Descanso y salud

viernes, 23 de mayo de 2014

Vivimos en un mundo de prisas, de hecho las prisas son parte de nuestra vida cotidiana. Para muchos el trabajo se ha convertido en su vida. Corremos de un lado a otro llevando encima nuestros móviles, tablets y ordenadores. También nos llevamos el trabajo a casa y siempre estamos preocupados por el día siguiente.

Este estilo de vida estresante puede afectar seriamente a nuestra salud. Muchas veces olvidamos las prioridades más importantes de la vida. Así pues, necesitamos equilibrar nuestro estilo de vida hacia uno más saludable, desde el punto de vista físico, mental, emocional y espiritual.

Otro problema de nuestra vida estresante es la sobreestimulación, a la cual le sigue la apatía y el hastío. “Cuando la estimulación nos viene desde todas partes, llegamos a un punto donde no podemos responder con mucha profundidad a nada. Bombardeados con tantas cosas excitantes que exigen nuestra atención, tendemos a… no prestar atención a nada.” (1)

Los siguientes tres principios sientan las bases para lograr el equilibrio mientras nos esforzamos para conseguir el éxito personal, familiar y profesional. Son esenciales y alcanzables aún siendo usted un profesional que viaja mucho, una ocupada ama de casa o un estudiante estresado.

1. Tenga tiempo para su salud física.

No crea que está demasiado ocupado para cuidar de su salud. Las herramientas siguientes son esenciales para gestionar nuestras múltiples prioridades y nuestros abarrotados horarios, y son necesarias para las personas ocupadas:

Nutrición: L a cafeína,el azúcar y el acohol son estimulantes y “roban” energía al sistema nervioso. Crean dependencia, insomnio y fatiga. Por otro lado, las frutas ricas en fibra, vegetales, cereales, frutos secos y legumbres proveen nutrientes y antioxidantes que restaurarán al cerebro y al sistema inmune, proporcionarán energía al sistema nervioso y disminuirán el estrés. También debes intentar llevar una botella de agua contigo y acordarte de beber frecuentemente, ya que la irratibilidad y la fatiga pueden indicar de que necesitas agua.

Ejercicio: El ejercicio reduce la ansiedad y la fatiga, y aumenta la energía tanto física como mental. Mejora la concentración, la habilidad de resolver problemas y el humor. Un paseo de diez minutos puede mejorar el humor durante una hora. Caminar, hacer ejercicios, subir escaleras, pasear al aire libre mientras se disfruta del aire fresco y de la luz solar están al alcance de todos. Beber agua y comer fruta fresca en lugar de refrescos y caramelos.

Descanso: La falta crónica de sueño inunda a tu sistema con hormonas del estrés, las cuales hacen que empeoren los niveles de glucosa en sangre, aumente el riesgo de sufrir enfermedades y depresión, y se agoten las energías física y mental. La calidad del sueño está relacionado con la longevidad, con un aumento de energía, con el bueno humor, con las funciones mentales y con el rendimiento. Además disminuye el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer y muchos desórdenes relacionados con el estrés. La cafeína, los alimentos ricos en azúcares y grasas, el acohol, las cenas tardías, guardar rencores y la falta de ejercicio físico contribuyen a tener una mala calidad del sueño. Al llegar la noche el cuerpo indica al cerebro que es momento de disminuir el ritmo, de descansar, para revitalizarse para el día siguiente.

2. Tenga tiempo para su salud mental y espiritual.

Pasar horas delante de la televión o en Internet agota la energía y aumenta la fatiga y la tensión. Sin embargo, diversiones mentales refrescantes representa como unas mini vacaciones para el cerebro. Esto incluye hobbies relajantes, recreación, tiempo para la vida social, aprendizaje de nuevas tareas o voluntariado. Además, la salud espiritual es el centro de un estilo de vida equilibrado. Para los cristianos, es importante tener tiempo para presentar sus prioridades a Dios, porque quiere que confiemos en Él para guiarnos con seguridad a través de esta vida llena de prisas y desafíos. Se puede fortalecer nuestra vida espiritual leyendo la Biblia y libros inspiradores, y orando.

3.  Parar para seguir.

Cuando estamos sobrepasados y a punto de estallar, el resultado inevitable será la ineficiencia, la irritabilidad, una salud pobre y el desequilibrio. Hay muchas cosas buenas que hacer, pero a veces hacer “cosas buenas” puede desplazar a las “mejores”. Debemos centrarnos en nuestras prioridades más importantes.

Jesucristo animó a sus seguidores diciéndoles: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco” (2), porque estaban tan atareados que no tenían tiempo ni para comer. En la creación, Dios sabía que necesitaríamos un tiempo para el descanso, para la amistad y para estar con él, así que preparó un día para cumplir ese propósito. (3) “Acuérdate del sábado para santificarlo (separarlo)… el séptimo día es el sábado (descanso) del Señor… en él no hagas obra alguna” (4). Dios se preocupa de nuestro horario. Quiere que descanses física, mental, emocional y espiritualmente, y te invita a que entres en su descanso.

Todos tenemos muchos responsabilidades que desempeñar (trabajo, familia, amigos…). Cada una de ellas puede estar llena de energía cuando las mantenemos en equlibrio. Una vida equilibrada se va haciendo día a día, y no por casualidad sino por elección personal.

Fuente: nuevoestilodevida.com

0 comentarios:

Publicar un comentario