Juntos… menos para dormir

martes, 13 de diciembre de 2016
Parece que un símbolo más de la pareja unida podría ser una cama grande, “de matrimonio” como se llaman popularmente. Por eso cuando se decide separar las camas o incluso las habitaciones existe cierto recelo a contarlo por ahí, es probable que nos encontremos con críticas o con especulaciones acerca de la felicidad de nuestra relación. Pero ¿tiene tanta importancia compartir lecho?

Decidir dormir separados

Debemos desvincular el hecho de dormir juntos con el de ser un matrimonio feliz. Esta idea es totalmente cultural, es decir que proviene de las creencias y costumbres de nuestra sociedad. En otras culturas las parejas duermen separadas y no podemos afirmar que por ello estén menos unidos o se quieran menos.

Tomar la decisión de separar las camas puede venir por muchas razones, quizás uno ronque o el otro se mueva demasiado, o simplemente dormís mejor separados y no os apetece sacrificar el descanso por una costumbre popular.

Hay muchas razones para querer dormir separados, tantas como para hacerlo juntos y si la pareja está de acuerdo no hay nada de malo en ello.

Podría ocurrir que uno de los miembros de la pareja quiera separar las camas (o habitaciones) y el otro no. Como en todo, hay que partir de una buena comunicación y recurrir a la negociación. Incluso se podría llegar a un término medio y separar las camas durante la semana para descansar bien y rendir en el trabajo y juntarlas en el fin de semana.

Una buena opción es tener dos camas que se puedan unir simplemente usando sábanas más grandes y volver a separar con la ropa de cama individual. También es posible que durmiendo en una cama más ancha se solventen algunos de los problemas sin necesidad de dormir separados.

De todas formas, es algo que se puede probar temporalmente y si no funciona volver a la opción original, no tiene mayor inconveniente.

Ventajas y desventajas de dormir separados

La pareja puede sentir cierto recelo al separar las camas por si esto supone un alejamiento en la relación o pérdida de intimidad. En realidad, no es necesario estar juntos 24 horas para amarse con locura e incluso podríamos notar que esta separación nocturna hace que echemos de menos a la pareja y luego le busquemos con más ganas. Si hemos pasado noches separados por viajes de trabajo, por ejemplo, quizás podemos hacernos una idea de cómo reaccionaríamos ante algo más continuado.

Dormir separados puede añadir algo de morbo a la relación. No es lo mismo dormir con tu pareja y poder tocarla solo con alargar la mano que tener que hacer algo más para buscarle, expresar que le deseas y que necesitas visitarle en su cama.

Lo que la pareja debe tener en cuenta es que dormir separados no debe significar que los momentos de intimidad se reduzcan a cero. Si hasta ahora era el único momento en el que estaban juntos es mejor no separar las camas por el momento.

También es importante analizar bien las razones por las que se quiere dormir separado, quizás tras los argumentos de los ronquidos y la necesidad de echar de menos esté un deseo de alejarse del otro o una crisis más profunda de pareja.

Via doctissimo.com

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