuatro horas, con lo que se dormiría un total de dos horas cada día. En este último caso aumentaríamos el tiempo que pasamos en vigilia en 20 años respecto a las 8 horas de sueño monofásico.
Sin embargo, estas modalidades de sueño plantean sus complicaciones, ya que se requieren unas pautas y unos tiempos muy precisos y, por tanto, seguir una disciplina de hábitos que no es compatible con todas las personas, además de los problemas que puede plantear esa rutina de horarios en cuanto a una posible conciliación laboral o social.
Medidas de higiene del sueño
Sea cual sea el tipo de descanso que utilicemos, hay medidas que conviene aplicar para mejorar la calidad de nuestro descanso. La Unidad del sueño Vistahermosa, en Alicante y el doctor especialista en trastornos del sueño A. Ferré aconsejan adquirir los siguientes hábitos:
1. No utilizar dispositivos electrónicos la hora antes de acostarse
2. Eliminar el consumo de sustancias que afectan al sueño
El alcohol y la cafeína son dos de las más comunes. Si no podemos eliminarlas, disminuir su consumo puede ser una buena forma de reportar beneficios a nuestro descanso. También es recomendable eliminar o disminuir el consumo de tabaco.
3. Controlar la ingesta
Por todos es sabido que no es conveniente irse a la cama con el estómago lleno, o beber demasiada agua antes de acostarse, pero tampoco lo es irse con hambre o sed, ya que aumentará tu sensación de inquietud en la cama.
4. Hacer ejercicio
El ejercicio físico practicado de forma regular nos ayudará a estar más relajados cuando nos vayamos a la cama, pero no se debe realizar en las tres horas antes de acostarnos, ya que nos activará y hará que nos durmamos más tarde.
5. La cama debe ser cómoda
Tanto el colchón como la almohada son fundamentales para nuestro descanso, si son demasiado viejos, o no estamos completamente cómodos con ellos, es hora de plantearse un cambio.
6. Construye un buen ambiente
Procura una buena temperatura y trata de que haya la menor cantidad de ruido posible y una vez te hayas acostado ¡No mires el reloj!
7. No te esfuerces en dormir
Eso solo te inquietará más, impidiendo que concilies el sueño.
Via elconfidencial.com
Dormir poco favorece la aparición de cánceres, ictus y fallos cardiacos
jueves, 14 de julio de 2016
Con la edad, las personas tienden a recordar mejor sus sueños nocturnos, lo que revela que cada vez descansan peor
El descanso nocturno es una fuente de salud. No sólo nos permite estar más despiertos durante el día, sino que además supone una potente protección frente a las enfermedades que más vidas se cobran, especialmente contra los infartos de corazón, ictus y cánceres en general.
Varios trabajos firmados por el Grupo Español del Sueño han demostrado en los últimos años que los pacientes con apneas del sueño tienen una incidencia y mortalidad por cáncer superior a la del resto de la población.
La diferencia oscila entre el 5% y el 10%, según explicó a EL CORREO uno de sus más destacados miembros, el especialista vasco Joaquín Durán, responsable de la Unidad de Trastornos del Sueño del hospital de Txagorritxu, que participa el viernes en un curso de verano de la UPV sobre medicina del sueño.
La apnea es un trastorno que se manifiesta por interrupciones de la respiración durante el sueño. Generalmente, ocurren entre 20 y 30 veces a lo largo de la noche y se reconocen porque cuando la situación se normaliza se produce un ronquido o un sonido similar al que produciría un atragantamiento. El problema de salud se desencadena cuando ese episodio se repite no 20 o 30 veces, sino 200 o 300 en una noche. Con cada apnea se produce una caída de la oxigenación en la sangre, que desata en el organismo mecanismos que favorecen el desarrollo de tumores. «La calidad del sueño es un elemento protector del cáncer», sentencia el especialista, profesor de la Facultad de Medicina de la UPV.
Infartos de miocardio y cerebrales se producen de forma muy similar. Al dejar de respirar, detalla el experto, las células dejan de oxigenarse. Esa falta de oxígeno alerta al cerebro, que ordena el despertar de la persona que duerme para evitar que muera asfixiada, que es algo que en realidad puede ocurrir. Al desvelarse, el sujeto se hiperventila y el oxígeno entra de nuevo de golpe en la sangre. Este fenómeno de falta de aire y sobreoxigenación se repite con cada apnea y favorece un proceso de envejecimiento celular conocido como estrés oxidativo, que favorece la generación de placas de grasa (ateroma) que bloquean las arterias. Es el origen del infarto.
El curso, en el paraninfo de la UPV en Abandoibarra, abordará múltiples curiosidades relacionadas con el sueño. Por ejemplo, los sueños nocturnos se recuerdan mejor cuanto mayor se es. Esto es así porque el recuerdo está ligado al despertar que se produce en el momento del sueño. En consecuencia, cuanto mejor se recuerdan los sueños, peor se está durmiendo.
Para un mejor descanso en verano
Si estos días duerme usted peor, no se preocupe. Es normal que le pase, se descansa peor en verano, según destaca el especialista Joaquín Durán. La temperatura ideal para que el cuerpo se recupere oscila entre los 18 y 20 grados. Las casas en invierno suelen estar preparadas para no bajar de esa graduación, pero durante el estío el termómetro se dispara. «El problema no es el verano, sino la temperatura», destaca. Si quiere conciliar mejor el sueño, refresque la habitación antes de acostarse. Cene ligero, evite el alcohol y tómese un vaso de leche caliente antes de ir a dormir. Lo decían las abuelas y funciona.
Via elcorreo.com
El descanso nocturno es una fuente de salud. No sólo nos permite estar más despiertos durante el día, sino que además supone una potente protección frente a las enfermedades que más vidas se cobran, especialmente contra los infartos de corazón, ictus y cánceres en general.
Varios trabajos firmados por el Grupo Español del Sueño han demostrado en los últimos años que los pacientes con apneas del sueño tienen una incidencia y mortalidad por cáncer superior a la del resto de la población.
La diferencia oscila entre el 5% y el 10%, según explicó a EL CORREO uno de sus más destacados miembros, el especialista vasco Joaquín Durán, responsable de la Unidad de Trastornos del Sueño del hospital de Txagorritxu, que participa el viernes en un curso de verano de la UPV sobre medicina del sueño.
La apnea es un trastorno que se manifiesta por interrupciones de la respiración durante el sueño. Generalmente, ocurren entre 20 y 30 veces a lo largo de la noche y se reconocen porque cuando la situación se normaliza se produce un ronquido o un sonido similar al que produciría un atragantamiento. El problema de salud se desencadena cuando ese episodio se repite no 20 o 30 veces, sino 200 o 300 en una noche. Con cada apnea se produce una caída de la oxigenación en la sangre, que desata en el organismo mecanismos que favorecen el desarrollo de tumores. «La calidad del sueño es un elemento protector del cáncer», sentencia el especialista, profesor de la Facultad de Medicina de la UPV.
Infartos de miocardio y cerebrales se producen de forma muy similar. Al dejar de respirar, detalla el experto, las células dejan de oxigenarse. Esa falta de oxígeno alerta al cerebro, que ordena el despertar de la persona que duerme para evitar que muera asfixiada, que es algo que en realidad puede ocurrir. Al desvelarse, el sujeto se hiperventila y el oxígeno entra de nuevo de golpe en la sangre. Este fenómeno de falta de aire y sobreoxigenación se repite con cada apnea y favorece un proceso de envejecimiento celular conocido como estrés oxidativo, que favorece la generación de placas de grasa (ateroma) que bloquean las arterias. Es el origen del infarto.
El curso, en el paraninfo de la UPV en Abandoibarra, abordará múltiples curiosidades relacionadas con el sueño. Por ejemplo, los sueños nocturnos se recuerdan mejor cuanto mayor se es. Esto es así porque el recuerdo está ligado al despertar que se produce en el momento del sueño. En consecuencia, cuanto mejor se recuerdan los sueños, peor se está durmiendo.
Para un mejor descanso en verano
Si estos días duerme usted peor, no se preocupe. Es normal que le pase, se descansa peor en verano, según destaca el especialista Joaquín Durán. La temperatura ideal para que el cuerpo se recupere oscila entre los 18 y 20 grados. Las casas en invierno suelen estar preparadas para no bajar de esa graduación, pero durante el estío el termómetro se dispara. «El problema no es el verano, sino la temperatura», destaca. Si quiere conciliar mejor el sueño, refresque la habitación antes de acostarse. Cene ligero, evite el alcohol y tómese un vaso de leche caliente antes de ir a dormir. Lo decían las abuelas y funciona.
Via elcorreo.com
Cómo dormir cómodamente en una noche calurosa
martes, 12 de julio de 2016
Cuando hace calor afuera y no tienes aire acondicionado, puede ser difícil dormir. Afortunadamente, hay formas de refrescarte y permanecer fresco por el tiempo suficiente para quedarte dormido y tener una buena noche de sueño.
Método 1 de 2: Prepararte para ir a la cama
Deja de ejercitarte unas cuantas horas antes de la hora de dormir. Cuando te ejercitas, elevas tu temperatura corporal y retienes calor. Ejercitarte varias horas antes de ir a dormir le dará tiempo a tu cuerpo para que se enfríe.
También debes beber bastante agua a lo largo del día para mantenerte hidratado, y llevar un vaso de agua a tu velador por si lo necesitas.
Toma una ducha o un baño tibio. No tomes una ducha muy fría, ya que esto puede tener un efecto rebote. En realidad, tu temperatura corporal podría elevarse para contrarrestar el agua fría. Mejor toma una ducha medio fría o tibia.
También puedes mojar tus manos y pies en agua tibia. Tus manos y pies son tus “radiadores” o las áreas de tu cuerpo que tienden a calentarse. Enfriarlas mojándolas regulará tu temperatura corporal y te enfriará.
Encuentra un lugar para dormir fresco y oscuro que esté en un piso inferior o en un sótano. La temperatura aumenta, así que encuentra un lugar cerca al suelo, como el piso de tu habitación o que esté bajo en tu casa, como la planta baja o el sótano
Reemplaza las sábanas pesadas por unas ligeras. Quita los protectores de colchón o cubrecolchones gruesos que retienen calor y cualquier frazada o edredón pesado. Usa sábanas más ligeras como sábanas de algodón y sábanas tejidas con algodón liviano en tu cama.
Los tapetes de paja o bambú también son buenos para una noche de sueño fresca. No retienen el calor corporal y no te calentarán. Puedes crear un tapete de bambú en el piso para tu habitación para tener un lugar alternativo a tu cama regular.
Prueba las sábanas Feel Drier®, hechas de poliéster con nanotex, que absorben la humedad de tu cuerpo y la dispersan hacia afuera. Se secan más rápido y no absorben la humedad como las sábanas de algodón, por lo que evitarás despertarte en un charco de sudor. También puedes probar con la ropa de cama Feel Cooler®, hecho con materiales que regulan la temperatura y te enfrían al absorber el acceso de calor de tu cuerpo.
Coloca tus sábanas en el congelador. Coloca tus fundas de almohada, sábanas y frazadas en el congelador 30 minutos antes de que planees ir a dormir. Una vez que coloques tus sábanas en tu cama, deben estar lo suficientemente frescas por 30 a 40 minutos, el tiempo suficiente para quedarte dormido.
Evita que tus sábanas se mojen o dormir con sábanas o ropa mojadas. No sumerjas tus medias en agua fría y las uses para dormir ni uses una camiseta mojada para dormir. Llevar cualquier cosa mojada a la habitación o usar algo mojado solo atrapará humedad densa en tu habitación y causará incomodidad.
Abre tus ventanas. Una hora antes de la hora de dormir, abre las ventanas en la habitación para aumentar la circulación del aire y enfriar la habitación. Sin embargo, debes cerrar las ventanas antes de dormir para evitar calentar la habitación con aire durante la noche.
Mientras duermes tu temperatura corporal disminuye a su punto más bajo aproximadamente a las 3 a.m. A las 3 a.m., la temperatura afuera también es extremadamente baja. Si duermes con las ventanas abiertas, los músculos alrededor de tu cuello y cabeza pueden ponerse tensos involuntariamente debido a la caída súbita de temperatura y puedes despertarte.
Mantén tus ventanas cerradas y las persianas cerradas durante el día para evitar que la habitación se caliente.
Duerme en ropa de algodón. Aunque podrías estar tentado a desvestirte y estar desnudo para mantenerte frío, dormir desnudo puede hacerte sentir más calor y no permite que la humedad se evapore entre tu cuerpo y la superficie donde duermes. Opta por una pijama de algodón y evita las telas sintéticas como nailon o seda, ya que no son transpirables y te hacen sentir más calor.
Prueba otra ropa de cama. La ropa de cama DriNights está fabricada con el mismo tipo de material que la ropa para deportes. Si sudas en la noche, esta tela jala la humedad hacia afuera y la seca rapidamente, dejandote a ti y a tu ropa seca. Esto te dará una sensación de frescura y evitará que te despiertes con la ropa sudada y pegajosa.
Limpia tu cara, manos y pies con un trapo húmedo. Usa un trapo o una toalla húmeda cerca de tu cabecera para mojar tu cara o tus brazos a lo largo de la noche. Pero evita acostarte con la cara o los brazos mojados. Una vez que hayas limpiado tu cuerpo, sécate con una toalla seca antes de ir a dormir.
También puedes comprar toallas especiales que estén hechas de un material evaporador que retenga agua, pero se mantengan secas al tacto. Te enfriarán sin mojar tu piel.
Pasa tus muñecas o la parte interna de tus brazos bajo agua fría por 30 segundos. Estas áreas son por donde el flujo sanguíneo fluye más cerca de la superficie de tu cuerpo. Pasarlas bajo agua fría por un minuto enfriará tu sangre, haciendo que tu cuerpo esté más fresco.[11]
Método 2 de 2: Mantenerte fresco en la cama
Fomenta el flujo de aire con un ventilador. Mantén la puerta de la habitación abierta y posiciona el ventilador en una esquina de tal manera que mire hacia tu cama.
Evita apuntar el ventilador a tu cara, tu espalda o demasiado cerca de tu cuerpo. Apuntar el ventilador a tu cara puede causar que los músculos de tu cuello se pongan tensos y den como resultado alergias o enfermedades.
Haz una toalla helada. Antes del aire acondicionado, las personas suspendían bolsas de hielo, toallas heladas o compresas frías frente a los ventiladores para permanecer frescas.
Para hacer una toalla helada, cuelga una toalla mojada sosteniendo cubos de hielo en dos sillas. Apunta un ventilador a la toalla y a la pared o lejos de ti en la esquina de la habitación.
Coloca un contenedor bajo la toalla para atrapar el agua del hielo derretido.
Voltea tu almohada al lado fresco. Si te despiertas debido al calor durante la noche, voltea tu almohada hacia el otro lado. El otro lado estará más frío que el lado en el que estabas durmiendo, ya que no ha absorbido tu calor corporal durante la noche.
Coloca una compresa fría en tu cuello o frente. Puedes comprar compresas frías en la mayoría de los supermercados. Desliza una compresa fría bajo tu cuello, en tu frente o bajo tus brazos, cerca de tus axilas. Enfriar la parte trasera de tu cuello, tu frente y bajo tus brazos también ayuda a enfriar el resto de tu cuerpo.
También puedes hacer tu propia compresa fría en casa. Coloca tres a cuatro cucharadas de detergente en una bolsa hermética. Colócala en el congelador. El detergente no se endurecerá y mantendrá la temperatura fría por más tiempo que el hielo o las compresas frías azules. Una vez que estés listo para usarla, colócala en una funda de almohada o dóblala en una toalla y aplícala a tu cuello o brazos. Debido a que la bolsa no es sólida, es versátil y cómoda en la mayoría de las áreas de tu cuerpo.
También puedes hacer un calcetín con arroz. Colócalo en el congelador y déjalo ahí por lo menos durante 2 horas. Cuando vayas a dormir, lleva la bolsa contigo para usarla como una compresa fría. Trata de colocarla bajo tu almohada de tal manera que esté agradable y fresca cuando la voltees.
Rocía tu cara y cuello con una botella de aerosol. Si te despiertas durante la noche debido al calor, toma una botella de aerosol y llénala con agua fría. Rocía tu cara y cuello para enfriarte.[15]
Consejos
Las máscaras para dormir pueden ser útiles si deseas dormir más tiempo y si la luz nunca se apaga, incluso con las cortinas cerradas.
Utiliza tapones para los oídos si vives en una ciudad donde el tráfico sea pesado incluso en la noche. El ruido más el calor pueden hacer que sea difícil conciliar el sueño.
Antes de dormir, alimenta a tus mascotas con una comida rica en proteínas, para que no te despierten hambrientos durante la noche o muy temprano en la mañana.
Duerme sin edredón o plumón.
Cosas que necesitarás
Ventilador
Hielo
Compresa fría
Botella de aerosol
Via es.wikihow.com
Método 1 de 2: Prepararte para ir a la cama
Deja de ejercitarte unas cuantas horas antes de la hora de dormir. Cuando te ejercitas, elevas tu temperatura corporal y retienes calor. Ejercitarte varias horas antes de ir a dormir le dará tiempo a tu cuerpo para que se enfríe.
También debes beber bastante agua a lo largo del día para mantenerte hidratado, y llevar un vaso de agua a tu velador por si lo necesitas.
Toma una ducha o un baño tibio. No tomes una ducha muy fría, ya que esto puede tener un efecto rebote. En realidad, tu temperatura corporal podría elevarse para contrarrestar el agua fría. Mejor toma una ducha medio fría o tibia.
También puedes mojar tus manos y pies en agua tibia. Tus manos y pies son tus “radiadores” o las áreas de tu cuerpo que tienden a calentarse. Enfriarlas mojándolas regulará tu temperatura corporal y te enfriará.
Encuentra un lugar para dormir fresco y oscuro que esté en un piso inferior o en un sótano. La temperatura aumenta, así que encuentra un lugar cerca al suelo, como el piso de tu habitación o que esté bajo en tu casa, como la planta baja o el sótano
Reemplaza las sábanas pesadas por unas ligeras. Quita los protectores de colchón o cubrecolchones gruesos que retienen calor y cualquier frazada o edredón pesado. Usa sábanas más ligeras como sábanas de algodón y sábanas tejidas con algodón liviano en tu cama.
Los tapetes de paja o bambú también son buenos para una noche de sueño fresca. No retienen el calor corporal y no te calentarán. Puedes crear un tapete de bambú en el piso para tu habitación para tener un lugar alternativo a tu cama regular.
Prueba las sábanas Feel Drier®, hechas de poliéster con nanotex, que absorben la humedad de tu cuerpo y la dispersan hacia afuera. Se secan más rápido y no absorben la humedad como las sábanas de algodón, por lo que evitarás despertarte en un charco de sudor. También puedes probar con la ropa de cama Feel Cooler®, hecho con materiales que regulan la temperatura y te enfrían al absorber el acceso de calor de tu cuerpo.
Coloca tus sábanas en el congelador. Coloca tus fundas de almohada, sábanas y frazadas en el congelador 30 minutos antes de que planees ir a dormir. Una vez que coloques tus sábanas en tu cama, deben estar lo suficientemente frescas por 30 a 40 minutos, el tiempo suficiente para quedarte dormido.
Evita que tus sábanas se mojen o dormir con sábanas o ropa mojadas. No sumerjas tus medias en agua fría y las uses para dormir ni uses una camiseta mojada para dormir. Llevar cualquier cosa mojada a la habitación o usar algo mojado solo atrapará humedad densa en tu habitación y causará incomodidad.
Abre tus ventanas. Una hora antes de la hora de dormir, abre las ventanas en la habitación para aumentar la circulación del aire y enfriar la habitación. Sin embargo, debes cerrar las ventanas antes de dormir para evitar calentar la habitación con aire durante la noche.
Mientras duermes tu temperatura corporal disminuye a su punto más bajo aproximadamente a las 3 a.m. A las 3 a.m., la temperatura afuera también es extremadamente baja. Si duermes con las ventanas abiertas, los músculos alrededor de tu cuello y cabeza pueden ponerse tensos involuntariamente debido a la caída súbita de temperatura y puedes despertarte.
Mantén tus ventanas cerradas y las persianas cerradas durante el día para evitar que la habitación se caliente.
Duerme en ropa de algodón. Aunque podrías estar tentado a desvestirte y estar desnudo para mantenerte frío, dormir desnudo puede hacerte sentir más calor y no permite que la humedad se evapore entre tu cuerpo y la superficie donde duermes. Opta por una pijama de algodón y evita las telas sintéticas como nailon o seda, ya que no son transpirables y te hacen sentir más calor.
Prueba otra ropa de cama. La ropa de cama DriNights está fabricada con el mismo tipo de material que la ropa para deportes. Si sudas en la noche, esta tela jala la humedad hacia afuera y la seca rapidamente, dejandote a ti y a tu ropa seca. Esto te dará una sensación de frescura y evitará que te despiertes con la ropa sudada y pegajosa.
Limpia tu cara, manos y pies con un trapo húmedo. Usa un trapo o una toalla húmeda cerca de tu cabecera para mojar tu cara o tus brazos a lo largo de la noche. Pero evita acostarte con la cara o los brazos mojados. Una vez que hayas limpiado tu cuerpo, sécate con una toalla seca antes de ir a dormir.
También puedes comprar toallas especiales que estén hechas de un material evaporador que retenga agua, pero se mantengan secas al tacto. Te enfriarán sin mojar tu piel.
Pasa tus muñecas o la parte interna de tus brazos bajo agua fría por 30 segundos. Estas áreas son por donde el flujo sanguíneo fluye más cerca de la superficie de tu cuerpo. Pasarlas bajo agua fría por un minuto enfriará tu sangre, haciendo que tu cuerpo esté más fresco.[11]
Método 2 de 2: Mantenerte fresco en la cama
Fomenta el flujo de aire con un ventilador. Mantén la puerta de la habitación abierta y posiciona el ventilador en una esquina de tal manera que mire hacia tu cama.
Evita apuntar el ventilador a tu cara, tu espalda o demasiado cerca de tu cuerpo. Apuntar el ventilador a tu cara puede causar que los músculos de tu cuello se pongan tensos y den como resultado alergias o enfermedades.
Haz una toalla helada. Antes del aire acondicionado, las personas suspendían bolsas de hielo, toallas heladas o compresas frías frente a los ventiladores para permanecer frescas.
Para hacer una toalla helada, cuelga una toalla mojada sosteniendo cubos de hielo en dos sillas. Apunta un ventilador a la toalla y a la pared o lejos de ti en la esquina de la habitación.
Coloca un contenedor bajo la toalla para atrapar el agua del hielo derretido.
Voltea tu almohada al lado fresco. Si te despiertas debido al calor durante la noche, voltea tu almohada hacia el otro lado. El otro lado estará más frío que el lado en el que estabas durmiendo, ya que no ha absorbido tu calor corporal durante la noche.
Coloca una compresa fría en tu cuello o frente. Puedes comprar compresas frías en la mayoría de los supermercados. Desliza una compresa fría bajo tu cuello, en tu frente o bajo tus brazos, cerca de tus axilas. Enfriar la parte trasera de tu cuello, tu frente y bajo tus brazos también ayuda a enfriar el resto de tu cuerpo.
También puedes hacer tu propia compresa fría en casa. Coloca tres a cuatro cucharadas de detergente en una bolsa hermética. Colócala en el congelador. El detergente no se endurecerá y mantendrá la temperatura fría por más tiempo que el hielo o las compresas frías azules. Una vez que estés listo para usarla, colócala en una funda de almohada o dóblala en una toalla y aplícala a tu cuello o brazos. Debido a que la bolsa no es sólida, es versátil y cómoda en la mayoría de las áreas de tu cuerpo.
También puedes hacer un calcetín con arroz. Colócalo en el congelador y déjalo ahí por lo menos durante 2 horas. Cuando vayas a dormir, lleva la bolsa contigo para usarla como una compresa fría. Trata de colocarla bajo tu almohada de tal manera que esté agradable y fresca cuando la voltees.
Rocía tu cara y cuello con una botella de aerosol. Si te despiertas durante la noche debido al calor, toma una botella de aerosol y llénala con agua fría. Rocía tu cara y cuello para enfriarte.[15]
Consejos
Las máscaras para dormir pueden ser útiles si deseas dormir más tiempo y si la luz nunca se apaga, incluso con las cortinas cerradas.
Utiliza tapones para los oídos si vives en una ciudad donde el tráfico sea pesado incluso en la noche. El ruido más el calor pueden hacer que sea difícil conciliar el sueño.
Antes de dormir, alimenta a tus mascotas con una comida rica en proteínas, para que no te despierten hambrientos durante la noche o muy temprano en la mañana.
Duerme sin edredón o plumón.
Cosas que necesitarás
Ventilador
Hielo
Compresa fría
Botella de aerosol
Via es.wikihow.com
¿Por qué olvidamos los sueños al levantarnos?
domingo, 10 de julio de 2016
Seguramente te ha pasado más de una vez: estás soñando con alguna situación utópica, agradable… y suena el despertador. Aunque te fastidia la interrupción, te levantas con alegría y con buen humor.
Acabas de tener un sueño precioso que va mantener tus ánimos al máximo nivel a lo largo de todo el día. Pero, al cabo de unos minutos… ¿Qué he soñado exactamente? Pequeños episodios de tu sueño ideal se desvanecen y empiezan a crearse lagunas importantes. Ya no recuerdas los momentos más felices… Hasta que terminas por no recordar nada. ¿Por qué olvidamos los sueños al levantarnos? Los expertos en descanso de Velfont te ofrecen las razones principales por las que no recordamos exactamente el contenido de nuestros sueños.
Todos soñamos a diario, más o menos intensamente, y solemos relacionarlo con las vivencias del día o bien de días anteriores. Incluso cuando los sueños son tan reales podemos olvidarlos, y este efecto parece estar ligado, tal y como demuestran estudios científicos, a la escasa carga emocional que tienen para nosotros mismos. Aunque nos hayan hecho felices en el momento, aunque nos hagan esbozar una sonrisa con tan sólo levantarnos… Si no tienen una significación real para nosotros, tienen más puntos de pasar a la historia del olvido, ya sea total o parcialmente. Esto ocurre en el momento de la vigilia, cuando empezamos a comprender que la situación que hemos vivido se ha desarrollado en un mundo imaginario.
Eduardo Punset, divulgador científico español, asegura que «durante los sueños el cerebro utiliza una buena parte de la energía consumida para reordenar y clasificar las memorias y recuerdos acumulados durante el día. Cuando dormimos, el cerebro amaina un poco su actividad pero muy poco: sigue consumiendo un 80% de su energía disponible». A pesar de ello, es evidente que las percepciones que tenemos cuando estamos dormidos son distintas a las que tenemos en el mundo real. Es posible que una pesadilla nos sobresalte en un momento determinado de la noche pero, si nos volvemos a dormir, probablemente al despertarnos de nuevo recordemos la mitad de la misma.
La mayoría de teorías científicas aseguran que tenemos, como mínimo, 5 sueños al día. No obstante, recordamos uno, o dos si tenemos suerte. Según Freud, el padre de la psicoanálisis, nuestros sueños son el espejo de nuestros deseos y si los olvidamos es porque nuestro cerebro los bloquea si no estamos preparados para manejarlos. Otras teorías, en cambio, señalan que no recordamos según que sueños porque no tienen sentido en el mundo real y no podemos aplicarlos a nuestro día a día. Vemos que la actividad de nuestro cerebro está directamente relacionada con esta cuestión pero, como en todas las disciplinas, aún queda mucha investigación científica por hacer.
Via velamen.com
Acabas de tener un sueño precioso que va mantener tus ánimos al máximo nivel a lo largo de todo el día. Pero, al cabo de unos minutos… ¿Qué he soñado exactamente? Pequeños episodios de tu sueño ideal se desvanecen y empiezan a crearse lagunas importantes. Ya no recuerdas los momentos más felices… Hasta que terminas por no recordar nada. ¿Por qué olvidamos los sueños al levantarnos? Los expertos en descanso de Velfont te ofrecen las razones principales por las que no recordamos exactamente el contenido de nuestros sueños.
Todos soñamos a diario, más o menos intensamente, y solemos relacionarlo con las vivencias del día o bien de días anteriores. Incluso cuando los sueños son tan reales podemos olvidarlos, y este efecto parece estar ligado, tal y como demuestran estudios científicos, a la escasa carga emocional que tienen para nosotros mismos. Aunque nos hayan hecho felices en el momento, aunque nos hagan esbozar una sonrisa con tan sólo levantarnos… Si no tienen una significación real para nosotros, tienen más puntos de pasar a la historia del olvido, ya sea total o parcialmente. Esto ocurre en el momento de la vigilia, cuando empezamos a comprender que la situación que hemos vivido se ha desarrollado en un mundo imaginario.
Eduardo Punset, divulgador científico español, asegura que «durante los sueños el cerebro utiliza una buena parte de la energía consumida para reordenar y clasificar las memorias y recuerdos acumulados durante el día. Cuando dormimos, el cerebro amaina un poco su actividad pero muy poco: sigue consumiendo un 80% de su energía disponible». A pesar de ello, es evidente que las percepciones que tenemos cuando estamos dormidos son distintas a las que tenemos en el mundo real. Es posible que una pesadilla nos sobresalte en un momento determinado de la noche pero, si nos volvemos a dormir, probablemente al despertarnos de nuevo recordemos la mitad de la misma.
La mayoría de teorías científicas aseguran que tenemos, como mínimo, 5 sueños al día. No obstante, recordamos uno, o dos si tenemos suerte. Según Freud, el padre de la psicoanálisis, nuestros sueños son el espejo de nuestros deseos y si los olvidamos es porque nuestro cerebro los bloquea si no estamos preparados para manejarlos. Otras teorías, en cambio, señalan que no recordamos según que sueños porque no tienen sentido en el mundo real y no podemos aplicarlos a nuestro día a día. Vemos que la actividad de nuestro cerebro está directamente relacionada con esta cuestión pero, como en todas las disciplinas, aún queda mucha investigación científica por hacer.
Via velamen.com
El truco para quedarse dormido enseguida
domingo, 3 de julio de 2016
El Dr. Yoshinori Nagumo se ha hecho célebre en su país con un libro para estar más saludable, prevenir enfermedades y rejuvenecer. Y tiene un método para conciliar el sueño
Yoshisori Nagumo es cirujano, profesor en las universidades de Tokio y de Osaka y autor de 'Un día, una comida' (Ed. Zenith), un libro del que ha vendido más de un millón de ejemplares entre su país y Corea. Su método, que consiste en tomar una comida importante al día y alimentarse el resto de la jornada de fruta, frutos secos e infusiones, requiere un complemento imprescindible, dormir bien. Nagumo ha desarrollado un método para conseguirlo, que explica también en el libro:
El interruptor de la mente
Para dormir, lo mejor es apagar todas las luces, dejar la habitación a oscuras y cuando nos moleste algún ruido, usar tapones. En los primeros minutos, cuando estamos tumbados, empezará a darnos vueltas en la cabeza lo que nos ha pasado esa tarde, las relaciones humanas, el trabajo y los fracasos. Por supuesto, si pensándolo se llega a alguna conclusión, es conveniente pararse a pensar en todo ello. Pero si se trata de algo que no tiene solución, es mejor dejar de pensar en ese asunto. De lo contrario, el neocórtex del cerebro empezará a activarse y se excitará más, impidiendo así que conciliemos el sueño. Cuando por más vueltas que le demos, no vamos a solucionarlo, hay que apagar el interruptor de la mente.
En Japón siempre se ha dicho que “cuanto más malo, más duerme”, pero la persona que consigue dormir mucho no corre el riesgo de padecer neurosis
Puede ocurrir que, aun cerrando los ojos para intentar dormir, empecemos a ver estampados o que, pese a habernos puesto tapones, escuchemos un sonido agudo. El cerebro no está hecho para el aburrimiento, de forma que cuando no recibe estímulos, los crea él mismo. De este modo, cuando no hay ningún estímulo, crea alucinaciones visuales y auditivas. Vencer esto también depende de la práctica. Cuando ya estamos acostados para dormir, paramos los pensamientos y cerramos los ojos. Después, apagamos interiormente el interruptor del cerebro diciendo “¡Black!”.
Así se apagan las lucecitas que brillaban tras los párpados y nos sumimos en una oscuridad total. Por último, interiormente nos decimos: “¡Off!”. En mi caso, cuando me tumbo, me duermo en cuestión de uno o dos minutos. Para mí, el “¡Black!” o el “¡Off!” son como palabras mágicas para dormir. Me he entrenado para poder dormir con estas palabras, ese es el truco.
Mientras dormimos, el hipocampo separa la información recibida durante el día entre lo que es necesario y lo que no, y selecciona lo que quiere conservar. Lo reordena todo repetidas veces de forma aleatoria, combinando lo necesario y lo innecesario: estos fragmentos son los que aparecen en nuestros sueños. A través de este trabajo de clasificación del hipocampo, aquello que no nos gusta se olvida casi por completo. Cuanto más tenga que desechar el hipocampo, más horas de sueño necesitará la mente.
En Japón siempre se ha dicho que “cuanto más malo, más duerme”, pero la realidad es que la persona que consigue dormir mucho no corre el riesgo de padecer neurosis. Si dormimos una noche entera, a la mañana siguiente los episodios del día anterior que no nos gustaban habrán desaparecido por completo y podremos despertarnos frescos.
Via elconfidencial.com
Yoshisori Nagumo es cirujano, profesor en las universidades de Tokio y de Osaka y autor de 'Un día, una comida' (Ed. Zenith), un libro del que ha vendido más de un millón de ejemplares entre su país y Corea. Su método, que consiste en tomar una comida importante al día y alimentarse el resto de la jornada de fruta, frutos secos e infusiones, requiere un complemento imprescindible, dormir bien. Nagumo ha desarrollado un método para conseguirlo, que explica también en el libro:
El interruptor de la mente
Para dormir, lo mejor es apagar todas las luces, dejar la habitación a oscuras y cuando nos moleste algún ruido, usar tapones. En los primeros minutos, cuando estamos tumbados, empezará a darnos vueltas en la cabeza lo que nos ha pasado esa tarde, las relaciones humanas, el trabajo y los fracasos. Por supuesto, si pensándolo se llega a alguna conclusión, es conveniente pararse a pensar en todo ello. Pero si se trata de algo que no tiene solución, es mejor dejar de pensar en ese asunto. De lo contrario, el neocórtex del cerebro empezará a activarse y se excitará más, impidiendo así que conciliemos el sueño. Cuando por más vueltas que le demos, no vamos a solucionarlo, hay que apagar el interruptor de la mente.
En Japón siempre se ha dicho que “cuanto más malo, más duerme”, pero la persona que consigue dormir mucho no corre el riesgo de padecer neurosis
Puede ocurrir que, aun cerrando los ojos para intentar dormir, empecemos a ver estampados o que, pese a habernos puesto tapones, escuchemos un sonido agudo. El cerebro no está hecho para el aburrimiento, de forma que cuando no recibe estímulos, los crea él mismo. De este modo, cuando no hay ningún estímulo, crea alucinaciones visuales y auditivas. Vencer esto también depende de la práctica. Cuando ya estamos acostados para dormir, paramos los pensamientos y cerramos los ojos. Después, apagamos interiormente el interruptor del cerebro diciendo “¡Black!”.
Así se apagan las lucecitas que brillaban tras los párpados y nos sumimos en una oscuridad total. Por último, interiormente nos decimos: “¡Off!”. En mi caso, cuando me tumbo, me duermo en cuestión de uno o dos minutos. Para mí, el “¡Black!” o el “¡Off!” son como palabras mágicas para dormir. Me he entrenado para poder dormir con estas palabras, ese es el truco.
Mientras dormimos, el hipocampo separa la información recibida durante el día entre lo que es necesario y lo que no, y selecciona lo que quiere conservar. Lo reordena todo repetidas veces de forma aleatoria, combinando lo necesario y lo innecesario: estos fragmentos son los que aparecen en nuestros sueños. A través de este trabajo de clasificación del hipocampo, aquello que no nos gusta se olvida casi por completo. Cuanto más tenga que desechar el hipocampo, más horas de sueño necesitará la mente.
En Japón siempre se ha dicho que “cuanto más malo, más duerme”, pero la realidad es que la persona que consigue dormir mucho no corre el riesgo de padecer neurosis. Si dormimos una noche entera, a la mañana siguiente los episodios del día anterior que no nos gustaban habrán desaparecido por completo y podremos despertarnos frescos.
Via elconfidencial.com
Beneficios de dormir del lado izquierdo
sábado, 2 de julio de 2016
De acuerdo con las medicinas orientales ya sean la india, la china, la tibetana o la tailandesa, el lado izquierdo del cuerpo es totalmente diferente al lado derecho.
Incluso algunas tradiciones monásticas budistas incluyen dentro de sus preceptos para los monjes dormir sobre su lado izquierdo. Aunque suene raro descansar y dormir del lado izquierdo tiene muchos beneficios para la salud.
La linfa drena hacia la izquierda. El lado izquierdo del cuerpo es el lado dominante en el sistema linfático. La mayor parte de la linfa drena hacia el ducto torácico que se localiza en el lado izquierdo.
En su camino la linfa transporta proteínas, glucosa metabolitos y productos de desperdicio que son purificados por los nódulos linfáticos para ser drenados hacia el lado izquierdo.
¿Aletargado después de una comilona? La sugerencia india es que si tomas un descanso después de comer lo hagas recostándote del lado izquierdo.
El descanso no debe de exceder de 10 minutos y es diferente a la siesta vespertina que usualmente es de 20 minutos o más.El estómago y el páncreas cuelgan hacia el lado izquierdo. Cuando te recuestas en tu lado izquierdo ambos cuelgan naturalmente permitiendo una digestión óptima y eficiente. La comida es impulsada a moverse de manera natural a través del estómago y las enzimas pancreáticas son secretadas de manera paulatina y no de un solo golpe, lo cual sucede si es que te recuestas del lado derecho.Al recostarte del lado izquierdo el hígado y la vesícula cuelgan desde lado derecho. Descansar del lado izquierdo les permite colgar y secretar sus preciosas enzimas hacia el tracto digestivo, emulsionando las grasas y neutralizando los ácidosestomacales.
Cuando el sistema digestivo es estimulado de esta manera tu ciclo de digestión es más corto y no te deja aletargado por el resto de la tarde. Haz la prueba de descansar 10 minutos de tu lado izquierdo después de comer. Siéntete con energía y no con cansancio después de comer.
Procura comer de manera relajada al medio día y no olvides descansar en tu lado izquierdo y comprueba que te sentirás con más energía y con una mejor digestión. La magia de dormir del lado izquierdo. Mejor eliminación. El intestino delgado desecha toxinas a través de la válvula ileocecal (VIC) en el lado derecho del cuerpo al inicio del intestino grueso. El intestino grueso viaja por el lado derecho de tu cuerpo, cruza tu vientre y desciende por el lado izquierdo.A través de la VIC, dormir del lado izquierdo permite a la gravedad estimular los desechos corporales hacia el intestino grueso desde el intestino delgado de manera más sencilla.Al transcurrir la noche y continuar durmiendo en tu lado izquierdo los desechos se mueven con mayor facilidad hacia el colon descendente y la eliminación matutina será más sencilla.
Mejor función cardiaca
Más del 80 por ciento el corazón se encuentra del lado izquierdo del cuerpo. Si duermes del lado izquierdo la linfa drenada hacia el corazón será impulsada por la gravedad quitando trabajo a tu corazón mientras duermes. La aorta que es la arteria más grande del cuerpo, sale de la parte alta del corazón y se arquea hacia la izquierda antes de bajar hacia el abdomen. Al dormir del lado izquierdo, el corazón bombea con más facilidad la sangre hacia la aorta descendente.
Dormir del lado izquierdo permite que los intestinos se alejen de la vena cava que lleva la sangre de regreso al corazón. Notablemente la vena cava descansa en el lado derecho de la espina, así que cuando te recuestas del lado izquierdo las vísceras se alejan de la vena cava.
Nuevamente la gravedad hace el trabajo del corazón más fácil. El bazo está del lado izquierdo. El bazo es parte del sistema linfático y también está del lado izquierdo del cuerpo. Su función es la de un gran nódulo linfático que filtra la linfa y adicionalmente filtra la sangre.
Cuando te recuestas del lado izquierdo el regreso de los fluidos hacia el bazo es más sencillo y se produce con mayor facilidad por la gravedad. El sistema linfático drena todas las células del cuerpo por medio de contracciones y movimiento muscular y no por el bombeo cardiaco.
Ayudar a la linfa a drenarse hacia el bazo y el corazón con gravedad es una forma sencilla de purificar tu cuerpo.¡Pruébalo! Y aunque no hay protocolos científicos al respecto, dormir del lado izquierdo hace sentido. Entender la sabiduría ancestral basándose en los conocimientos de la anatomía moderna esclarece muchas dudas de las razones que se tienen en oriente para dormir de cierta manera.
Via aimdigital.com.ar
Incluso algunas tradiciones monásticas budistas incluyen dentro de sus preceptos para los monjes dormir sobre su lado izquierdo. Aunque suene raro descansar y dormir del lado izquierdo tiene muchos beneficios para la salud.
La linfa drena hacia la izquierda. El lado izquierdo del cuerpo es el lado dominante en el sistema linfático. La mayor parte de la linfa drena hacia el ducto torácico que se localiza en el lado izquierdo.
En su camino la linfa transporta proteínas, glucosa metabolitos y productos de desperdicio que son purificados por los nódulos linfáticos para ser drenados hacia el lado izquierdo.
¿Aletargado después de una comilona? La sugerencia india es que si tomas un descanso después de comer lo hagas recostándote del lado izquierdo.
El descanso no debe de exceder de 10 minutos y es diferente a la siesta vespertina que usualmente es de 20 minutos o más.El estómago y el páncreas cuelgan hacia el lado izquierdo. Cuando te recuestas en tu lado izquierdo ambos cuelgan naturalmente permitiendo una digestión óptima y eficiente. La comida es impulsada a moverse de manera natural a través del estómago y las enzimas pancreáticas son secretadas de manera paulatina y no de un solo golpe, lo cual sucede si es que te recuestas del lado derecho.Al recostarte del lado izquierdo el hígado y la vesícula cuelgan desde lado derecho. Descansar del lado izquierdo les permite colgar y secretar sus preciosas enzimas hacia el tracto digestivo, emulsionando las grasas y neutralizando los ácidosestomacales.
Cuando el sistema digestivo es estimulado de esta manera tu ciclo de digestión es más corto y no te deja aletargado por el resto de la tarde. Haz la prueba de descansar 10 minutos de tu lado izquierdo después de comer. Siéntete con energía y no con cansancio después de comer.
Procura comer de manera relajada al medio día y no olvides descansar en tu lado izquierdo y comprueba que te sentirás con más energía y con una mejor digestión. La magia de dormir del lado izquierdo. Mejor eliminación. El intestino delgado desecha toxinas a través de la válvula ileocecal (VIC) en el lado derecho del cuerpo al inicio del intestino grueso. El intestino grueso viaja por el lado derecho de tu cuerpo, cruza tu vientre y desciende por el lado izquierdo.A través de la VIC, dormir del lado izquierdo permite a la gravedad estimular los desechos corporales hacia el intestino grueso desde el intestino delgado de manera más sencilla.Al transcurrir la noche y continuar durmiendo en tu lado izquierdo los desechos se mueven con mayor facilidad hacia el colon descendente y la eliminación matutina será más sencilla.
Mejor función cardiaca
Más del 80 por ciento el corazón se encuentra del lado izquierdo del cuerpo. Si duermes del lado izquierdo la linfa drenada hacia el corazón será impulsada por la gravedad quitando trabajo a tu corazón mientras duermes. La aorta que es la arteria más grande del cuerpo, sale de la parte alta del corazón y se arquea hacia la izquierda antes de bajar hacia el abdomen. Al dormir del lado izquierdo, el corazón bombea con más facilidad la sangre hacia la aorta descendente.
Dormir del lado izquierdo permite que los intestinos se alejen de la vena cava que lleva la sangre de regreso al corazón. Notablemente la vena cava descansa en el lado derecho de la espina, así que cuando te recuestas del lado izquierdo las vísceras se alejan de la vena cava.
Nuevamente la gravedad hace el trabajo del corazón más fácil. El bazo está del lado izquierdo. El bazo es parte del sistema linfático y también está del lado izquierdo del cuerpo. Su función es la de un gran nódulo linfático que filtra la linfa y adicionalmente filtra la sangre.
Cuando te recuestas del lado izquierdo el regreso de los fluidos hacia el bazo es más sencillo y se produce con mayor facilidad por la gravedad. El sistema linfático drena todas las células del cuerpo por medio de contracciones y movimiento muscular y no por el bombeo cardiaco.
Ayudar a la linfa a drenarse hacia el bazo y el corazón con gravedad es una forma sencilla de purificar tu cuerpo.¡Pruébalo! Y aunque no hay protocolos científicos al respecto, dormir del lado izquierdo hace sentido. Entender la sabiduría ancestral basándose en los conocimientos de la anatomía moderna esclarece muchas dudas de las razones que se tienen en oriente para dormir de cierta manera.
Via aimdigital.com.ar
El 30% de los menores de cinco años sufre alguna alteración del sueño
viernes, 1 de julio de 2016
Como les pasa a los mayores, los bebés precisan de un ambiente tranquilo y una serie de rutinas antes de conciliar el sueño. Si no se dan estas condiciones, los pequeños no duermen bien. Las alteraciones del sueño afectan a un 30% de los menores de 5 años, según los datos que maneja Ana Pérez, coordinadora del grupo de Trastornos del sueño de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP), e incluso "pueden requerir tratamiento médico".
Con la llegada de las vacaciones, es mucho más complejo respetar las rutinas de sueño que establecemos durante el resto del año. "A pesar de esto, se recomienda a los padres que traten de marcar pautas que sí puedan seguir durante el verano o que alteren los hábitos de los niños lo mínimo posible, pues el trabajo conseguido durante el periodo escolar puede perderse si el pequeño nota mucho descontrol en su entorno", concluye esta especialista.
La experta recomienda establecer hábitos y rutinas que el niño asocie cada día con la hora de irse a dormir y le ayuden a conciliar el sueño. "Es recomendable crear un entorno relajante en el que el niño se sienta seguro a la hora de dormir", añade.
Así, es fundamental establecer una hora para irse a la cama que se deberá respetar lo máximo posible de cara a crear un hábito que conciencie al niño de que ha llegado la hora de dormir. Por ello es aconsejable evitar bebidas estimulantes antes de dormir así como actividades muy movidas que puedan activar mucho al niño y dificultar el momento de conciliar el sueño.
Los posibles problemas se pueden solucionar estableciendo rutinas diarias que "ayudan a que se reduzcan e incluso que desaparezcan los trastornos de sueño en niños", añade la doctora Pérez, miembro del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Estos trastornos no deben confundirse con algo puntual. "Son una alteración real, no una variación de una función fisiológica, que se manifiesta durante el sueño y con frecuencia precisa tratamiento", prosigue.
Según la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia y la Adolescencia los trastornos pueden ser tres: problemas para conciliar el sueño, situaciones que se presentan durante la noche e interrumpen el sueño y aquellos que producen somnolencia al niño durante el día.
Estos trastornos pueden afectar al niño en distinta medida e incluso ser la manifestación de otras alteraciones que el facultativo deberá valorar y tratar. "El grado de repercusión del trastorno que padece el niño depende de su intensidad así como de la capacidad del organismo para compensar sus consecuencias" explica Pérez.
Irritabilidad, desánimo y decaimiento
Los trastornos del sueño podrían provocar falta de concentración, irritabilidad, desánimo y decaimiento en los niños, entre otros efectos negativos. La doctora Perez sostiene que no tienen las mismas necesidades de sueño una persona adulta que un adolescente o un niño, asimismo a lo largo las distintas etapas en el desarrollo de una persona sus ritmos y rutinas de sueño sufren cambios. Y es fundamental establecer unos correctos hábitos de sueño desde la infancia para potenciar el desarrollo físico y cognitivo, lo que incluso podría evitar posibles trastornos en la edad adulta.
Pesadillas o los terrores nocturnos
Problemas como las pesadillas o los terrores nocturnos son comunes en la etapa infantil hasta la llegada de la adolescencia, aunque es destacable que el trastorno más habitual es el sonambulismo, con una prevalencia del 15% en niños de edades comprendidas entre los 3 y los 15 años.
"Es importante vigilar, en la medida de lo posible, el descanso de los niños para detectar patrones anómalos como el ronquido que, en muchos casos, puede ser síntoma de problemas como el Síndrome de Apnea Obstructiva, una patología muy común en mayores de 2 años", afirma.
En cuando a las necesidades de sueño según cada etapa, los recién nacidos dormirán unas 16 o 20 horas cada día divididas en 5 o 6 períodos de sueño y vigilia; al llegar a los 3 meses lo habitual es que comience a dormir menos, unas 14 o 15 horas y cada vez menos según avancen los meses, con lo que se reducen de manera progresiva los períodos de sueño diurno hasta eliminarlos; mientras que de los 5 y 10 años sus ritmos de sueño empiezan a asemejarse más a los de un adulto. En la adolescencia las necesidades se reducen hasta las 7 u 8 horas diarias.
A pesar de lo anterior, Pérez destaca que "no hay un patrón exacto de sueño. Cada niño tiene sus particularidades y no podemos establecer una norma que encaje a todos los pequeños. Por eso, es importante observar los ritmos de sueño del niño para determinar si padece algún trastorno del sueño y cómo abordarlo y tratarlo".
Via elmundo.es
Con la llegada de las vacaciones, es mucho más complejo respetar las rutinas de sueño que establecemos durante el resto del año. "A pesar de esto, se recomienda a los padres que traten de marcar pautas que sí puedan seguir durante el verano o que alteren los hábitos de los niños lo mínimo posible, pues el trabajo conseguido durante el periodo escolar puede perderse si el pequeño nota mucho descontrol en su entorno", concluye esta especialista.
La experta recomienda establecer hábitos y rutinas que el niño asocie cada día con la hora de irse a dormir y le ayuden a conciliar el sueño. "Es recomendable crear un entorno relajante en el que el niño se sienta seguro a la hora de dormir", añade.
Así, es fundamental establecer una hora para irse a la cama que se deberá respetar lo máximo posible de cara a crear un hábito que conciencie al niño de que ha llegado la hora de dormir. Por ello es aconsejable evitar bebidas estimulantes antes de dormir así como actividades muy movidas que puedan activar mucho al niño y dificultar el momento de conciliar el sueño.
Los posibles problemas se pueden solucionar estableciendo rutinas diarias que "ayudan a que se reduzcan e incluso que desaparezcan los trastornos de sueño en niños", añade la doctora Pérez, miembro del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Estos trastornos no deben confundirse con algo puntual. "Son una alteración real, no una variación de una función fisiológica, que se manifiesta durante el sueño y con frecuencia precisa tratamiento", prosigue.
Según la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia y la Adolescencia los trastornos pueden ser tres: problemas para conciliar el sueño, situaciones que se presentan durante la noche e interrumpen el sueño y aquellos que producen somnolencia al niño durante el día.
Estos trastornos pueden afectar al niño en distinta medida e incluso ser la manifestación de otras alteraciones que el facultativo deberá valorar y tratar. "El grado de repercusión del trastorno que padece el niño depende de su intensidad así como de la capacidad del organismo para compensar sus consecuencias" explica Pérez.
Irritabilidad, desánimo y decaimiento
Los trastornos del sueño podrían provocar falta de concentración, irritabilidad, desánimo y decaimiento en los niños, entre otros efectos negativos. La doctora Perez sostiene que no tienen las mismas necesidades de sueño una persona adulta que un adolescente o un niño, asimismo a lo largo las distintas etapas en el desarrollo de una persona sus ritmos y rutinas de sueño sufren cambios. Y es fundamental establecer unos correctos hábitos de sueño desde la infancia para potenciar el desarrollo físico y cognitivo, lo que incluso podría evitar posibles trastornos en la edad adulta.
Pesadillas o los terrores nocturnos
Problemas como las pesadillas o los terrores nocturnos son comunes en la etapa infantil hasta la llegada de la adolescencia, aunque es destacable que el trastorno más habitual es el sonambulismo, con una prevalencia del 15% en niños de edades comprendidas entre los 3 y los 15 años.
"Es importante vigilar, en la medida de lo posible, el descanso de los niños para detectar patrones anómalos como el ronquido que, en muchos casos, puede ser síntoma de problemas como el Síndrome de Apnea Obstructiva, una patología muy común en mayores de 2 años", afirma.
En cuando a las necesidades de sueño según cada etapa, los recién nacidos dormirán unas 16 o 20 horas cada día divididas en 5 o 6 períodos de sueño y vigilia; al llegar a los 3 meses lo habitual es que comience a dormir menos, unas 14 o 15 horas y cada vez menos según avancen los meses, con lo que se reducen de manera progresiva los períodos de sueño diurno hasta eliminarlos; mientras que de los 5 y 10 años sus ritmos de sueño empiezan a asemejarse más a los de un adulto. En la adolescencia las necesidades se reducen hasta las 7 u 8 horas diarias.
A pesar de lo anterior, Pérez destaca que "no hay un patrón exacto de sueño. Cada niño tiene sus particularidades y no podemos establecer una norma que encaje a todos los pequeños. Por eso, es importante observar los ritmos de sueño del niño para determinar si padece algún trastorno del sueño y cómo abordarlo y tratarlo".
Via elmundo.es
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