Cuidar del sueño de los hijos sin desvelos

martes, 29 de abril de 2014

Existen muchos aspectos en la crianza de los hijos que abren un gran abanico de dudas a sus padres pero entre ellos uno de los más importantes, junto a la alimentación, se refiere al sueño de los más pequeños.

Aunque no existen reglas de oro sí se puede hablar de unos principios básicos que ayudan al niño a dormir y a dormirse mejor.

Según explica a Infosalus Jesús Martínez, pediatra y autor del libro “El médico de mi hijo” (Temas de Hoy, 2014), los padres están dejando de lado su instinto para criar a sus hijos y se dejan llevar por una especie de mercantilización de la paternidad derivada de multitud de productos comerciales asociados al desarrollo infantil.

El pediatra señala que se ha creado la necesidad de ser perfectos como padres y para ello existe para cada tarea del cuidado y la crianza de los hijos toda una serie de aplicaciones y productos aunque en realidad vienen a sustituir actitudes más naturales y sin artificios.

Aunque Martínez añade que aunque a veces puede jugar malas pasadas, hay que saber modular el instinto para conseguir una crianza más natural, eso sí, siempre teniéndolo en cuenta y no anulándolo como sucede en muchas ocasiones.

En lo que se refiere a ser perfectos como padres, el pediatra apunta que esto se extiende también a los hijos, a los que se embarca en un sinfín de actividades extraescolares cuando en realidad pueden estar soslayándose las necesidades básicas en sus cuidados.

Para este pediatra existen tres aspectos básicos en la relación con los hijos que sin duda ayudarán a resolver todo tipo de conflicto que se planteen: poner el foco en el niño, respetarle y aplicar el sentido común.

Dormir es cosa de todos

Aunque el pediatra señala que no existe el método perfecto para conseguir que un niño duerma, sí que existen una serie de aspectos que hay que tener en cuenta para favorecer el sueño de los más pequeños. Infosalus apunta gracias a Martínez algunas de estas consideraciones:

    Los patrones de sueño no se heredan, se aprenden, lo que quiere decir que si los padres tienen horarios cambiantes no pueden pretender que su hijo siga un horario estricto. El niño aprende de la actuación que ve en sus padres y no de lo que éstos le dicen verbalmente.
    
    No hay recetas ni métodos para nada, las técnicas que pueden funcionar en un niño no tienen por qué funcionar en otro. Hay que recabar información sobre los consejos de expertos de distintas tendencias y después extraer lo que consideremos útil y aplicarlo, lo que no quiere decir que todo vaya a funcionar, hay que ir probando, eso sí, evitando marear al niño con cambios continuos de sistema.
    
    Entender cómo se encuentra el niño en el momento de ir dormir: lo recomendable es ir creando una atmósfera relajante que le ayude a ir reduciendo su actividad y propiciar el sueño. Ver la tele o jugar físicamente poco antes de acostarse elevan los niveles de excitación de los pequeños y no contribuyen a su descanso.
    
    Hablar de forma pausada, leerle un cuento y dejarle que se relaje: son actitudes y actividades que ayudarán en gran medida a crear ese clima alejado de las tensiones que el niño necesita antes de ir a dormir.
    
    Hacerles sentir importantes: hay que prestar a los pequeños la suficiente atención como para que entiendan la importancia que tienen en la familia y que cuando vayan a dormir sientan seguridad y no lo traduzcan en un abandono por parte de sus padres que van a seguir sin ellos su actividad.
    
    Despertares nocturnos: en muchos casos ocasionan desvelos porque el niño despierta en mitad de la noche en un sitio y unas condiciones distintas a aquellas en las que se ha dormido. Hay que tener en cuenta que si se durmió en brazos, en el cochecito o portabebés o en la cama de sus padres al despertar probablemente se sienta inseguro y necesite atención. Si se durmió en la cuna o cama con su peluche o algún objeto familiar, al despertar puede reconocer donde está y seguir durmiendo. En lo que se refiere a los terrores nocturnos, lo importante es dar confianza al niño y tratarle de forma respetuosa sin ridiculizar sus miedos.

 Fuente sabervivir.es

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