Guía para dormir bien
viernes, 28 de febrero de 2014
Todas las personas sabemos dormir, de eso no hay dudas, pero lo que no sabemos es si lo estamos haciendo bien y qué es lo que interfiere en los trastornos del sueño que nos aquejan algunas veces. Para poder guiarnos un poco, te presentamos esta serie de consejos que te ayudarán a tener un buen dormir.
Las etapas del sueño durante el día
A lo largo del día, nuestro organismo se prepara para una noche de sueño reparador. Ésto no significa que el sueño sea lo más importante en nuestra vida, sino que, las actividades que realizamos a diario, son aquellas que van a determinar si tendremos o no una buena noche de sueño. Éstas son las etapas del sueño que deberíamos realizar a lo largo de nuestra rutina diaria.
Etapa 1: Por la mañana
Es recomendable que te levantes a la misma hora todos los días. Al comenzar el día, toma una taza de café, té o chocolate caliente, alguna bebida que te agrade y puedas tomar sin problemas. Además, tu desayuno tiene que ser nutritivo.
La clave está en comenzar con tu rutina diaria con mucha energía y, sobre todo, de buen humor.
Etapa 2: Al mediodía
Es importante que el almuerzo también sea nutritivo, ya que el día no termina al mediodía, sino que recién comienza. Durante estos horarios, lo importante es no beber alcohol, no fumar y tomar poco café.
Al llegar la tarde, es una buena idea que hagas ejercicio, sobre todo, porque con el desayuno y almuerzo nutritivo, tienes buenas energías para descargar.
Etapa 3: Por la noche
Al terminar el día, consume una cena nutritiva antes de dormir, pero sin excederte en las cantidades, ya que tu cuerpo se está preparando para el reposo. Todas tus labores deben interrumpirse, y tienes que comenzar a relajarte antes de la hora de acostarte a dormir. Si te has quedado con hambre, toma un refrigerio pequeño y ten en cuenta que no es bueno consumir mucho líquido, sólo un poco bastará para que no te despiertes a la madrugada.
Consejos finales
1- Antes de irte a la cama, disfruta de alguna actividad relajadora.
2- El ambiente de tu dormitorio debe ayudarte a dormir bien, que sea preferiblemente frío, oscuro y silencioso.
3- Duerme un número razonable de horas sin interrupciones.
Vía: vitadelia.com
A dormir la siesta
jueves, 27 de febrero de 2014
Dormir es uno de los mejores placeres de la vida, pero ¿sabes cuáles son las ventajas de hacerlo por las tardes? Si aún no lo sabes, aquí te decimos por qué dormir una siesta es tan importante para tu salud.
Disminuye tus niveles de estrés
Cuando duermes una pequeña siesta, tus niveles de estrés disminuyen, por ello es importante tomar un descanso que te ayude a reducir las tensiones del trabajo, te haga sentir más fresco, renovado y con más concentración.
Estados de alerta y productividad
Si has tenido una mala noche o tienes el tiempo para dormir un poco por la tarde, no dudes en dormir un rato, pues esto te dotará de mucha energía.
Corazón sano
De acuerdo con los investigadores, tomar una siesta a mediodía también puede reducir el riesgo de muerte por enfermedades del corazón, especialmente en hombres jóvenes y sanos.
Aumento del funcionamiento cognitivo
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Nasa, una siesta de 30 minutos aumenta las facultades cognitivas aproximadamente un 40%.
Con ganas de ejercitarte
Dormir la siesta provoca mayores ganas de hacer deporte. Un cuerpo descansado, garantiza ejercicio más eficaz.
Mejora tu creatividad
Cuando descansas tienes mayores posibilidades de crear cosas nuevas debido a que tu imaginación se encuentra más despejada. La siesta permite que tu cerebro asocie las ideas que quedaron sueltas para abrir caminos nuevos con extraordinaria creatividad.
Ayuda a completar los ciclos del sueño
Según un artículo publicado en la versión online de la revista estadounidense Newsweek, el cerebro necesita un descanso de vez en cuando y una siesta de 20 o 30 minutos, al parecer, le ayuda a refrescarse y seguir funcionando satisfactoriamente.
Según los expertos, la siesta perfecta tiene una duración de 20 minutos y es mejor llevarla a cabo durante el transcurso del día a hacerlo 20 minutos seguidos por la mañana.
Por el contrario, los efectos beneficiosos de la siesta desaparecen cuando el tiempo sobrepasa los 45 minutos. Por ello, incluso hasta 35 minutos son aceptables ya que éste es el tiempo necesario para que el organismo descanse y permita que las neuronas del cerebro se recuperen.
Via diabetesbienestarysalud.com
Disminuye tus niveles de estrés
Cuando duermes una pequeña siesta, tus niveles de estrés disminuyen, por ello es importante tomar un descanso que te ayude a reducir las tensiones del trabajo, te haga sentir más fresco, renovado y con más concentración.
Estados de alerta y productividad
Si has tenido una mala noche o tienes el tiempo para dormir un poco por la tarde, no dudes en dormir un rato, pues esto te dotará de mucha energía.
Corazón sano
De acuerdo con los investigadores, tomar una siesta a mediodía también puede reducir el riesgo de muerte por enfermedades del corazón, especialmente en hombres jóvenes y sanos.
Aumento del funcionamiento cognitivo
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Nasa, una siesta de 30 minutos aumenta las facultades cognitivas aproximadamente un 40%.
Con ganas de ejercitarte
Dormir la siesta provoca mayores ganas de hacer deporte. Un cuerpo descansado, garantiza ejercicio más eficaz.
Mejora tu creatividad
Cuando descansas tienes mayores posibilidades de crear cosas nuevas debido a que tu imaginación se encuentra más despejada. La siesta permite que tu cerebro asocie las ideas que quedaron sueltas para abrir caminos nuevos con extraordinaria creatividad.
Ayuda a completar los ciclos del sueño
Según un artículo publicado en la versión online de la revista estadounidense Newsweek, el cerebro necesita un descanso de vez en cuando y una siesta de 20 o 30 minutos, al parecer, le ayuda a refrescarse y seguir funcionando satisfactoriamente.
Según los expertos, la siesta perfecta tiene una duración de 20 minutos y es mejor llevarla a cabo durante el transcurso del día a hacerlo 20 minutos seguidos por la mañana.
Por el contrario, los efectos beneficiosos de la siesta desaparecen cuando el tiempo sobrepasa los 45 minutos. Por ello, incluso hasta 35 minutos son aceptables ya que éste es el tiempo necesario para que el organismo descanse y permita que las neuronas del cerebro se recuperen.
Via diabetesbienestarysalud.com
Ir de camping y nuestro sueño
miércoles, 26 de febrero de 2014
El equilibrio hormonal y nuestros sueños dependen directamente de nuestro ritmo circadiano. Recientes estudios demuestran que ir de camping puede mejorar nuestro sueño.
La luz del Sol es la encargada de determinar cuándo debemos irnos a dormir y cuándo debemos despertarnos, pero por culpa de las luces artificiales, nuestro ritmo circadiano se ha visto alterado. Por eso ir de camping puede mejorar esta situación.
El camping mejora nuestro sueño
El estudio realizado por científicos de la Universidad de Colorado en Boulder han demostrado que si estuviéramos regidos por el horario del Sol, es muy probable que fuéramos a dormir una hora antes, al igual que despertaríamos también una hora antes de lo normal y estaríamos más activos durante el día, debido a que nuestro reloj interno y la realidad externa estarían sincronizados.
El Sol ajusta el reloj a lo que puede ser nuestro estado natural, deshaciendo el efecto negativo que tienen las luces artificiales en nuestro día a día.
Los nativos de Alaska tienen ciertos problemas para dormir durante los días interminables que tiene la estación de verano en el Ártico debido a la desconexión entre el medio ambiente y el sueño exterior. Además se deprimen más durante las largas noches de invierno.
La melatonina regula nuestro sueño
Los investigadores tomaron a ocho adultos con una edad promedio de 30 años y realizaron un seguimiento durante una semana en sus vidas. Los sujetos pasaron la mayor parte del tiempo en interiores, trabajando, estudiando, comiendo y durmiendo, obteniendo como fuente principal de luz la artificial.Seguidamente, enviaron a estas mismas personas de camping y monitorizaron el efecto del sueño y la luz en la melatonina durante la primera y la segunda semana.
La melatonina es la hormona que controla nuestros ritmos y es la encargada de dar una respuesta fisiológica a los ciclos de luz y oscuridad. De forma natural se eleva por la noche y cae durante el día, suprimida por la luz. Además se encarga de reducir nuestra temperatura corporal, favoreciendo así que podamos conciliar el sueño.
Los resultados tras estas dos semanas de prueba fueron concluyentes: cuando se fueron de camping, los niveles de melatonina y el ciclo del Sol estaban sincronizados. Descendían los niveles de melatonina al salir el Sol y antes de despertar.
En resumen, debido a nuestras ajetreadas vidas solemos descansar menos de lo que deberíamos y este experimento vuelve a demostrarnos que el cuerpo es sabio y nos pide descanso cuando lo necesita. Es por ello que después de semanas estresantes de trabajo y estudio, una escapada al campo nos vendría fenomenal para regular nuestro organismo.
Via vitonica.com
La luz del Sol es la encargada de determinar cuándo debemos irnos a dormir y cuándo debemos despertarnos, pero por culpa de las luces artificiales, nuestro ritmo circadiano se ha visto alterado. Por eso ir de camping puede mejorar esta situación.
El camping mejora nuestro sueño
El estudio realizado por científicos de la Universidad de Colorado en Boulder han demostrado que si estuviéramos regidos por el horario del Sol, es muy probable que fuéramos a dormir una hora antes, al igual que despertaríamos también una hora antes de lo normal y estaríamos más activos durante el día, debido a que nuestro reloj interno y la realidad externa estarían sincronizados.
El Sol ajusta el reloj a lo que puede ser nuestro estado natural, deshaciendo el efecto negativo que tienen las luces artificiales en nuestro día a día.
Los nativos de Alaska tienen ciertos problemas para dormir durante los días interminables que tiene la estación de verano en el Ártico debido a la desconexión entre el medio ambiente y el sueño exterior. Además se deprimen más durante las largas noches de invierno.
La melatonina regula nuestro sueño
Los investigadores tomaron a ocho adultos con una edad promedio de 30 años y realizaron un seguimiento durante una semana en sus vidas. Los sujetos pasaron la mayor parte del tiempo en interiores, trabajando, estudiando, comiendo y durmiendo, obteniendo como fuente principal de luz la artificial.Seguidamente, enviaron a estas mismas personas de camping y monitorizaron el efecto del sueño y la luz en la melatonina durante la primera y la segunda semana.
La melatonina es la hormona que controla nuestros ritmos y es la encargada de dar una respuesta fisiológica a los ciclos de luz y oscuridad. De forma natural se eleva por la noche y cae durante el día, suprimida por la luz. Además se encarga de reducir nuestra temperatura corporal, favoreciendo así que podamos conciliar el sueño.
Los resultados tras estas dos semanas de prueba fueron concluyentes: cuando se fueron de camping, los niveles de melatonina y el ciclo del Sol estaban sincronizados. Descendían los niveles de melatonina al salir el Sol y antes de despertar.
En resumen, debido a nuestras ajetreadas vidas solemos descansar menos de lo que deberíamos y este experimento vuelve a demostrarnos que el cuerpo es sabio y nos pide descanso cuando lo necesita. Es por ello que después de semanas estresantes de trabajo y estudio, una escapada al campo nos vendría fenomenal para regular nuestro organismo.
Via vitonica.com
Dormir y descansar correctamente son determinantes en nuestro rendimiento deportivo
lunes, 24 de febrero de 2014
A la hora de practicar un deporte, hay tres factores fundamentales que determinarán nuestro estado y progreso: entrenamiento, alimentación y descanso. Aunque a veces no se le presta la atención necesaria, será el periodo de descanso (incluyendo tener unos hábitos de sueño adecuados) lo que nos permitirá rendir al máximo en nuestros entrenamientos, además de recuperarnos de ellos correctamente. Te contamos hasta qué punto puede llegar a ser importante dormir lo necesario para progresar.
La gran mayoría de la población adulta necesita dormir entre 7 y 8 horas diarias. Aunque este dato varía en cada persona, y va decreciendo según avanzamos en edad, podríamos aproximar que este dato es bastante adecuado en general. La cantidad y calidad del sueño influye en nuestra vida cotidiana, en el ritmo habitual que llevamos, por lo que nos afectará especialmente si nos marcamos objetivos deportivos. Un buen periodo de sueño nos permitirá superarnos día a día en nuestros entrenamientos.
Cómo influye en el entrenamiento
Mientras dormimos, nuestro cuerpo se recupera física y mentalmente, consolidando los recuerdos, la descarga emocional, el crecimiento mental y manteniendo el sistema inmunológico. Además, el 95% de la cantidad diaria de hormona del crecimiento se produce precisamente durante el sueño. Esta hormona es de gran importancia en deportistas, y reducirla afectaría al rendimiento. Un ejemplo en este sentido puede ser la siesta, ya que, vinculada a sesiones de fuerza, puede ser muy beneficiosa debido precisamente a que produce hormona del crecimiento. Hay que tener en cuenta que la siesta debe hacerse unas 8 horas después de despertarse por la mañana, siempre y cuando no vaya a influir en nuestro descanso nocturno.
Otro dato importante es que el sueño repercute en nuestra capacidad para aprender y automatizar nuevas habilidades, lo que es determinante en gran cantidad de deportes y ejercicios. Se han hecho estudios que demuestran que determinados atletas mejoran notablemente su capacidad de aprendizaje después de una noche de dormir correctamente, y podemos decir que ayuda tanto para aprender una nueva habilidad como para mejorar cualquier ejercicio. Un mejor entrenamiento llevará también a un mejor y más rápido progreso.
Durmiendo correctamente
Algunos consejos que pueden ayudarnos a mejorar la calidad del sueño son:
Dormir las horas necesarias. Aunque pueda parecer obvio, no es recomendable dormir menos horas de las necesarias, pero tampoco demasiadas.
Una siesta puede ser beneficiosa, siempre y cuando cuidemos realizarla en el momento adecuado y con la duración necesaria. Así evitaremos que el sueño nocturno se vea afectado, y aprovecharemos los beneficios que puede tener la siesta en los entrenamientos.
Se recomienda no comer justo antes de ir a dormir, ya que el organismo se encontrará haciendo la digestión, lo que hará más difícil tener un sueño adecuado y regular.
Evitar las bebidas con cafeína, el alcohol y el tabaco en la última parte del día. Sin embargo, si no es excesivamente tarde, cierta cantidad de cafeína puede beneficiar el rendimiento.
La actividad física puede ser una ayuda para conciliar el sueño, aunque no afecta de la misma manera a todo el mundo, y depende en gran medida de la duración de la actividad en cuestión. Debemos cuidar el ejercicio especialmente a última hora, y no realizarlo durante demasiado tiempo si comprobamos que no nos deja dormir. Sin embargo, hay gente que queda muy relajada, normalmente en ejercicios de duración más corta, por lo que el ejercicio tendrá el efecto contrario en este caso.
Controlar el ruido, la luz, la ropa y cualquier cosa que pueda perturbar la comodidad de nuestro sueño.
Tanto si somos deportistas como si no, estos consejos pueden mejorar nuestra calidad de vida, y en caso de hacer ejercicio, la mejor calidad del sueño indudablemente mejorará nuestros resultados.
Via sportadictos.com
La gran mayoría de la población adulta necesita dormir entre 7 y 8 horas diarias. Aunque este dato varía en cada persona, y va decreciendo según avanzamos en edad, podríamos aproximar que este dato es bastante adecuado en general. La cantidad y calidad del sueño influye en nuestra vida cotidiana, en el ritmo habitual que llevamos, por lo que nos afectará especialmente si nos marcamos objetivos deportivos. Un buen periodo de sueño nos permitirá superarnos día a día en nuestros entrenamientos.
Cómo influye en el entrenamiento
Mientras dormimos, nuestro cuerpo se recupera física y mentalmente, consolidando los recuerdos, la descarga emocional, el crecimiento mental y manteniendo el sistema inmunológico. Además, el 95% de la cantidad diaria de hormona del crecimiento se produce precisamente durante el sueño. Esta hormona es de gran importancia en deportistas, y reducirla afectaría al rendimiento. Un ejemplo en este sentido puede ser la siesta, ya que, vinculada a sesiones de fuerza, puede ser muy beneficiosa debido precisamente a que produce hormona del crecimiento. Hay que tener en cuenta que la siesta debe hacerse unas 8 horas después de despertarse por la mañana, siempre y cuando no vaya a influir en nuestro descanso nocturno.
Otro dato importante es que el sueño repercute en nuestra capacidad para aprender y automatizar nuevas habilidades, lo que es determinante en gran cantidad de deportes y ejercicios. Se han hecho estudios que demuestran que determinados atletas mejoran notablemente su capacidad de aprendizaje después de una noche de dormir correctamente, y podemos decir que ayuda tanto para aprender una nueva habilidad como para mejorar cualquier ejercicio. Un mejor entrenamiento llevará también a un mejor y más rápido progreso.
Durmiendo correctamente
Algunos consejos que pueden ayudarnos a mejorar la calidad del sueño son:
Dormir las horas necesarias. Aunque pueda parecer obvio, no es recomendable dormir menos horas de las necesarias, pero tampoco demasiadas.
Una siesta puede ser beneficiosa, siempre y cuando cuidemos realizarla en el momento adecuado y con la duración necesaria. Así evitaremos que el sueño nocturno se vea afectado, y aprovecharemos los beneficios que puede tener la siesta en los entrenamientos.
Se recomienda no comer justo antes de ir a dormir, ya que el organismo se encontrará haciendo la digestión, lo que hará más difícil tener un sueño adecuado y regular.
Evitar las bebidas con cafeína, el alcohol y el tabaco en la última parte del día. Sin embargo, si no es excesivamente tarde, cierta cantidad de cafeína puede beneficiar el rendimiento.
La actividad física puede ser una ayuda para conciliar el sueño, aunque no afecta de la misma manera a todo el mundo, y depende en gran medida de la duración de la actividad en cuestión. Debemos cuidar el ejercicio especialmente a última hora, y no realizarlo durante demasiado tiempo si comprobamos que no nos deja dormir. Sin embargo, hay gente que queda muy relajada, normalmente en ejercicios de duración más corta, por lo que el ejercicio tendrá el efecto contrario en este caso.
Controlar el ruido, la luz, la ropa y cualquier cosa que pueda perturbar la comodidad de nuestro sueño.
Tanto si somos deportistas como si no, estos consejos pueden mejorar nuestra calidad de vida, y en caso de hacer ejercicio, la mejor calidad del sueño indudablemente mejorará nuestros resultados.
Via sportadictos.com
¿Una ducha antes de dormir? Sí por favor
viernes, 21 de febrero de 2014
El flujo de agua continuo sobre el cuerpo, proporciona numerosos beneficios al organismo. El agua templada, dilata los vasos sanguíneos, baja el tono muscular, se distienden las articulaciones, nos induce a cierto estado de relajación, facilita la circulación sanguínea…Además del calor, el otro “culpable” de estos beneficiosos efectos es el movimiento del agua de la ducha, que actúa como una fuente de estimulación mecánica, imaginemos entonces, miles de partículas masajeando nuestra dermis y nuestros músculos.
Esta propiedad del agua en movimiento, potencia la acción sedante de la ducha. Por eso, si ésta ocurre aproximadamente una hora antes de dormir, nos ayudará a conciliar el sueño.
Por otro lado, existen varios factores que conciernen a la ducha que debemos tener en cuenta, si queremos beneficiarnos de su poder anti estrés. En primer lugar, la citada temperatura, que no debe superar los 38º grados. Una ducha demasiado caliente, puede provocar el efecto contrario al deseado, ya que se necesita una bajada de temperatura corporal para conciliar el sueño.
Muchos problemas de insomnio, parecen estar provocados por una dificultad del organismo para perder calor. La duración también es importante, (y dejando a un lado las cuestiones de cuidado del medio ambiente y ahorro), una ducha no debe durar más de cinco minutos, ya que bajo el agua el organismo está sometido a un exceso de actividad que puede provocar una sobre estimulación que nos impida conciliar el sueño.
Más allá de su efecto fisiológico, psicológicamente es un momento de desconexión con el exterior, y tenemos un pequeño espacio al final del día para estar con nosotros mismos. En general podemos decir, que después de una ducha, a todos nos invade una sensación de bienestar, salimos notando higiene profunda, y no hay nada más placentero que ponernos alguna ropa cómoda, y tumbarnos en un colchón que nos invite a abandonarnos “en brazos de Morfeo”. Un equipo de descanso con todas las propiedades necesarias para facilitarnos un reconfortable sueño, como los de Grupo Lo Monaco, avalados por expertos y años de experiencia en el sector.
Via salud.ideal.es
Esta propiedad del agua en movimiento, potencia la acción sedante de la ducha. Por eso, si ésta ocurre aproximadamente una hora antes de dormir, nos ayudará a conciliar el sueño.
Por otro lado, existen varios factores que conciernen a la ducha que debemos tener en cuenta, si queremos beneficiarnos de su poder anti estrés. En primer lugar, la citada temperatura, que no debe superar los 38º grados. Una ducha demasiado caliente, puede provocar el efecto contrario al deseado, ya que se necesita una bajada de temperatura corporal para conciliar el sueño.
Muchos problemas de insomnio, parecen estar provocados por una dificultad del organismo para perder calor. La duración también es importante, (y dejando a un lado las cuestiones de cuidado del medio ambiente y ahorro), una ducha no debe durar más de cinco minutos, ya que bajo el agua el organismo está sometido a un exceso de actividad que puede provocar una sobre estimulación que nos impida conciliar el sueño.
Más allá de su efecto fisiológico, psicológicamente es un momento de desconexión con el exterior, y tenemos un pequeño espacio al final del día para estar con nosotros mismos. En general podemos decir, que después de una ducha, a todos nos invade una sensación de bienestar, salimos notando higiene profunda, y no hay nada más placentero que ponernos alguna ropa cómoda, y tumbarnos en un colchón que nos invite a abandonarnos “en brazos de Morfeo”. Un equipo de descanso con todas las propiedades necesarias para facilitarnos un reconfortable sueño, como los de Grupo Lo Monaco, avalados por expertos y años de experiencia en el sector.
Via salud.ideal.es
Cuánto necesitan dormir los adolescentes
miércoles, 19 de febrero de 2014
Algunas pautas para que chicas y chicos descansen lo suficiente
Los adolescentes necesitan dormir unas nueve horas de media. Algunos estarán perfectamente tras ocho horas y media en la cama y otros no se sentirán descansados hasta haber dormido nueve y media pero entorno a esas horas son las que chicos y chicas de esa edad requieren para estar perfectamente descansados.
¿Duermen lo suficiente los adolescentes?
No, la mayoría de ellos tienen lo que se conoce como déficit crónico de sueño que no es otra cosa que falta de descanso acumulado tras pasar mucho tiempo seguido durmiendo menos de lo que necesitan. Se calcula que en la mayoría de los casos, los adolescentes descansan un 20% menos del tiempo que necesitarían para estar perfectamente bien.
¿La falta de sueño afecta a la vida de los adolescentes?
No dormir lo suficiente afecta negativamente a la vida de todas las personas pero en el caso de los adolescentes además los riesgos son mayores porque involucran muchos aspectos de sus vidas:
Se reduce el rendimiento escolar. Una de los principales consecuencias de la falta de sueño es que baja el rendimiento escolar. No es raro ya que al estar cansados, chicas y chicos tienen más dificultad para concentrase, mayores problemas de memoria y, en general, dificultades de aprendizaje.
Aumentan la depresión y la tristeza. El cansancio permanente ocasionado por dormir poco provoca en muchos casos un aumento de la tristeza y la irritabilidad y, en ocasiones, puede influir en la aparición de depresiones.
Dificulta la relación con la familia y los amigos.La sensación de tristeza, el humor cambiante y la irritabilidad hacen además que las relaciones con los demás se entorpezcan.
Baja el rendimiento deportivo. Un cuerpo cansado no puede dar tanto de sí como uno descansado y eso se advierte claramente en la práctica deportiva.
Aumenta el consumo de alimentos. Está demostrado que la sensación de sueño lleva a comer más con el riesgo de adquirir sobrepeso. También se ha observado que las personas cansadas recurren más a los estimulantes como la cafeína o el alcohol y el tabaco que son muy dañinos para los adolescentes.
¿Por qué los adolescentes se acuestan tan tarde?
Eso es algo en lo que coinciden la inmensa mayoría de los padres de adolescentes, cuando llegan a esa edad comienzan a acostarse mucho más tarde. Y también, siempre que pueden cuando no hay escuela, se levantan más tarde. La explicación a esta conducta es biológica. Se ha demostrado que el patrón de sueño de los adolescentes es diferente al del resto de las edades.
En la pubertad, los cuerpos de las chicas y los chicos sufren un retraso en la hora de tener sueño con respecto a lo que les ocurre a los niños y a los adultos. Esto es algo perfectamente normal y está relacionado con las hormonas. Pero a la vez provoca que los adolescentes duerman menos de lo que necesitan.
¿Qué puedo hacer para que mi hijo adolescente duerma más?
Para que los adolescentes duerman lo suficiente hay que enseñarles a seguir una serie de costumbres:
Fijar una hora para acostarse. Mientras que cuando son niños los padres no dudan en fijar una hora para que sus hijos se acuesten cuando llega la adolescencia esa disciplina se acaba. Pero es bueno que los padres de adolescentes sigan manteniendo una hora para que sus hijos se vayan a la cama. Que los adolescentes tengan horas fijas para acostarse y levantarse ayuda a sus cuerpos a seguir los patrones de sueño.
Mantener la habitación oscura, sin ruidos y sin calor. Está demostrado que esas son las mejores condiciones para conciliar el sueño y descansar durante la noche.
Evitar actividades estresantes antes de ir a dormir. Deben evitar hacer una actividad deportiva al menos cinco horas antes de irse a la cama, también es bueno que eviten cualquier ocupación como juegos o películas violentas. Lo más adecuado al prepararse para ir a la cama es hacer unos minutos de meditación o escuchar música relajante.
No comer ni tomar estimulantes antes de dormir. Evitar comidas copiosas en las horas inmediatas a la de ir a la cama así como no consumir estimulantes como cafeína es también una medida muy útil para descansar bien.
Via adolescentes.about.com
Consejos útiles para problemas de sueño y descanso en personas mayores
lunes, 17 de febrero de 2014
Casi nunca le prestamos atención a las noches que pasamos sin dormir bien y mucho es el daño que le causa a nuestra salud y cuerpo la falta de sueño. Conoce aquí las razones de por qué debemos dormir bien, sobre todo para las personas mayores.
A medida que envejecemos experimentamos cambios normales en nuestros patrones de sueño. Podemos llegar a tener sueño más temprano de lo normal, despertarnos más temprano en la mañana y disfrutar de un sueño menos profundo. Sin embargo, trastornos del sueño, despertarse cansado todos los días y otros síntomas del insomnio son una parte normal del envejecimiento.
El sueño es tan importante para nuestra salud física y emocional tanto cuando estábamos pequeños, como cuando entramos en la etapa adulta.
Los malos hábitos de sueño, la falta de ejercicio, una dieta poco saludable, los trastornos del sueño sin tratar, así como otros problemas médicos pueden contribuir al insomnio en los adultos mayores. Para mejorar tu calidad de sueño es importante entender las causas de los problemas y hacer los cambios de estilo de vida necesarios.
Importancia del sueño para las personas mayores
No importa cuál sea tu edad, dormir bien es esencial para la salud física y bienestar emocional. Para los mayores, una noche de sueño reparador es especialmente importante porque ayuda a mejorar la concentración y la formación de la memoria, permite al cuerpo reparar cualquier daño a las células que se produjeron durante el día y se actualiza el sistema inmunológico, que a su vez ayuda a prevenir enfermedades.
Muchos médicos consideran que el sueño debe ser un instrumento de salud de una persona, como tomar la temperatura. Los adultos mayores que no duermen bien son más propensos a sufrir problemas de depresión, atención y memoria y la somnolencia diurna excesiva. También son propensos a sufrir más caídas durante la noche, aumentan la sensibilidad al dolor y el uso de pastillas para dormir más recetados o de venta libre. La falta de sueño también puede conducir a muchos problemas de salud graves en los adultos mayores, incluyendo un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes, problemas de peso y cáncer de mama en las mujeres.
¿Cuánto sueño se necesita para personas mayores?
Aunque los requisitos de sueño varían de persona a persona, la mayoría de adultos sanos tienden a requerir entre cinco, siete y nueve horas de sueño por cada noche para funcionar en su mejor momento. Un estudio reciente de los Institutos Nacionales de la Salud, sugiere que las personas mayores sanas pueden necesitar dormir alrededor de 1,5 horas menos que los adultos jóvenes, un promedio de 7.5 horas por noche. El estudio indicó además que las personas mayores duermen menos aún cuando se les da la oportunidad de dormir más, esto debido a la edad, relacionada con los cambios en la capacidad de conciliar el sueño y permanecer dormido.
Si bien los resultados del estudio pueden no ser concluyentes, es importante centrarse más en cómo se siente después de una noche de sueño en lugar de un número específico de horas que duerme. La calidad es tan importante como la cantidad. Algunas personas mayores creen erróneamente que tienen un problema para dormir, ya que van a la cama esperando a ser dormido por ocho o nueve horas por noche, e incluso sin necesidad de empezar a usar medicamentos para ayudar a dormir más. Despertarse con frecuencia no sentirse descansado o se siente cansado durante el día son los mejores indicios de que no estás durmiendo lo suficiente durante la noche y pueden tener un problema de sueño que necesita ser tratado.
Comprender cómo cambia en el sueño con la edad
Algunos cambios en el sueño son naturales con la edad. Tu cuerpo produce niveles más bajos de la hormona del crecimiento, por lo que tenderá a experimentar una disminución de la onda lenta o sueño profundo y menos melatonina, a menudo significa un sueño más fragmentado (los ciclos de sueño más rápido) y más despertares entre los ciclos de sueño.
A medida que tu ritmo circadiano (el reloj interno que te dice cuándo dormir y cuándo despertar) produce cambios, puedes encontrarte con el deseo de ir a dormir temprano en la noche y despertarse temprano por la mañana. Si no se ajusta tu hora de dormir a estos cambios, puedes encontrar que tienes dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido.
Los adultos mayores también tienden a despertarse más a menudo durante la noche. En consecuencia, es posible que tengas que pasar tiempo en la cama por la noche para obtener las horas de sueño que necesitas, o puede que tengas que hacer frente al déficit de tomar una siesta durante el día. En la mayoría de los casos, estos cambios de sueño son normales y no indican un problema de sueño.
Via infodescanso.com
En la cama, ¿eres alondra o búho?
sábado, 15 de febrero de 2014
Los humanos somos diurnos, pero con diferentes ritmos: hay quienes madrugan más y otros alargan la jornada por la noche
Independientemente del dormilón que seas, tener un sueño reparador es fundamental para la salud
Un 30% de los españoles sufre trastornos del sueño alguna vez en su vida
La luna me quita el sueño
VIDA & ARTES: Seis horas de sueño bastan (para el 5%)
De lado o boca arriba, en colchón de muelles o viscolátex, solo o acompañado, en pijama o sin él. Hay tantas maneras de dormir como personas. Aunque los seres humanos tenemos en común que somos animales diurnos. Hay, sin embargo, quienes son más madrugadores y activos por la mañana –conocidos como alondras-- y otros que alargan la jornada hasta la madrugada porque se sienten más productivos por la tarde –los búhos--. Estas diferencias pueden deberse a razones fisiológicas, pero también culturales y de costumbres.
“Todos tenemos un reloj interno biológico que se sincroniza con factores externos. En el caso del sueño esa sincronización se da con la luz. Dormimos por la noche y estamos activos durante el día”, explica Odile Romero, neurofisióloga, jefa de la unidad multidisciplinar del sueño del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Ese reloj biológico, que en el caso del sueño reside en el cerebro, es el responsable de mantener los ritmos circadianos, es decir, que determinadas funciones se repitan todos los días a la misma hora, por ejemplo: dormir.
“Los relojes internos son muy parecidos en todas las personas en lo que a sueño se refiere. Pero hay gente más madrugadora y gente a la que le cuesta levantarse”, detalla Romero. “Los primeros son de tipo mañana, por lo general nos referimos a estas personas como ‘alondras’; y otros tienen dificultad para despertarse o sentirse alerta por la mañana, son las personas tipo noche o ‘búhos”, explica Enric Zamorano, coordinador grupo de trabajo de la Sección Sueño de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
También hay pequeñas variaciones en el tiempo necesario para tener un sueño reparador. Lo estándar es dormir siete u ocho horas. “Aunque hay dormidores cortos, que con cinco o seis horas se encuentran bien, y dormidores largos, que necesitan nueve o diez horas. Sin que eso sea un problema”, especifica Romero. “¿Cómo se sabe que estas variaciones no son una enfermedad? Cuando en la vigilia la persona está bien, descansada y activa”.
Independientemente del tipo de dormilón que sea cada uno, lo verdaderamente importante es dormir el tiempo necesario con una buena calidad de sueño. Es decir: descansar. Pese a la importancia de esta función vital para el bienestar, y los problemas derivados de los trastornos del sueño, todavía hay desconocimiento por parte de la sociedad y algunos facultativos, opina el doctor Hernando Pérez Díaz, coordinador del grupo de estudio de trastornos de la vigilia y sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
“Si se ve a un compañero de trabajo adormilado durante el día, se tiende a pensar que es un vago o un juerguista porque se presupone que trasnocha. Pero no necesariamente es así”, apunta Pérez Díaz. “También hay gente que asume que sus problemas les vienen de fábrica y no piensan que tienen un problema del sueño”, añade.
En torno al 30 % de la población española padece trastorno del sueño en algún momento de su vida, y hasta un 4 % de forma crónica, según datos de marzo de 2013 de la Sociedad Española de Neurología. Pero solo un pequeño porcentaje llega a ser diagnosticado por los profesionales clínicos, alerta la organización. En el resto del mundo la situación no es mejor. Menos de la mitad de la población evaluada en el primer estudio comparativo de seis países --EE UU, Canadá, Japón, México, Reino Unido y Alemania—presentado el pasado septiembre por la National Sleep Fountation estadounidense, declaró que dormían bien regularmente.
Los trastornos más comunes son, según los profesionales, el insomnio, la hipersomnia (tener sueño durante todo el día), la apnea (cuando se corta la respiración mientras se duerme) o el síndrome de piernas inquietas. “El más grave es la apnea, no solo porque interrumpe el sueño sino porque puede derivar en problemas cerebro-cardiovasculares, y cuando ocurre hay que acudir al médico”, apunta Pérez Díaz.
El doctor de la SEN subraya que el trastorno más frecuente es, no obstante, el insomnio. “Se da normalmente en personas que tienen tendencia a la ansiedad”, afirma. Una circunstancia que aumenta con la crisis, según Romero. “El estrés y las preocupaciones derivados de la situación económica influyen mucho. La gente intenta resolver los problemas en la cama y eso no puede ser. La cama es para dormir”, subraya la responsable de la unidad de sueño del Hospital Vall d'Hebron. Una opinión compartida por la SEN, que señalaba en un informe el pasado marzo, con motivo del Día Mundial del Sueño, que un indicador de este aumento es la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas, en el que se señalaba que, en los últimos seis años, se ha duplicado el número de personas que consumen somníferos, tranquilizantes o sedantes.
“Los factores que predisponen al insomnio son hereditarios (o genéticos), psicológicos o la edad”, dice Zamorano. “Pero lo que precipita su aparición suelen ser situaciones estresantes, turnos de trabajo que alteran el ritmo de sueño-vigilia e incluso algunas enfermedades y medicamentos”, añade.
Las causas pueden ser muy distintas. Y no todos los insomnios son iguales. “El más conocido es de conciliación, pero también hay despertar precoz, o de fragmentación, cuando la persona se despierta varias veces durante la noche”, detalla Pérez Díaz. Estos son algunos ejemplos. Pero el resultado es común: no se duerme la cantidad de horas necesarias para que el sueño sea reparador.
Los malos hábitos o ciertas costumbres sociales pueden ser asimismo desencadenantes, además del estrés, de situaciones de insomnio que de no atajarse a tiempo, pueden cronificarse. “La mayoría de las personas no duermen lo suficiente. Somos una sociedad que quema la vela por los dos extremos. La gente permanece despierta toda la noche para estudiar, trabajar o divertirse. Sin embargo, funcionar sin un sueño adecuado produce consecuencias negativas a corto y largo plazo”, afirma Enric Zamorano.
“A corto plazo, la falta de sueño adecuado puede afectar al juicio, el estado de ánimo, la capacidad de aprender y retener información, y puede aumentar el riesgo de accidentes y lesiones graves. A largo plazo, la privación crónica del sueño puede conducir a una serie de problemas de salud como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, e incluso mortalidad prematura”, abunda el experto.
Mientras que para el tratamiento de la apnea o la hipersomnia es necesario visitar al médico; para evitar el insomnio hay pautas de higiene del sueño. Así, mantener un horario fijo de irse a la cama, evitar hacer actividades estimulantes en las dos horas previas, hacer deporte (pero durante el día), dormir en una habitación oscura y sin ruidos o no cenar muy tarde, son hábitos sencillos para que el colchón no se convierta en el enemigo.
La meditación o ciertas técnicas de relajación también “pueden ir muy bien”, dice Romero. “Es más beneficioso y curativo que la medicación, que resuelve el problema alguna noche, pero con el riesgo de la adicción”, añade. En este sentido, el estudio de la National Sleep Foundation de EE UU, revela que la mitad de estadounidenses y mexicanos meditan antes de dormir para conciliar mejor el sueño. Aunque ver la televisión es, de lejos, la actividad más común en las horas previas antes de irse a la cama.
“Ver la televisión, escuchar la radio o leer, no son actividades que dificulten conciliar el sueño siempre que nos resulten aburridas o relajantes. Si la lectura o el programa te interesan mucho y te mantienen alerta, te activarán y dificultarán que te duermas”, apostilla Romero. La experta matiza que, pese a las características y consejos comunes, lo de dormir es muy personal y, cuando surgen problemas, cada paciente necesita “un traje a medida”. Y no es el pijama.
Mi habitación, mi templo
Entre los hábitos saludables para conseguir dormir las horas necesarias y con un sueño de calidad, la decoración, luminosidad y hasta el olor del dormitorio pueden influir.
Los expertos recomiendan pintar las paredes de la habitación con tonos suaves y que la oscuridad sea total en las horas nocturnas. Se trata de dejarle claro al cerebro, a ese reloj interno que se guía por la luz, que es de noche y toca dormir, explica el doctor Hernando Pérez, de la Sociedad Española de Neurología.
Asimismo, hay que evitar tener dispositivos electrónicos en el dormitorio, sobre todo, la televisión. Mucho menos, el portátil para trabajar. Pero tampoco relojes que se vean desde la cama, advierte Odile Romero, jefa de la unidad del sueño del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. “Si no podemos conciliar el sueño y estamos continuamente mirando la hora, nos agobiaremos y dificultaremos nuestro propio descanso”, explica.
El olor en la alcoba también es importante. Así lo reveló la investigación comparativa de la National Sleep Foundation de EE UU. Casi el 80 % de los encuestados (estadounidenses, alemanes, británicos, mexicanos, canadienses y japoneses) declararon que se sentían más relajados si su dormitorio tenía un perfume fresco y agradable.
En cuanto a los tipos de colchón, almohadas o incluso las posturas que se toman en ellos, la regla básica es "sentirse cómodo", dice Odile Romero, jefa de la unidad del sueño del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Si bien, recomienda cojines gruesos para las personas que duerman de lado porque “es necesario rellenar el hueco entre el hombro y la cabeza para evitar problemas cervicales”.
10 Consejos para un sueño reparador
Además de las pautas para hacer del dormitorio un templo del buen dormir, hay hábitos de higiene del sueño, que no es solo lavarse los dientes antes de meterse en la cama, para evitar la aparición de trastornos.
1. Hacer ejercicio físico durante el día. Evitar que sea en las horas previas antes de irse a dormir, porque se conseguirá el efecto contrario: el cuerpo y la mente se activarán.
2. Tener horarios fijos. Acostarse y levantarse a la misma hora cada día, aunque sea fin de semana.
3. Darle claves a nuestro cerebro de que ha llegado la hora de dormir con rutinas. Por ejemplo, cepillarse los dientes o tomar un vaso de leche caliente (que además ayuda a conciliar el sueño).
4. Evitar tener dispositivos electrónicos cerca.
5. Evitar elementos de control horario a la vista.
6. En caso de escuchar la radio o ver la televisión, que sean programas que no interesen.
7. Leer en la cama no es un mal hábito siempre y cuando se haga con una luz tenue y la lectura no sea apasionada.
8. No cenar muy tarde. Las digestiones pesadas o los reflujos pueden perturbar el sueño.
9. No tomar bebidas estimulantes como café, refresco de cola o té en las horas previas.
10. Y, sobre todo, no llevarse las preocupaciones a la cama. Los expertos recomiendan tener un diario en la mesilla en el que anotar los temas pendientes. Así, los podrá abordar al despertar, pero no cuando lo que toca es dormir. Se acabó eso de consultar los problemas con la almohada.
11. Si no puede dormir, vaya a otra habitación e intente hacer algo relajante. Esto ayuda a no asociar el dormitorio con el insomnio.
12. Si detecta que deja de respirar durante la noche, que le tiemblan las piernas o tiene sueño durante todo el día aunque haya dormido suficientes hora, consulte con el médico para que le haga un estudio del sueño.
Fuente sociedad.elpais.com
Dormir mal y Desnutrición son causantes de enfermedades respiratorias
jueves, 13 de febrero de 2014
El frío no provoca los constantes padecimientos respiratorios, una mala alimentación y dormir mal podrían ser los responsables
La mayoría piensa que la temporada de frío es la única causante de las enfermedades respiratorias; sin embargo es que la desnutrición, no dormir bien, habitar en una casa sin ventilación apropiada o que no tenga condiciones higiénicas adecuadas, propicia que una persona enferme con facilidad.
La enfermedad no viene por las bajas temperatura
De acuerdo con el científico Marco Antonio Vega López, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), en México se reportan anualmente más de 20 millones de casos de enfermedades respiratorias agudas, y consideró que debe haber una cantidad similar que no son reportados.
"La gente tiene la idea de que la enfermedad viene por la baja en la temperatura y no es así, en realidad la enfermedad viene porque te infectas con un microbio", indicó en un comunicado.
Las posibilidades de contagio
El especialista adscrito al Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav detalló que hay dos posibilidades de contagio.
1) Que el agente infeccioso viva en el cuerpo de manera equilibrada porque nuestro sistema inmune así lo mantiene.
2) Por el contacto con una persona enferma, de tal manera que el sistema no lo puede controlar.
No causa la enfermedad pero sí influye
A pesar de no ser el causante de la enfermedad el frío sí tiene una influencia, aunque no es determinante. Sin embargo, las bajas temperaturas afectan las defensas que tiene el tracto respiratorio, pues interviene en la motilidad de los cilios, que son las vellosidades encargadas de limpiar la mucosidad del tracto.
Los cilios están en la superficie de las células del epitelio respiratorio y se mueven constantemente para empujar la mucosidad que retienen y expulsan a los virus, cuando la temperatura desciende se paralizan y dejan de funcionar adecuadamente, permitiendo a los virus atravesarla e infectarla, agregó.
Buena alimentación podría evitar contagio
El experto del Cinvestav destacó que una buena alimentación y la práctica de hábitos saludables pueden evitar que el frío detone enfermedades.
En el caso de temperaturas altas durante el verano las personas también padecen malestares, aunque la mucosa que se ve más afectada es la gastrointestinal, por lo que no necesariamente las enfermedades aparecen según las condiciones climáticas, expuso.
"El estado nutricional de la gente es fundamental, porque si el sistema inmune no tiene elementos de donde echar mano para defenderse, las personas son más susceptibles a enfermedades", consideró el investigador.
Vega López, quien investiga la inmunobiología de las mucosas, destacó que en el caso de los niños, la composición del moco difiere de los adultos, ya que es menos protector; asimismo, en los adultos mayores, que generalmente padecen de alergias o padecimientos como diabetes, su sistema inmune deja de funcionar al ciento por ciento.
Resulta curioso que determinadas personas se enfermen más que otras, incluso dentro de una misma familia, pero en realidad no es difícil de comprender; los virus pueden infectar a todos los integrantes sin necesariamente provocar algún padecimiento, señaló.
¿Te has enfermado de gripe o algún padecimiento respiratorio últimamente?
Fuente esmas.com
La mayoría piensa que la temporada de frío es la única causante de las enfermedades respiratorias; sin embargo es que la desnutrición, no dormir bien, habitar en una casa sin ventilación apropiada o que no tenga condiciones higiénicas adecuadas, propicia que una persona enferme con facilidad.
La enfermedad no viene por las bajas temperatura
De acuerdo con el científico Marco Antonio Vega López, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), en México se reportan anualmente más de 20 millones de casos de enfermedades respiratorias agudas, y consideró que debe haber una cantidad similar que no son reportados.
"La gente tiene la idea de que la enfermedad viene por la baja en la temperatura y no es así, en realidad la enfermedad viene porque te infectas con un microbio", indicó en un comunicado.
Las posibilidades de contagio
El especialista adscrito al Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav detalló que hay dos posibilidades de contagio.
1) Que el agente infeccioso viva en el cuerpo de manera equilibrada porque nuestro sistema inmune así lo mantiene.
2) Por el contacto con una persona enferma, de tal manera que el sistema no lo puede controlar.
No causa la enfermedad pero sí influye
A pesar de no ser el causante de la enfermedad el frío sí tiene una influencia, aunque no es determinante. Sin embargo, las bajas temperaturas afectan las defensas que tiene el tracto respiratorio, pues interviene en la motilidad de los cilios, que son las vellosidades encargadas de limpiar la mucosidad del tracto.
Los cilios están en la superficie de las células del epitelio respiratorio y se mueven constantemente para empujar la mucosidad que retienen y expulsan a los virus, cuando la temperatura desciende se paralizan y dejan de funcionar adecuadamente, permitiendo a los virus atravesarla e infectarla, agregó.
Buena alimentación podría evitar contagio
El experto del Cinvestav destacó que una buena alimentación y la práctica de hábitos saludables pueden evitar que el frío detone enfermedades.
En el caso de temperaturas altas durante el verano las personas también padecen malestares, aunque la mucosa que se ve más afectada es la gastrointestinal, por lo que no necesariamente las enfermedades aparecen según las condiciones climáticas, expuso.
"El estado nutricional de la gente es fundamental, porque si el sistema inmune no tiene elementos de donde echar mano para defenderse, las personas son más susceptibles a enfermedades", consideró el investigador.
Vega López, quien investiga la inmunobiología de las mucosas, destacó que en el caso de los niños, la composición del moco difiere de los adultos, ya que es menos protector; asimismo, en los adultos mayores, que generalmente padecen de alergias o padecimientos como diabetes, su sistema inmune deja de funcionar al ciento por ciento.
Resulta curioso que determinadas personas se enfermen más que otras, incluso dentro de una misma familia, pero en realidad no es difícil de comprender; los virus pueden infectar a todos los integrantes sin necesariamente provocar algún padecimiento, señaló.
¿Te has enfermado de gripe o algún padecimiento respiratorio últimamente?
Fuente esmas.com
Dormir mucho durante el fin de semana no alcanza para compensar días de poco descanso
miércoles, 12 de febrero de 2014
Mucha gente lo logra dormir de lunes a viernes entre 7 y 8 horas por noche, tal como recomiendan los expertos. Resultados de una investigación estadounidense mostraron que el descanso que se obtiene entre sábado y domingo no evita el déficit de atención y la lentitud en las reacciones que son generadas por el agotamiento acumulado.
No es posible recuperarse totalmente después de una semana de dormir poco o mal, aun cuando el descanso sea amplio durante el sábado y domingo. Así lo evidencia la principal conclusión de un trabajo llevado adelante por investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, que forma parte de la más reciente edición del journal Sleep.
¿Por qué? Dormir sólo entre cuatro y cinco horas por día de lunes a viernes progresivamente va creando una “deuda de sueño” que se manifiesta en la pérdida de la capacidad de prestar atención, así como también en la lentitud de movimiento y pensamiento, y que no es posible paliar durmiendo más tiempo los fines de semana.
Si bien obviamente la cantidad de horas de sueño requeridas depende de las actividades y el desgaste generado durante el día, por lo general los jóvenes y adultos deberían dormir entre siete y ocho horas diarias, mientras que para los adolescentes y niños la recomendación habla de entre diez y once.
Esto es muy importante porque la falta de descanso condiciona la posibilidad de desarrollar actividades durante el día, pero además y como fue mencionado en la investigación de la cual participaron 159 adultos sanos de entre 22 y 45 años, genera el desarrollo de daños neurocoductuales como disminución de la capacidad de atención o lentitud en las reacciones.
Para el estudio, el equipo liderado por el doctor David Dinges experto en Psiquiatría Experimental, dividió a los voluntarios en tres grupos. Los primeros cinco días todos durmieron sólo cuatro horas (de 4 a 8 am), mientras que a partir de la sexta noche algunos descansaron 10 horas, otros un poco menos y los integrantes del tercer grupo no durmieron.
“Como esperábamos, la recuperación de las capacidades estuvo en relación con el tiempo de descanso: los que mejores resultados obtuvieron en las pruebas fueron los que más habían dormido. No obstante, se pudo comprobar que ni siquiera éstos habían reparado sus habilidades por completo, debido al cansancio acumulado de los días anteriores”, sostuvieron los responsables de la investigación.
“Por eso decimos que el deterioro mental generado por un mal descanso continuado puede inclusive llegar a ser tan importante como el provocado por la privación total del sueño, dado que ‘la deuda’ se extiende en el tiempo”, agregaron.
Para conocer un poco más sobre este tema PRO-SALUD News consultó al doctor Daniel Cardinali, médico neurólogo especialista en Fisiología y Trastornos del sueño, investigador superior del CONICET y director del Departamento de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica Argentina (UCA).
“La investigación liderada por el Dr. Dinges -quién realmente es una autoridad en la materia- está en línea con todo aquello que actualmente postula la medicina del sueño, y cuyo paradigma principal pasa por pensar cómo se puede hacer para recuperar lo que se denomina ‘deuda del sueño’ y que claramente interviene en la cognición y en los procesos cerebrales”.
Mientras el sueño REM, aquel que debe su nombre a los movimientos oculares rápidos y que se desarrolla cada noche hacia el final de la misma puede ser recuperado de manera fragmentada, el sueño lento debe recuperarse totalmente para garantizar un correcto funcionamiento cerebral y fisiológico.
“Si pensamos en los parámetros propuestos por el estudio, esto quiere decir que una persona que duerme cuatro horas por noche, cuando las recomendaciones postulan que lo ideal es ocho, al cabo de los cinco días de la semana se encontrará con una deuda de 20 horas de sueño (número que sale del cálculo cuatro por cinco). A su vez si consideramos que el 75 por ciento de ésas corresponden al sueño lento que, como dijimos, debe ser recuperado en su totalidad hallaremos que para aliviar el cansancio de la semana, una persona debería dormir entre 16 y 20 horas por fin de semana”, explicó el doctor Cardinali.
“El problema es que muchos creen que con esto sólo alcanza y aún cuando lo cumplen, cosa que en algunos casos no es posible porque el fin de semana también se trabaja, o porque se tienen muchas preocupaciones, o simplemente porque el organismo está acostumbrado a dormir menos, la deuda de sueño sigue sin poder saldarse porque lo ideal no es descansar mal durante la semana y dormir hasta cualquier hora sábado y domingo, sino que dada la relevancia que tiene el sueño desde el punto de vista fisiológico, deberíamos ser capaces de encontrar un equilibrio”, concluyó el especialista, quién expuso que una relación posible de llevar a cabo sería “dormir seis horas de sueño de lunes a viernes y nueve los días sábado y domingo”.
Cabe remarcar que con 159 participantes, 12 días en laboratorio y 2.000 horas de experimentación, el estudio del doctor Dinges es el más grande en su área realizado hasta la fecha.
Fuente bureaudesalud.com
No es posible recuperarse totalmente después de una semana de dormir poco o mal, aun cuando el descanso sea amplio durante el sábado y domingo. Así lo evidencia la principal conclusión de un trabajo llevado adelante por investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, que forma parte de la más reciente edición del journal Sleep.
¿Por qué? Dormir sólo entre cuatro y cinco horas por día de lunes a viernes progresivamente va creando una “deuda de sueño” que se manifiesta en la pérdida de la capacidad de prestar atención, así como también en la lentitud de movimiento y pensamiento, y que no es posible paliar durmiendo más tiempo los fines de semana.
Si bien obviamente la cantidad de horas de sueño requeridas depende de las actividades y el desgaste generado durante el día, por lo general los jóvenes y adultos deberían dormir entre siete y ocho horas diarias, mientras que para los adolescentes y niños la recomendación habla de entre diez y once.
Esto es muy importante porque la falta de descanso condiciona la posibilidad de desarrollar actividades durante el día, pero además y como fue mencionado en la investigación de la cual participaron 159 adultos sanos de entre 22 y 45 años, genera el desarrollo de daños neurocoductuales como disminución de la capacidad de atención o lentitud en las reacciones.
Para el estudio, el equipo liderado por el doctor David Dinges experto en Psiquiatría Experimental, dividió a los voluntarios en tres grupos. Los primeros cinco días todos durmieron sólo cuatro horas (de 4 a 8 am), mientras que a partir de la sexta noche algunos descansaron 10 horas, otros un poco menos y los integrantes del tercer grupo no durmieron.
“Como esperábamos, la recuperación de las capacidades estuvo en relación con el tiempo de descanso: los que mejores resultados obtuvieron en las pruebas fueron los que más habían dormido. No obstante, se pudo comprobar que ni siquiera éstos habían reparado sus habilidades por completo, debido al cansancio acumulado de los días anteriores”, sostuvieron los responsables de la investigación.
“Por eso decimos que el deterioro mental generado por un mal descanso continuado puede inclusive llegar a ser tan importante como el provocado por la privación total del sueño, dado que ‘la deuda’ se extiende en el tiempo”, agregaron.
Para conocer un poco más sobre este tema PRO-SALUD News consultó al doctor Daniel Cardinali, médico neurólogo especialista en Fisiología y Trastornos del sueño, investigador superior del CONICET y director del Departamento de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica Argentina (UCA).
“La investigación liderada por el Dr. Dinges -quién realmente es una autoridad en la materia- está en línea con todo aquello que actualmente postula la medicina del sueño, y cuyo paradigma principal pasa por pensar cómo se puede hacer para recuperar lo que se denomina ‘deuda del sueño’ y que claramente interviene en la cognición y en los procesos cerebrales”.
Mientras el sueño REM, aquel que debe su nombre a los movimientos oculares rápidos y que se desarrolla cada noche hacia el final de la misma puede ser recuperado de manera fragmentada, el sueño lento debe recuperarse totalmente para garantizar un correcto funcionamiento cerebral y fisiológico.
“Si pensamos en los parámetros propuestos por el estudio, esto quiere decir que una persona que duerme cuatro horas por noche, cuando las recomendaciones postulan que lo ideal es ocho, al cabo de los cinco días de la semana se encontrará con una deuda de 20 horas de sueño (número que sale del cálculo cuatro por cinco). A su vez si consideramos que el 75 por ciento de ésas corresponden al sueño lento que, como dijimos, debe ser recuperado en su totalidad hallaremos que para aliviar el cansancio de la semana, una persona debería dormir entre 16 y 20 horas por fin de semana”, explicó el doctor Cardinali.
“El problema es que muchos creen que con esto sólo alcanza y aún cuando lo cumplen, cosa que en algunos casos no es posible porque el fin de semana también se trabaja, o porque se tienen muchas preocupaciones, o simplemente porque el organismo está acostumbrado a dormir menos, la deuda de sueño sigue sin poder saldarse porque lo ideal no es descansar mal durante la semana y dormir hasta cualquier hora sábado y domingo, sino que dada la relevancia que tiene el sueño desde el punto de vista fisiológico, deberíamos ser capaces de encontrar un equilibrio”, concluyó el especialista, quién expuso que una relación posible de llevar a cabo sería “dormir seis horas de sueño de lunes a viernes y nueve los días sábado y domingo”.
Cabe remarcar que con 159 participantes, 12 días en laboratorio y 2.000 horas de experimentación, el estudio del doctor Dinges es el más grande en su área realizado hasta la fecha.
Fuente bureaudesalud.com
Cómo dormir bien
martes, 11 de febrero de 2014
Los propios “expertos en sueño” de Somilar desean darle algunos consejos para ayudarle a cuidar de usted mismo y de su cama, así como exponerle algunos conceptos básicos sobre cómo dormir bien por la noche.
La Postura Perfecta para Dormir
Boca arriba: La mejor posición es tumbarse de esta forma. Es aconsejable tenerlo en mente si tiene un colchón relativamente blando o duerme en una cama supletoria. Un buen truco es colocar una almohada bajo las rodillas para relajar la espalda.
Boca abajo: Tumbarse boca abajo no es una buena posición para dormir durante un periodo de tiempo largo. Es más fácil que la espalda se arquee demasiado, lo que resulta extremadamente agotador. El cuello se dobla y se gira hacia atrás, y esto tampoco es beneficioso. También es más fácil desarrollar dolor de cuello y que se le duerman los brazos. Sin embargo, si sigue prefiriendo dormir boca abajo, es mejor escoger un colchón relativamente firme y colocar una almohada debajo de la pelvis.
De lado: Reposar sobre el costado es una buena posición para dormir. Al tumbarse con las piernas en paralelo, con las rodillas ligeramente flexionadas, las caderas y los hombros en posición vertical y los brazos por delante del cuerpo, estará durmiendo en una posición casi perfecta.
Mujer durmiendo mientras abraza una almohada
Para obtener una posición correcta para dormir, es fundamental no solo tener en cuenta la espalda, sino también la columna vertebral o el cuello, debiendo otorgarle la misma importancia. Si el cuello se encuentra en una posición incorrecta, el resto de la espalda se verá afectada.
Una almohada de grosor correcto realzará los efectos de un buen colchón, al igual que si es inadecuada hará el efecto contrario. En la colección de Somilar podrán encontrar una selección de almohadas desde fibra, fibra con tacto pluma, fibra con copos de latex, viscoelastica, latex, y gel, un abanico de posibilidades que seguro darán satisfacción a nuestro cliente.
Dedicamos 1/3 de nuestra Vida a dormir
7,5h. al día. 299h. al mes
1,3 semanas al mes 2745h. al año
5,6 semanas al año
Si vive 75 años, serán 205.875 horas o 23,5 años de su vida.
¿Por qué es Importante Dormir Bien por la noche?
Dormir es condición indispensable para la vida, un estado esencial sin el que las personas y los animales no pueden sobrevivir durante muchos días.
A corto plazo, dormir mal o la falta de sueño produce dificultades de concentración, mal humor, y hace peligrosa la conducción.
A largo plazo, produce una menor resistencia a las enfermedades, acelera el proceso de envejecimiento, consume nuestra energía y tiene consecuencias sociales.
El sueño atraviesa varias fases durante la noche. Empieza con una fase de sueño ligero seguida de un sueño cada vez más profundo. El objetivo es lograr un mínimo de dos horas de sueño profundo durante la noche. Caso contrario y como se ha mencionado nos afectará negativamente. Podemos pensar que dormimos bien, y realmente nos movemos en exceso debido a ruidos o factores que nos alteran. Estas interrupciones de nuestro sueño provocan que no estemos realmente descansados cuando nos levantamos.
Consejos para dormir bien
La mejor temperatura para dormir es entre 16-18º
La humedad debe ser del 45-55% aproximadamente
El aire debe ser limpio y renovado
Debemos estar lo más oscuros posible
Debemos estar lo más silencioso y tranquilo posible
La calidad y el patrón de sueño cambian a lo largo de los años, lo que significa que la necesidad de una buena cama aumenta con la edad. También es importante pensar en los más jóvenes. Necesitan establecer buenos hábitos y entender en qué consiste un descanso confortable, incluso en los primeros años de la infancia. Si lo hacen, lo mantendrán cuando sean adultos.
Toda esta explicación, nos debe de hacer conscientes de la importancia de nuestro trabajo y la de asesorar correctamente a nuestros clientes.
Va somilar.com
Qué hacer y qué no para dormir con un resfriado
domingo, 9 de febrero de 2014
Los síntomas de gripes y resfriados pueden hacer difícil tener una buena noche de sueño. Es muy perjudicial porque es muy importante para la salud las buenas noches de sueño.
Cuando estamos enfermos, los efectos de poco o ningún descanso se amplían, y pueden empeorar los síntomas de gripes y resfriados. Dar a su cuerpo la posibilidad de descansar todo lo que necesita es importante para ayudarlo a sentirse mejor. Presentamos una serie de acciones que se debe o no hacer cuándo estamos con gripe o resfriados:
Qué hacer para dormir enfermo
Organice sus horarios de sueño y de a su cuerpo todo el descanso que necesita.
Tome medicamento para los síntomas de la gripe o resfriado a la noche para aliviar la tos y poder dormir.
Intente usar un humidificador o descongestionante nasal que no sea estimulante. Puede ayudarlo a mantener la respiración más libre y de esa forma dormir mejor.
Consulte a su médico/farmacéutico
Qué no hacer a la hora de dormir cuando está enfermo
No use su habitación para las actividades estresantes, como pagar cuentas, hacer trabajos de oficina, o incluso mirar televisión. Todas esas actividades pueden inhibir su capacidad de relajar cuando es hora de dormir. Es una buena idea seguir este consejo, todas las noches, pero es más importante aún cuando está enfermo. Como la mayoría de la gente acumula trabajo cuando se queda en casa, no intente resolver todo antes de dormir. En su lugar, aproveche su noche de sueño, y deje el trabajo para el día siguiente.
A mucha gente le gusta dormir en ambientes más fríos. Cuidado con no exagerar y despertarse temblando en el medio de la noche.
Si ya intentó todas esas tácticas y los síntomas del resfriado aún impiden que duermas bien, no intente dormir dando vueltas en la cama. En este caso, lo mejor es levantarse e ir a otro lugar más cómodo para leer o escuchar alguna canción relajante. Evite quedarse en internet o mirar la tele.
Via http://www.vick.com.ar/centro-de-cuidados/tratamiento-gripe/articulos/dormir-con-gripe-y-resfrio/
Descanso durante el embarazo
jueves, 6 de febrero de 2014
La importancia de un buen descanso durante el embarazo
El hecho de estar esperando un niño es una de las emociones más grandes por la que atraviesan las mujeres, sin embargo a veces se hace difícil poder disfrutar plenamente de ese período tan corto (son tan solo 9 meses!).
Durante el embarazo ocurren cambios en el ciclo del sueño. Los primeros meses del embarazo las mujeres mientras duermen tienen períodos mas cortos de la fase de sueño profundo. Durante los meses siguientes las “futuras mamás” comienzan a dormir menos y tienen interrupciones del sueño varias veces durante cada noche.
Durante el embarazo las mujeres experimentan varios cambios en todos los espectros de su vida, y por ende el momento de relajarse y dormir también sufre modificaciones.
Los cambios hormonales son uno de los factores que influyen en el ciclo del sueño.
Otro de los factores que influyen en el ciclo del sueño, son los de tipo emotivos o psicológicos. En este sentido son varios los elementos que influyen y podemos enumerar los temores lógicos por los que atraviesa toda mujer embarazada, y más cuando la fecha probable de parto se va acercando.
Otros temores son aquellos relacionados con el pensamiento de la situación que ocuparán una vez finalizado el embarazo, el rol de MADRES, todas las mujeres se plantean en algún momento si podrán cumplir con esa responsabilidad adecuadamente, y la respuesta es muy clara: Todas las mujeres aprenden a ocupar ese rol maravilloso que la naturaleza pone únicamente al alcance de ELLAS, el de Madres. Se preguntarán por el rol de los padres, y la respuesta es que ellos también tienen un rol importantísimo, pero es totalmente distinto al de las mujeres, ni mejor ni peor, simplemente distinto.
Ningún ser humano nace con conocimientos, éstos se adquieren con el paso del tiempo a medida que vivimos, y lo mismo ocurre con el embarazo y el parto, hasta que no se vive esa situación, no se conoce y por ende se tiene temor a lo desconocido pero a medida que uno se acostumbra va descubriendo que no era tan difícil y mucho menos IMPOSIBLE.
Otro de los factores que generan o pueden generar molestias para dormir en las mujeres embarazadas es nada más ni nada menos que el hecho de que ese pequeño ser humano que tienen en su interior (vuestro hijo) comienza a dar señales claras de su existencia: comienza a patear y moverse dentro del vientre materno. Esto suele traerle satisfacciones y emociones muy importantes y grandes a las futuras mamás…pero también puede traer cierta incomodidad a la hora de dormir.
No se aconsejan siestas después de almorzar, o por lo menos siestas largas en virtud de que esto pueda hacernos llegar a la hora de dormir demasiado descansadas y por ende podría traernos insomnio. Es altamente aconsejable tratar de respetar horarios para acostumbrar al organismo a los mismos, y generar entonces la rutina permitiendo al organismo “saber” que hay momentos para cada cosa incluyendo el horario o período de sueño.
Otras recomendaciones de cosas que no deberían hacerse en horarios cercanos al atardecer son el hecho exponerse a actividades competitivas, como practica un deporte competitivo o juegos que traigan excitación o emociones fuertes, leer libros cuyo contenido pueda dejarnos en un estado de alerta o preocupación, salidas hasta muy tarde, pues rompen con la rutina y el acostumbramiento de horarios propuestos anteriormente.
Secretos que pueden colaborar a un mejor descanso.
Respetar un régimen alimenticio apropiado para la circunstancia.
Puede prepararse una infusión de té de Tilo, que se dice es relajante. Una vez finalizada la cena puede tomar un té de tilo mientras se realiza la sobremesa.
Para relajarse pueden adoptarse 2 posiciones en la cama, la primera es dormir boca arriba, y la segunda es dormir de lado (para evitar que la panza pese sobre la madre).
¿Cómo elegir un colchón y almohada acorde a las necesidades?
Los buenos colchones son aquellos que permiten que todo el cuerpo quede sostenido en su totalidad. Evitar los colchones que sean o muy duros o muy blandos. Los que son muy duros pueden provocar incomodidad y por ende no colabora con un buen descanso. Por el contrario si fuera muy blando no permitiría que el cuerpo quede sostenido y dará una sensación de incomodidad porque el cuerpo se hundiría acompañando al colchón. La solución que debiera de adoptarse es un colchón que a la vez de sostener al cuerpo pueda mantener y respetar las curvaturas naturales del cuerpo.
Respecto de las almohadas es importante rescatar la importancia que tienen en un buen dormir. Aquellas almohadas que son muy altas harán que su cabeza quede en desnivel respecto del resto del cuerpo, lo que dará cierta incomodidad a lo largo de la noche.
En contraposición podemos sostener que una almohada apenas mullida y baja, provocará (o podría provocar dolores de cuello, hombros o espalda, porque obligaría a la cabeza a estar estirada hacia atrás, con las posibilidades de contraer dolores.
La almohada ideal entonces es aquella cuya altura no provoque que su cabeza quede levantada respecto del resto del cuerpo, y que a la vez no sea demasiado baja, para evitar los posibles dolores musculares.
Via zonadiet.com
Tipos de relleno de almohadas
miércoles, 5 de febrero de 2014
Existen distintos materiales y tipos de relleno. El material se puede comprar a peso y según el efecto que se quiera crear, la función que hará el cojín y el tipo de cojín que se quiera hacer, tienes que escoger uno u otro tipo de relleno.
En cuanto a la cantidad que se debe de poner depende de cada gusto, si se prefiere almohadas más altas o más bajas. Lo importante es nuestro descanso. En este artículo te contamos cómo rellenar almohadas a partir de los distintos tipos de relleno que existen y sus principales características.
Almohadas relleneas de origen animal o vegetal
Incluyen un relleno de fibra muy duradera (kapok) y las plumas o plumón. Se trata de materiales que aguantan y mantienen su forma y firmeza, con lo que tardan más tiempo a deformarse.
Almohadas relleneas de sintéticos
Existen varios tipos como la espuma, el poliéster o el acrílico. Se trata de materiales de manipulación más fácil para trabajarlos y de ponerlos dentro de las almohadas. Pero por el contrario, no son tan suaves como los rellenos animales o vegetales y se deforman mucho antes.
Almohadas relleneas de espuma
Depende de la densidad de la espuma serán más o menos firmes. Lee la etiqueta o pregunta al vendedor si no estás seguro. También se comercializan en distintos espesores por lo que es posible encontrar una adecuada para ti sea cual sea tu postura al dormir.
Hay algunas almohadas de espuma llamadas “anatómicas” que suelen tener una forma ondulada para adaptarse a la curvatura del cuello. Estas son adecuadas sobre todo para los que duermen boca arriba. Como con el resto, no todo el mundo se acostumbra a usarlas. Pruebala en la tienda antes de comprarla.
Almohadas relleneas de látex
Las almohadas rellenas de látex se adaptan bastante bien al cuello y cabeza. Son transpirables. Son antialérgenicas y acumulan menos polvo que los sintéticos.
Almohadas relleneas de viscoelásticas
La firma Tempur o Tempurpedic y algunas otras fabrican almohadas de una espuma especial que se adapta bastante bien a la anatomía porque copian la forma del cuello y la cabeza. No todo el mundo encuentra cómoda una almohada viscoelástica, sobre todo los que duermen de lado suelen tener más problemas para adaptarse porque no ofrecen el apoyo suficiente al cuello. A veces se recomiendan para personas con problemas de cuello o espalda.
Otros rellenos
Actualmente se encuentran almohadas rellenas de cáscara de alforfón ( buckwheat hulls), un tipo de trigo, que proporciona un buen soporte para el cuello y los fabricantes afirman que se mantiene fresco en verano y cálido en invierno.
También existen las rellenas de poly cluster, que básicamente es poliéster embebido en silicona para lograr una consistencia parecida a la del plumón, con la venaja de que al ser sintético producirá menos alergias que el relleno natural.
Las almohadas rellenas de agua son poco comunes, pero permiten regular su altura añadiendo o vaciando más o menos agua.
Fuente belleza.uncomo.com
En cuanto a la cantidad que se debe de poner depende de cada gusto, si se prefiere almohadas más altas o más bajas. Lo importante es nuestro descanso. En este artículo te contamos cómo rellenar almohadas a partir de los distintos tipos de relleno que existen y sus principales características.
Almohadas relleneas de origen animal o vegetal
Incluyen un relleno de fibra muy duradera (kapok) y las plumas o plumón. Se trata de materiales que aguantan y mantienen su forma y firmeza, con lo que tardan más tiempo a deformarse.
Almohadas relleneas de sintéticos
Existen varios tipos como la espuma, el poliéster o el acrílico. Se trata de materiales de manipulación más fácil para trabajarlos y de ponerlos dentro de las almohadas. Pero por el contrario, no son tan suaves como los rellenos animales o vegetales y se deforman mucho antes.
Almohadas relleneas de espuma
Depende de la densidad de la espuma serán más o menos firmes. Lee la etiqueta o pregunta al vendedor si no estás seguro. También se comercializan en distintos espesores por lo que es posible encontrar una adecuada para ti sea cual sea tu postura al dormir.
Hay algunas almohadas de espuma llamadas “anatómicas” que suelen tener una forma ondulada para adaptarse a la curvatura del cuello. Estas son adecuadas sobre todo para los que duermen boca arriba. Como con el resto, no todo el mundo se acostumbra a usarlas. Pruebala en la tienda antes de comprarla.
Almohadas relleneas de látex
Las almohadas rellenas de látex se adaptan bastante bien al cuello y cabeza. Son transpirables. Son antialérgenicas y acumulan menos polvo que los sintéticos.
Almohadas relleneas de viscoelásticas
La firma Tempur o Tempurpedic y algunas otras fabrican almohadas de una espuma especial que se adapta bastante bien a la anatomía porque copian la forma del cuello y la cabeza. No todo el mundo encuentra cómoda una almohada viscoelástica, sobre todo los que duermen de lado suelen tener más problemas para adaptarse porque no ofrecen el apoyo suficiente al cuello. A veces se recomiendan para personas con problemas de cuello o espalda.
Otros rellenos
Actualmente se encuentran almohadas rellenas de cáscara de alforfón ( buckwheat hulls), un tipo de trigo, que proporciona un buen soporte para el cuello y los fabricantes afirman que se mantiene fresco en verano y cálido en invierno.
También existen las rellenas de poly cluster, que básicamente es poliéster embebido en silicona para lograr una consistencia parecida a la del plumón, con la venaja de que al ser sintético producirá menos alergias que el relleno natural.
Las almohadas rellenas de agua son poco comunes, pero permiten regular su altura añadiendo o vaciando más o menos agua.
Fuente belleza.uncomo.com
Descansar combate el síndrome del ejecutivo
martes, 4 de febrero de 2014
Debido a la situación económica mundial se está viendo incrementado el número de personas que padecen el denominado ‘Síndrome del Ejecutivo’. El motivo principal es la inquietud que sufre el empresario al pensar que durante el periodo vacacional no va a ejercer el mismo control sobre su empresa.
Fernando Miralles, profesor de Psicología en la Universidad CEU San Pablo, describe a estas personas como individuos perfeccionistas con afán de superación. Organizan sus vacaciones en el último instante, a causa del temor que les provoca darse cuenta de no resultar totalmente necesarios, para la ejecución de sus responsabilidades.
Las personas que sufren este síndrome, no son capaces de relajarse en vacaciones junto a sus seres queridos, centrando el tema de conversación en el trabajo. Además sienten la necesidad de buscar actividades lúdicas intensas y de larga duración, pensando que es la mejor forma de reducir el estrés acumulado durante el resto del año.
Es habitual que las personas con estos niveles de ansiedad sufran otros problemas de salud como tensión arterial elevada, enfermedades de la piel o problemas digestivos, entre otros.
Los nuevos avances tecnológicos han supuesto un cambio radical en los métodos de trabajo de estas persona ya que han pasado de estar únicamente conectados a través de las conversaciones telefónicas que pudieran realizar con su móvil, a convertirse en dependientes de los llamados ‘teléfonos inteligentes’, los cuales les ofrecen la posibilidad de comunicarse a través de los servicios de mensajería instantánea como ‘WhastApp’ o del e-mail.
Según señaló Fernando Miralles, una empresa de telefonía situada en Francia tuvo un aumento de suicidios entre sus empleados, y una de las principales medidas adoptadas fue la de impedir a sus trabajadores el uso de sus ‘smartphones’ o cualquier otro aparato de las mismas características, para evitar el envío o recepción de mensajes en cualquier momento.
Para prevenir las consecuencias de este síndrome es necesario trabajar a nivel personal, siendo recomendable disfrutar como mínimo de catorce días continuados de vacaciones; realizar deporte unos quince minutos diarios; permitir al reloj biológico del organismo marcar su propio ritmo; así como dormir todo el tiempo que nuestro cuerpo requiera.
Via http://www.pikolin.com/es
Fernando Miralles, profesor de Psicología en la Universidad CEU San Pablo, describe a estas personas como individuos perfeccionistas con afán de superación. Organizan sus vacaciones en el último instante, a causa del temor que les provoca darse cuenta de no resultar totalmente necesarios, para la ejecución de sus responsabilidades.
Las personas que sufren este síndrome, no son capaces de relajarse en vacaciones junto a sus seres queridos, centrando el tema de conversación en el trabajo. Además sienten la necesidad de buscar actividades lúdicas intensas y de larga duración, pensando que es la mejor forma de reducir el estrés acumulado durante el resto del año.
Es habitual que las personas con estos niveles de ansiedad sufran otros problemas de salud como tensión arterial elevada, enfermedades de la piel o problemas digestivos, entre otros.
Los nuevos avances tecnológicos han supuesto un cambio radical en los métodos de trabajo de estas persona ya que han pasado de estar únicamente conectados a través de las conversaciones telefónicas que pudieran realizar con su móvil, a convertirse en dependientes de los llamados ‘teléfonos inteligentes’, los cuales les ofrecen la posibilidad de comunicarse a través de los servicios de mensajería instantánea como ‘WhastApp’ o del e-mail.
Según señaló Fernando Miralles, una empresa de telefonía situada en Francia tuvo un aumento de suicidios entre sus empleados, y una de las principales medidas adoptadas fue la de impedir a sus trabajadores el uso de sus ‘smartphones’ o cualquier otro aparato de las mismas características, para evitar el envío o recepción de mensajes en cualquier momento.
Para prevenir las consecuencias de este síndrome es necesario trabajar a nivel personal, siendo recomendable disfrutar como mínimo de catorce días continuados de vacaciones; realizar deporte unos quince minutos diarios; permitir al reloj biológico del organismo marcar su propio ritmo; así como dormir todo el tiempo que nuestro cuerpo requiera.
Via http://www.pikolin.com/es
Trastorno del sueño profundo conlleva conductas riesgosas
lunes, 3 de febrero de 2014
El trastorno conductual del sueño profundo (REM) se asocia a conductas riesgosas que ponen en peligro tanto a quien padece el problema como a quienes lo rodean
Quienes padecen trastorno conductual de sueño profundo (REM) tienden a actuar con potencial de riesgo para ellos y quienes se encuentran a su lado, comentó Daniel Hernández Gordillo, titular de la Clínica del Sueño del Hospital de Especialidades del IMSS, a la agencia Notimex.
¿Qué es el trastorno conductual del sueño?
Es una parasomnia que se caracteriza por la representación de los sueños con acciones y movimientos coordinados y con intención. Por ejemplo, estar comiendo, manejando o pateando el balón, son acciones típicas del trastororno conductual del sueño de Movimientos Oculares Rápidos (MOR).
"Cuando la persona padece un trastorno conductual del sueño MOR, el tono muscular persiste y por lo mismo, al estar soñando, actúa. Un mecánico puede simular estar reparando un motor y hasta pide que le pasen las pinzas o el desarmador y hace los movimientos de la acción que en sus sueños está realizando", dijo el médico.
¿Cómo puede resultar peligroso?
Algunos extienden su brazo y hacen el movimiento con su dedo pulgar, como cuando están cambiando los canales al televisor con el control remoto, otros se peinan, otros mueven sus piernas como si estuvieran corriendo pero hay quienes agreden a su compañero de cuarto porque están soñando que patean un balón. Algunas características de la enfermedad son:
+ Presencia de actividad motora variable durante el sueño, desde vocalizaciones a comportamientos complejos como agresiones al compañero(a) de cama
+ Conductas violentas durante el sueño
+ Aparición en la segunda mitad de la noche (mayor cantidad de REM)
¿Qué tan frecuente es?
Según el especialista, el trastorno conductual del sueño MOR se ubica como el quinto motivo de atención en la clínica a su cargo y dijo que existen varios motivos por los cuales una persona desarrolla este trastorno, siendo el principal de ellos un proceso de degeneración neuronal, como el que ocurre en pacientes con Parkinson, por ejemplo.
Otras causas que pueden detonar este trastorno incluyen:
+ Desvelo crónico.
+ Fármacos para el control de enfermedades psiquiátricas.
+ Medicamentos para inducir el sueño
Algunos factores de mayor incidencia son:
+ Hay una tendencia de mayor predominio en hombres
+ Se presenta con regularidad a partir de los 30 años.
+ También es frecuente en adultos mayores (edad promedio entre 50-65 años), lo cual se asocia a enfermedades neurodegenerativas como Parkinson.
+ Es frecuente en pacientes con enfermedades neurodegenerativas como EP, atrofia multisistémica (AMS), demencia por cuerpos de Lewy (DCL), parálisis supranuclear progresiva (PSP) y degeneración corticobasal (DCB), anticipándose incluso al inicio de la enfermedad neurodegenerativa en un significativo porcentaje de los casos.
La importancia de una detección oportuna
Lo importante de este trastorno es la detección oportuna para que el paciente reciba tratamiento y no ponga en peligro su vida ni la de su compañero de cuarto o cama. En la mayoría de los casos, se capta a través de familiares, ya que cuando se presenta el problema la persona se encuentra dormida y no se da cuenta de lo que sucede.
En ocasiones el afectado sí se da cuenta del trastorno, pero esto sucede cuando se despierta en plena fase MOR, está fuera de la habitación o con algo en las manos como el control remoto, las llaves o algún objeto peligroso.
La fase MOR del sueño ocurre cuatro cinco veces al dormir: "Iniciamos con fases de sueño ligero y posterior a 90 o 120 minutos, entramos a la fase de movimientos oculares rápidos que dura unos 20 minutos para volver de nuevo al sueño ligero y así se suceden una y otra fases a lo largo de la noche, aseguró el médico a la agencia mencionada.
¿Qué hacer?
Para el diagnóstico del trastorno conductual del sueño MOR, además de un cuestionario, el paciente se somete a estudios como polisomnografía para medir su tono muscular mientras duerme, pero además se le realizan otras pruebas neurológicas.
Una vez diagnosticado, el paciente recibe tratamiento que en prácticamente en el 100 por ciento de los casos, consigue que los episodios retarden su aparición hay quienes los tienen dos veces por semana y después de la medicación el espaciamiento es mucho mayor, de una vez al mes o al año.
Via esmas.com
Quienes padecen trastorno conductual de sueño profundo (REM) tienden a actuar con potencial de riesgo para ellos y quienes se encuentran a su lado, comentó Daniel Hernández Gordillo, titular de la Clínica del Sueño del Hospital de Especialidades del IMSS, a la agencia Notimex.
¿Qué es el trastorno conductual del sueño?
Es una parasomnia que se caracteriza por la representación de los sueños con acciones y movimientos coordinados y con intención. Por ejemplo, estar comiendo, manejando o pateando el balón, son acciones típicas del trastororno conductual del sueño de Movimientos Oculares Rápidos (MOR).
"Cuando la persona padece un trastorno conductual del sueño MOR, el tono muscular persiste y por lo mismo, al estar soñando, actúa. Un mecánico puede simular estar reparando un motor y hasta pide que le pasen las pinzas o el desarmador y hace los movimientos de la acción que en sus sueños está realizando", dijo el médico.
¿Cómo puede resultar peligroso?
Algunos extienden su brazo y hacen el movimiento con su dedo pulgar, como cuando están cambiando los canales al televisor con el control remoto, otros se peinan, otros mueven sus piernas como si estuvieran corriendo pero hay quienes agreden a su compañero de cuarto porque están soñando que patean un balón. Algunas características de la enfermedad son:
+ Presencia de actividad motora variable durante el sueño, desde vocalizaciones a comportamientos complejos como agresiones al compañero(a) de cama
+ Conductas violentas durante el sueño
+ Aparición en la segunda mitad de la noche (mayor cantidad de REM)
¿Qué tan frecuente es?
Según el especialista, el trastorno conductual del sueño MOR se ubica como el quinto motivo de atención en la clínica a su cargo y dijo que existen varios motivos por los cuales una persona desarrolla este trastorno, siendo el principal de ellos un proceso de degeneración neuronal, como el que ocurre en pacientes con Parkinson, por ejemplo.
Otras causas que pueden detonar este trastorno incluyen:
+ Desvelo crónico.
+ Fármacos para el control de enfermedades psiquiátricas.
+ Medicamentos para inducir el sueño
Algunos factores de mayor incidencia son:
+ Hay una tendencia de mayor predominio en hombres
+ Se presenta con regularidad a partir de los 30 años.
+ También es frecuente en adultos mayores (edad promedio entre 50-65 años), lo cual se asocia a enfermedades neurodegenerativas como Parkinson.
+ Es frecuente en pacientes con enfermedades neurodegenerativas como EP, atrofia multisistémica (AMS), demencia por cuerpos de Lewy (DCL), parálisis supranuclear progresiva (PSP) y degeneración corticobasal (DCB), anticipándose incluso al inicio de la enfermedad neurodegenerativa en un significativo porcentaje de los casos.
La importancia de una detección oportuna
Lo importante de este trastorno es la detección oportuna para que el paciente reciba tratamiento y no ponga en peligro su vida ni la de su compañero de cuarto o cama. En la mayoría de los casos, se capta a través de familiares, ya que cuando se presenta el problema la persona se encuentra dormida y no se da cuenta de lo que sucede.
En ocasiones el afectado sí se da cuenta del trastorno, pero esto sucede cuando se despierta en plena fase MOR, está fuera de la habitación o con algo en las manos como el control remoto, las llaves o algún objeto peligroso.
La fase MOR del sueño ocurre cuatro cinco veces al dormir: "Iniciamos con fases de sueño ligero y posterior a 90 o 120 minutos, entramos a la fase de movimientos oculares rápidos que dura unos 20 minutos para volver de nuevo al sueño ligero y así se suceden una y otra fases a lo largo de la noche, aseguró el médico a la agencia mencionada.
¿Qué hacer?
Para el diagnóstico del trastorno conductual del sueño MOR, además de un cuestionario, el paciente se somete a estudios como polisomnografía para medir su tono muscular mientras duerme, pero además se le realizan otras pruebas neurológicas.
Una vez diagnosticado, el paciente recibe tratamiento que en prácticamente en el 100 por ciento de los casos, consigue que los episodios retarden su aparición hay quienes los tienen dos veces por semana y después de la medicación el espaciamiento es mucho mayor, de una vez al mes o al año.
Via esmas.com
Por qué dormir es bueno para nuestra salud
sábado, 1 de febrero de 2014
No solamente importa la cantidad de tiempo que pasamos durmiendo, también es importante la calidad del sueño. Cuando el sueño es interrumpido o acortado, puede que no hayamos pasado suficiente tiempo en determinadas etapas del sueño. En otras palabras, lo bien que hayas descansado y lo bien que funciones al día siguiente dependerá del tiempo total que hayas dormido y cuanto de las diferentes etapas del sueño has tenido.
Necesitamos dormir para pensar claramente, reaccionar rápido y asentar nuestra memoria. De hecho los procesos del cerebro que nos ayudan a aprender y recordar son especialmente activos mientras dormimos.
Escatimar sueño tiene un precio. Restar tan solo una hora de sueño puede hacer que sea difícil concentrarse al día siguiente y enlentecer tu tiempo de respuesta. Los estudios también indican que la falta de sueño hace que tomemos malas decisiones y asumamos riesgos innecesarios. Esto puede dar lugar a bajo rendimiento en el trabajo o la escuela y mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico.
El sueño también afecta al estado de ánimo. Si no dormimos suficiente estaremos más irritables y eso afectará a nuestro comportamiento y relaciones. La gente con falta crónica de sueño tiene más probabilidades de tener depresión.
Dormir es importante para una buena salud. Los estudios demuestran que no dormir suficiente o tener una mala calidad de sueño, incrementa el riesgo de hipertensión, enfermedad cardíaca y otras enfermedades.
Además, durante el sueño, nuestro cuerpo produce determinadas hormonas; por ejemplo, dormir profundamente desencadena mayor liberación de hormona de crecimiento. Otros tipos de hormonas se liberan durante el sueño para ayudar a combatir las infecciones. Por eso dormir bien ayuda a evitar enfermedades y mantenerte sano.
También se liberan durante el sueño hormonas que afectan al uso que el cuerpo hace de la energía. Así la gente que duerme menos es más propensa a ser obesa, desarrollar diabetes o preferir alimentos muy calóricos y ricos en carbohidratos.
Via vivosano.org
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